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Tras 14 días, New York Times reconoce montaje mediático sobre la falsa «ayuda humanitaria» a Venezuela

Tras 14 días de los hechos del sábado 23 de febrero en la frontera colombo-venezolana, la verdad se sigue abriendo paso, y llega incluso al debate interno y los medios de Estados Unidos. Así, una ola de contrainformación ha forzado a los grandes medios privados a reconocer la mentira y manipulación mediática que vienen haciendo sobre los hechos de violencia ocurridos aquél día sobre el Puente Internacional Francisco de Paula Santander.

Lo evidente desde ese mismo día, ahora es corroborado por la prensa oligopólica, incluyendo una nota del propio New York Times: «Footage Contradicts U.S. Claim That Maduro Burned Aid Convoy» . Los camiones de tan aludida «ayuda humanitaria» fueron quemados por los propios guarimberos opositores.

Lo que desde ese mismo día venimos mostrando los medios alternativos, las redes sociales de izquierdas y de movimientos sociales, se corrobora y muestra que es posible el ganarle batallas políticas y comunicacionales a la prensa dominante y los intereses que tiene tras de sí.

Tras este reconocimiento público, como era de esperar, numerosos medios de la prensa dominante y oligopólica de los distintos países, han comenzado a replicar «la exclusiva» ofrecida por el New York Times. Se cae así, de manera estrepitosa y visible para quien quiera verla, un intento de montaje comunicacional destinado a ofrecer un manto de legitimidad a la agresión constante y sistemática que sufre el Pueblo y Gobierno Bolivariano de Venezuela. 

Ver nuestra nota, de ese mismo día, «Opositores venezolanos hacen barricadas y queman camiones de supuesta “ayuda humanitaria” en Puente fronterizo».

  • El video del reconocimiento, reportaje de «New York Times»:
  • Extracto de las imágenes liberadas por The New York Times, a 14 días de los hechos en el Puente Internacional Francisco de Paula Santander:
  • Inna Afinogenova, de RT en españñol, sobre el reconocimiento de The New York Times:

Dejamos, acá, algunos reportajes con alta difusión en Estados Unidos, sobre la situación en Venezuela:


  • Comentarios sobre la nota de The New York Times sobre los sucesos en el Puente Internacional Francisco de Paula Santander:

1. Partiendo por lo más importante para destacar en lo inmediato: ¿Por qué el New York Times se demora 14 días en liberar las imágenes de que disponía, que mostraban nítidamente la falsedad de lo que señalaban el Gobierno de Estados Unidos, la oposición venezolana, y la mayor parte de los medios privados de comunicación? ¿Esperaban otro desenlace para hacer esos típicos reconocimientos posteriores a los que acostumbran hacer el Imperio y la prensa que le sirve de cobertura comunicacional, cuando ya el caos y el desastre se abrieron paso en buena medida gracias a sus coberturas tan «serias e imparciales»? ¿Es necesario volver a mencionar lo de las «armas de destrucción masiva» en Irak? (Ver «El día en que The New York Times reconoció entregar “información errónea” sobre “armas de destrucción masiva” en Irak») ¿Cómo tienen cara el resto de los medios privados de cada país, que estuvieron dos semanas sin hacer una revisión mínimamente exhaustiva de la prueba aportada por innumerables medios y el propio Gobierno Bolivariano en numerosas ruedas de prensa, e incluso en las propias sesiones del Consejo de Seguridad de la ONU, para ahora presentar la cosa como si fuera una «exclusiva» del New York Times?

2. La difusión de este reportaje es muestra de una victoria política y mediática puntual pero de alta significación, tanto para la coyuntura venezolana, como para el escenario político y comunicacional más allá de Venezuela. Una demostración más de que en la política «exterior» y la geopolítica, se juegan cosas significativas de la política «interna» y la opinión pública de cada país. La credibilidad de la prensa dominante es un factor central en las correlaciones de poder en nuestros distintos escenarios «nacionales», y el solo hecho de mostrar lo colonizado y manipulado que está el sistema de medios, es una gran cosa. Es tarea de todas y todos completar esta tarea y mostrar las mentiras y manipulaciones constantes de la prensa dominante, y sus lazos con los intereses que mal gobiernan el Mundo y cada región o país.

3. La operación y los sucesos posteriores, hasta este que aquí comentamos, van a quedar en la historia como una fallida operación de «bandera falsa», referencial y muy clara de apreciar. El que haya sido «fallida» se debe tanto a la actuación enormemente lúcida y paciente del Pueblo y Gobierno Bolivariano, de sus fuerzas de seguridad como al poder comunicacional propio construido en y fuera de Venezuela. La importancia de la comunicación popular, alternativa, autónoma a los poderes dominantes y sus expresiones mediáticas, quedan muy de relieve con esta contingencia.

4. La operación fallida, además, muestra lo profundo y hasta totalitario que puede ser el poder y control de la prensa oligopólica, y en particular, la televisión, que sirve de sustento audiovisual a un entramado comunicacional más amplio (radios, prensa escrita, redes sociales): Pueden estar mostrando horas y horas una escena que dice una cosa, y presentar la escena con un relato falso que la propia imagen transmitida contradice. Quienes hacen tal operación, quienes la replican deliberadamente, no están ejerciendo ninguna «libertad de expresión», si no que están haciendo pura y dura manipulación y mentira mediática, la que, siendo además central en la ejecución de un plan de alta violencia física implicada, se puede catalogar sin exageraciones como terrorismo mediático.

5. Hay que seguir y profundizar en lo de interpelar a los medios privados y develar sus sesgos, complicidades y falta de rigurosidad periodística, y a los gobiernos y por cierto al Gobierno de Chile, a dar explicaciones por, además de ser parte activa de una intentona injerencista y goplista contra un Gobierno de nuestra América, el usar recursos públicos en una operación de «guarimberos» encapuchados que incluyó constante armado y uso de bombas molotovs y la quema de la famosa «ayuda humanitaria» que llevaron a Cúcuta.

Una vez más, el Bravo Pueblo de Venezuela «aguantando la puerta» contra la injerencia imperial y la agresión golpista, que por estas horas continúa la agresión con un sabotaje eléctrico que hasta la Revista Forbes ya admite, «podría ser» de autoría imperial (Ver «Could Venezuela’s Power Outage Really Be A Cyber Attack?»).

Por último, decir que el silencio de esos no pocos sectores tan «críticos» ante el Gobierno de Venezuela que gritaron «Maduro y su régimen están quemando la ayuda humanitaria», muestra y habla por sí solo.


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