El incendio y masacre de la Casa de los Sindicatos de Odessa: 8 años del crimen de las bandas Nazis contra opositores al Golpe de Estado de 2014 en Ucrania

Hace ocho años, el 2 de mayo de 2014, la población de Odessa salió a las calles a protestar contra la nazificación del país tras el golpe de estado del Maidán. La policía ucraniana, apoyada por las bandas de choque nazis, reprimió fuertemente las manifestaciones que protestaban contra el régimen impuesto en el Golpe de Estado consumado en febrero de ese año.
Las bandas de extrema derecha persiguieron a las y los manifestantes, que corrieron a refugiarse en la sede de los sindicatos de la ciudad, con fuerte historia de organización obrera y popular. Un grupo de manifestantes se refugió en el edificio de la Casa de los Sindicatos. Las bandas fascistas rodearon el edificio y éste fue incendiado intencionalmente por los terroristas de perfil fascista, asesinando al menos a 48 personas.
Así, se ejecutaba un nuevo suceso en la escalada de violencia, desestabilización y derrocamiento del gobierno de Víktor Yanukóvich, que al poco tiempo comenzará a ser encabezado por Petró Poroschenko, dando inicio al régimen que se proyecta hasta hoy con la presidencia de Volodymyr Zelensky.
Un verdadero crimen de Lesa Humanidad en la Casa de los Sindicatos de Odesa, donde los extremistas ucronazis asediaron el edificio donde se intentaban resguardar los manifestantes antigolpistas, lanzando bombas incendiarias a sus entradas y al interior, además de incontables actos criminales, con golpizas y torturas que provocaron la muerte y cientos de personas heridas, principalmente sindicalistas y militantes comunistas, entre las cuales se encontraban no pocos ancianos, mujeres, y menores.
Es significativo señalar que Odessa era una de las ciudades con mayor tradición de izquierdas y organización obrera en el país. De hecho, en las elecciones parlamentarias de 2012, el Partido Comunista de Ucrania fue la primera mayoría electoral en la ciudad. Por estas razones, fue una de las ciudades donde más hubo protestas contra el desarrollo de los hechos que dieron lugar al derrocamiento del gobierno de Viktor Yanukóvich. Por ello, las bandas nazis tuvieron uno de sus principales escenarios de operaciones en esas semanas, trasladándose desde otras ciudades ya controladas por la junta de Kiev y el golpismo sostenido por los gobiernos de la Unión Europea y la OTAN.
En lo específico, los nazis entraron en parte del edificio y asesinaron a varias personas: a una mujer embarazada la ahorcaron con el cable del teléfono y le partieron la espalda, lo cual quedó registrado por ellos mismos y develado tiempo después. Mientras eso sucedía, desde las afueras uno de los videos captó gritos de uno de los fascistas: «No es una mujer, es una separatista».


A otras personas las quemaron vivas; a los que intentaban salvarse tirándose por las ventanas, los asesinaron por disparos o golpes una vez que yacían heridos.
Varias víctimas eran menores de edad. Entre ellos, el referencial caso de Vadim Papura, militante de las juventudes comunistas «Komsomol» del Partido Comunista ucraniano.



Los medios occidentales silenciaron esta operación del abierto fascismo y Terrorismo de Estado de parte del régimen instalado en Kiev con el Golpe de Estado, pese a vídeos y numerosos testimonios y pruebas sobre el crimen. El régimen ucraniano le otorgó impunidad a las bandas nazis, las incorporó al apararo del Estado, y persiguió a las víctimas sobrevivientes.
Estos hechos, junto al asesinato a fines de febrero de decenas de personas en manos de francotiradores que posteriormente se ha demostrado que resultaron ser contratados por el bando golpista, en una típica operación de bandera falsa destinada a responsabilizar al gobierno de Yanukóvich de las muertes, fueron centrales en el desencadenamiento de los hechos en los candentes primeros meses del 2014 en Ucrania y el inicio de la Guerra en el Donbass.
En las mismas semanas, se desarrollaban las discusiones y tensiones políticas y geopolíticas por los referendos de autonomía que se desarrollaron en la península de Crimea primero, y luego en Lugansk y Donetsk, en las regiones del Donbass (Donetsk y Lugansk). Entre tanto, en las regiones de Odessa y de Karkov, las intenciones de realizar referendos similares fue abortada, en buena medida por la oleada de violencia fascista bajo protección del régimen de Kiev que asoló esas regiones y ciudades en esas semanas y meses.


