Gobierno de Boric alineado con relato del ente sionista por entrega de cuerpos de rehenes y junto a Zelensky contra las iniciativas de Trump y Putin para fin de guerra de Ucrania

En sólo un par de días, el presidente Gabriel Boric y el Ministro de Relaciones Exteriores publicaron lo que el propio presidente catalogó como «la posición del Estado de Chile» en dos de los principales temas de la escena política internacional presente: el Genocidio del ente sionista contra el pueblo de Palestina, y las iniciativas para poner fin a la guerra de Ucrania entre la Federación Rusa y la OTAN. En relación al primer tema, Boric y Alberto von Klaveren se alinearon con la narrativa que el Estado de Israel y sus medios de propaganda dieron a la entrega de cuerpos de parte de Hamas. En lo segundo, Boric se alineó tras Zelensky y las posturas belicistas de la dirigencia de la Unión Europea.
La entrega de los cuerpos de la familia Bibas por parte de Hamas
Este jueves 20 de febrero de 2025, la organización palestina Hamas entregó los cuerpos de 6 personas que habían sido tomadas rehenes o prisioneras por la organización en la acción militar del 7 de octubre de 2023, con la que se inició una nueva etapa de escalada de la agresión sionista – israelí contra el pueblo de Palestina.
En esta entrega, Hamas acusó públicamente que las muertes habían sido provocadas por los bombardeos sobre Gaza de las «IDF», las fuerzas de agresión de Israel: «El criminal de guerra Netanyahu y su Ejército Nazi los asesinó con milisles desde un avión sionista».

Ante esta entrega, el Presidente de Chile Gabriel Boric publicó un escueta «Posición del Estado de Chile», replicando la publicación del Ministro de Relaciones Exteriores Alberto van Klaveren quien había publicado:
«El espectáculo montado por el grupo terrorista Hamas para entregar los restos de los rehenes niños y anciano israelíes, así como el engaño por el cuerpo de la madre, resultan inaceptables y merece todo nuestro repudio. Es una violacion más del derecho internacional humanitario.«
Sin embargo, el padre de la familia Bibas acusó públicamente a Israel de matarlos, es decir dando veracidad a las acusaciones de Hamas, que habían señalado que las muertes se habían dado por los bombardeos sionistas dando aplicación a la tristemente famosa «Directiva Hanibal», la cual establece el permiso de parte del ente sionista a sus militares para realizar ataques a objetivos en los que existe una alta probabilidad de producir la muerte de soldados y ciudadanos israelíes bajo control de fuerzas palestinas.
Esto tuvo que ser informado incluso por parte de la prensa europea, habitual y sistemáticamente alineada con las narrativas que emite el aparato de propaganda sionista israelí.
Entre ellos, por ejemplo, en esta nota de France 24: «Familiares de Kfir Bibas y Ariel Bibas responsabilizan al Gobierno de Netanyahu por su muerte»: «Los cuerpos de Kfir Bibas, de 10 meses, y Ariel Bibas, de 4 años, fueron entregados por Hamás este 21 de febrero en el marco de la primera fase del acuerdo de cese el fuego con Israel. Los seres queridos de la familia Bibas responsabilizaron al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por ‘no haber hecho lo necesario’ para salvarlos y piden que se entregue el cuerpo de Shiri Bibas, madre de los dos niños. Según el Ejército israelí, los niños Bibas fueron asesinados a sangre fría por el grupo palestino, una acusación rechazada por Hamás.»
Es relevante señalar que numerosas publicaciones, incluso de medios israelíes como Hareetz o «Revista 972», han informado en detalladas investigaciones el que muchas de las muertes adjudicadas por el Estado de Israel como «asesinatos de parte de la resistencia palestina», son en verdad casos en los que son precisamente las fuerzas israelíes las que han cometido los asesinatos, como ocurrió masivamente en la operación militar del 7 de octubre de 2023, o en numerosos casos posteriores en el extraordinariamente masivo bombardeo sobre la Franja de Gaza desde entonces.


La crítica de Boric a las iniciativas y negociaciones entre gobiernos de Trump y Putin para poner fin a la guerra de Ucrania
A partir de las iniciativas que han impulsado los gobiernos de Estados Unidos y la Federación Rusa a partir del inicio del nuevo Gobierno de Donald Trump, la apertura del de Vladimir Putin a nuevamente iniciar conversaciones con la dirección de la OTAN, y de las públicas señales de alejamiento de Trump de la política de Joe Biden en relación a la Guerra de Ucrania, dando reconocimiento al triunfo de Rusia y a las mentiras de la narrativa occidental dominante frente al conflicto, el presidente Boric emitió las siguientes declaraciones sobre el tema:
«Un país invade el territorio soberano de su país. Usted (con su pueblo) se defiende. Unos años después el Presidente de otro país que lo apoyó en un inicio (con otro Presidente) afirma que en verdad usted inició la guerra y que por lo tanto tiene que aceptar las condiciones de quien lo invadió, y además devolverle la ayuda entregada, y presiona a todo el mundo para ello. Eso es lo que está haciendo el Presidente Trump con Ucrania. Y es inaceptable. Que lo poderosas de las fuerzas que se mueven no nos hagan renunciar a nuestros principios. En Chile habrán varios columnistas y opinólogos que dirán que afirmar algo así es “inconveniente”. Pero para qué estamos aquí si no es para defender lo que creemos? Además, en este mundo convulso, la mejor defensa de un país como el nuestro es el respeto al derecho internacional, el sistema multilateral y los ddhh. En esa línea seguiremos.»
Este relato se alinea completamente con el que se promovió sistemáticamente la prensa occidental y los gobiernos de la OTAN en estos últimos años, pero contiene un sinnúmero de omisiones, manipulaciones y mentiras que sólo a modo de punteo podemos reseñar:
1. El inicio de la operación militar rusa se inició en febrero de 2022, pero el conflicto bélico tiene su inicio en la guerra desatada por las fuerzas del Estado ucraniano en las regiones del Donbass en marzo de 2014, a sólo semanas de haberse producido el Golpe de Estado en Ucrania, evento conocido como «Euromaidan» o Maidan, por la Plaza en la capital Kiev donde se atrincheraron grupos de choque golpistas y donde se produjo el ataque de bandera falsa con asesinatos por tiros de francotiradores en el «jueves negro» del 21 de febrero del 2014, lo cual terminó de derrocar al Gobierno de Víktor Yanukóvich cuyo respaldo provenía principalmente desde el Este ucraniano, la población rusa y ruso hablante, y los progresismos más cercanos a Rusia y la memoria de la Unión Soviética.
2. Este conjunto de operaciones fueron digitadas directamente desde los gobiernos estadounidense, británico y de la Unión Europea, y decantaron en el establecimiento de un gobierno fanáticamente antiruso, integrado por sectores y grupos ultranacionalistas de abiertas inclinaciones fascistas y nazis, que produjeron desde su inicio una serie de persecuciones, crímenes, y violaciones de derechos humanos de amplios sectores de la sociedad ucraniana, por lo pronto, de toda la población rusa y ruso hablante, otras minorías étnico-nacionales como los romaníes, y los sectores, medios y partidos de izquierda, que fueron progresivamente proscritos y perseguidos. Todo esto provocó una masiva huida de millones de personas con anterioridad a febrero de 2022, siendo Rusia el país que con creces más personas recibió de esta migración forzada masiva.
3. Las altas dirigencias ucranianas y occidentales envueltas en esta operación firmaron los Acuerdos de Minsk I y II (2014-2015) como modo de «ganar tiempo» y a, como reconocieron altas referencias europeas como a ex Canciller de Alemania Angela Merkel. Los gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido y Europa occidental usaron a Ucrania como «punta de lanza» y arma geopolítica para agredir a la Federación Rusa, con la amenaza creciente de su incorporación a la alianza político-militar OTAN. Durante este tiempo, las llamadas leyes «de descomunalización» acrecentaron el bloqueo de la memoria histórica rusa y soviética y los lazos culturales entre Ucrania y la Federación Rusa, además de acrecentar las características fascistas del régimen de Kiev.
4. Con la Guerra del Donbass, un régimen con una corrupción desatada y el continuo deterioro de las condiciones sociales y económicas, la candidatura de Volodimir Zelensky se abrió paso y triunfo gracias a ser un personaje percibido como lejano a la elite dominante, un cómico y actor que protagonizaba la serie «El Servidor del Pueblo» con la conocida escena de Zelensky entrando a la sede del Congreso ucraniano acribillando a los políticos corruptos e ineficientes. A este discurso de anti-corrupción y anti-elite, Zelensky añadió un compromiso por la paz en el Donbass, comprometiéndose a acabar con el conflicto bélico que durante el gobierno de Petro Poroshenko había permanecido sumando miles de muertos y heridos. Todo lo contrario: Zelensky afianzó su lazo con los grupos paramilitares fascistas como el Batallón Azov, Batallón Aydar o Pravy Sektor («Sector Derecho»), y se sometió a la política de asedio y agresión militar contra las regiones del Donbass.
5. A inicios del 2022, el Gobierno de Ucrania intensificó los bombardeos a las ciudades del Donbass, acelerando o gatillando la entrada directa de Rusia en la guerra. Ya iniciada lo que el gobierno de Rusia llamó como «operación militar especial» en febrero de ese año, de todos modos se abrió un canal de negociaciones que se concretó en las conversaciones en la capital de Turkiye, Estambul. Los gobiernos occidentales, en especial el del Reino Unido, bloquearon el Acuerdo de Estambul de marzo de 2022, en la que se establecían condiciones que, miradas desde hoy, eran notoriamente más favorables a Ucrania y ponían fin a la escalada bélica, que al día de hoy tiene a cientos de miles de muertos y heridos y un Estado y sociedad ucraniana destruida y con pocas posibilidades de sobrevivencia tal como se le conoció al país. Es decir, aquí son las potencias occidentales las que nuevamente pusieron bloqueos y trabas para conseguir que el multilateralismo y los acuerdos predominaran frente a la guerra de Ucrania.
6. La oposición de Donald Trump a la política del Partido Demócrata estadounidense en relación a Ucrania fue uno de los tantos temas que le abrió paso a su triunfo en una nueva candidatura presidencial, apuntando a un tema en el que prácticamente toda la alta dirigencia del «progresismo demócrata» está estrechamente relacionada, y en el que ha sido cada vez más público y evidente el que ha terminado en un completo desastre humanitario, geopolítico y económico tanto para Ucrania como para el conjunto del mundo.
Dadas estas razones, la posición del Gobierno de Boric sobre esta materia es una muestra más de su «seguidismo» a las políticas del Partido Demócrata estadounidense y las del llamado «partido único» europeo, es decir las fuerzas neoliberales y globalistas que han sido centrales en la provocación y continuidad de la guerra de Ucrania entre la OTAN y Rusia.






