ActualidadActualidad ChileChileSionismo

Iglesias cristianas «pro vida» pero a favor del ente genocida e infanticida «Israel». Una reseña a la contradictoria relación entre sectores cristianos y el sionismo

En el marco de la última cuenta pública presidencial 2025 ante el Congreso Nacional en Valparaíso, la última del gobierno de Gabriel Boric, las diputadas del «Partido Social Cristiano» Sara Concha y Francesca Muñoz portaron una bandera del ente sionista «Israel» a la vez que llevaban el pañuelo celeste de «las dos vidas», símbolo de oposición a las políticas de despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo. La provocativa acción no es para nada casual ni puntual: hace parte del ferviente apoyo que muchas personas de religión cristiana, en especial de sus corrientes evangelistas y protestantes en general, le dan al ente sionista «Israel», a pesar de que en éste se han instaurado políticas que contradicen abiertamente algunas de las ideas más primordiales para las iglesias evangélicas y pentecostales, en el tema del aborto, del matrimonio homosexual y la adopción por parte de parejas del mismo sexo, además del flagrante genocidio que perpetra contra el pueblo de Palestina. La historia que emparenta a estas corrientes del cristianismo con el sionismo es larga y aborda distintas épocas y contextos, y en esta nota se dará una reseña de ella.


Resulta llamativo y de partida extraño el ferviente apoyo que muchas iglesias evangéllicas y sus creyentes hacen al Estado de Israel, un país con un número muy bajo de cristianos (no superior al 2% entre cristianos católicos y protestantes), fundado sobre una religión, la judía, que rechaza el carácter de mesías de Jesús de Nazareth (piedra angular del cristianismo), y que además fomenta políticas que esas mismas iglesias evangélicas rechazan rotundamente en sus respectivos países: la interrupción voluntaria del embarazo o aborto, o la posibilidad del matrimonio homosexual e incluso la adopción por parejas del mismo sexo. Más aún, resulta extraña la constatación de discursos que se presentan como compasivos y de amor al prójimo y la paz, llevar la bandera de un Estado que ejecuta día tras día uno de los genocidios más masivos de la historia y actualidad mundial.

Las diputadas Sara Concha y Francesca Muñoz, del «Partido Social Cristiano» chileno, de sectores cristianos evangélicos, en la Cuenta Pública Presidencial 2025, Congreso Nacional de Chile, 1 de junio de 2025.

Pero a pesar de estas abiertas contradicciones, existe una relación de larga data entre estas corrientes del cristianismo con el sionismo, que pasaremos a reseñar.

La estrecha relación entre el cristianismo protestante evangélico con el sionismo

Al contrario de lo que muchas personas creen, el sionismo es una corriente ideológica que no sólo está enlazada con personas y corrientes de religión judía, si no que tiene una estrecha relación con varios momentos y corrientes del cristianismo, en especial dentro de las corrientes protestantes evangelistas. De hecho, la primera aparición de un actor político que formuló ideas identificables con el sionismo (aunque sin esa palabra) fue en la Inglaterra del siglo XVII, con los cristianos protestantes de Oliver Cromwell que terminó con la expulsión de los judíos de 4 siglos atrás y recogió la idea de un mítico «regreso a Jerusalén» para los judíos.

Desde entonces, la idea de que debe haber un territorio entregado a las personas de religión judía surge entre varias corrientes del cristianismo en especial en sus corrientes protestantes, bajo la idea de que la existencia de un Estado para los judíos bajo el nombre bíblico de «Israel» es una precondición para una segunda venida de Jesús a la Tierra.

Con esta concepción fuertemente anclada en un conjunto de ideas vagas pero extraídas de pasajes del «Antiguo Testamento» (conjunto de textos sagrados que comparten tanto los cristianos como los judíos), sectores del cristianismo tanto protestantes como católicos y de otras corrientes (aunque principalmente protestantes evangélicos), han sido parte crucial de los apoyos del proyecto sionista. Es decir, podría decirse que con anterioridad a que se formulase la ideología sionista como tal a fines del siglo XIX e inicios del XX por referentes como el húngaro Theodor Herzl (1860-1904) o el ruso Vladímir Jabotinsky (1880-1940), ya habían corrientes cristianas sosteniendo la idea fundante del sionismo, esto es la existencia de un Estado para los judíos, cuya localización preferencial se ponía en los territorios del remoto pasado bíblico, en el Levante mediterráneo y que por entonces era la Palestina bajo el dominio del extenso Sultanato Otomano.

En tal trayectoria de irrupción y expansión del sionismo como ideología desde fines del siglo XIX, algunos cristianos (más protestantes que católicos), especialmente en Europa y Estados Unidos, apoyaron al movimiento sionista y la concreción del «Estado de Israel» desde un inicio por motivos políticos, económicos, y/o bíblicos.

En lo político y económico, un creciente número de dirigencias y elites occidentales fueron uniéndose al proyecto colonizador sionista y las poderosas redes que fue tejiendo el movimiento sionista internacional, integrado en alta medida por elites financieras, burguesías, y familias adineradas de religión judía. Así, mucho antes que la Segunda Guerra Mundial o del inicio de la persecución nazi fascista contra las personas de religión judía, los sionistas fueron recibiendo el respaldo de la Corona británica (con la crucial Declaración de Balfour y la acción determinante de la familia Rotshchild), del Gobierno de Estados Unidos y otros gobiernos y elites occidentales, e incluso de la propia Alemania Nazi, como atestigua la amplia documentación relativa al «Acuerdo Haavara» o «Acuerdo de Transferencia».

En la dimensión religiosa, algunos de estos sectores vieron el supuesto «retorno de los judíos a Palestina» como un cumplimiento de profecías bíblicas (se citan frecuentemente fragmentos como Ezequiel 36–37 o Jeremías 31), apoyando con esto el relato falsario asociado al proyecto de colonización de personas de religión judía cuya relación con los judíos semitas de los tiempos vetero testamentarios es prácticamente inexistente, y separada de más de 27 siglos.

Estas ideas fueron reforzadas por una corriente teológica llamada «Dispensacionalismo», popularizada en el siglo XIX por el angloirlandés John Nelson Darby (1880-1882) y más tarde por la «Biblia de Referencia Scofield» (1909) escrita por el estadounidense Cyrus Ingerson Scofield, influyendo en muchos evangélicos y fundamentalistas protestantes desde entonces. Se basa en la idea de que el plan divino es distinto para las distintas etapas de la historia y también contiene un trato diferenciado para los cristianos por una parte, y los judíos por otra. Esta idea de un «plan divino diferenciado» sirve de base para estas corrientes cristianas que les permite conciliar ideas de ambas religiones que parecen como contradictorias y opuestas entre sí.

Con estas operaciones ideológicas, grupos como los evangélicos estadounidenses (especialmente bautistas y pentecostales) han sido particularmente pro-sionistas, presentando la existencia del «Estado de Israel» como un factor clave en el supuesto «plan divino» en el que dicen creer. Con todo, junto con ello, poderosos intereses económicos rodean la relación entre estas iglesias y el ente israelí, agrupadas en entidades como la poderosa AIPAC (American Israel Public Affairs Committee), que agrupa a personalidades y grupos de interés tanto judíos como cristianos.

Extremas derechas, sionismo, e iglesias evangélicas

Tales apoyos se han mantenido a pesar de la cada vez más patente voluntad genocida del proyecto sionista. Banderas israelíes se ven en numerosas actividades y manifestaciones de estos grupos protestantes evangélicos. La inclinación crecientemente ultraderechista del ente sionista «Israel» y del propio sionismo, han contribuido además en forjar toda una identidad de apoyo a estas ideas extremadamente fanáticas y reaccionarias, que han tenido manifestaciones políticas muy claras en actores políticos como Jair Bolsonaro o Javier Milei en nuestra región.

Javier Milei y Benjamin Mileikowsky alias Benjamin Netanyahu. El Presidente argentino promueve una activa política favorable a «Israel».

También, la influencia de las opciones políticas contingentes de las iglesias evangélicas pentecostales vienen determinando fuertemente las opciones de sus feligreses, como ha quedado de manifiesto en el plebiscito del 2016 en Colombia sobre el Acuerdo de Paz con las FARC, o el Plebiscito Constitucional del 2021 en Chile.

Con todo, no todas las iglesias evangélicas protestantes ni la totalidad de sus feligreses adoptan necesariamente posturas políticas de derecha o extrema derecha, aunque sí hay una convergencia entre estas ideas en muchos casos. Un contrapunto, para citar un ejemplo muy claro, puede verse en el caso de Nicaragua, donde las políticas del Gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional y su narrativa que mezcla sandinismo, socialismo y cristianismo en un mismo conjunto discursivo, ha logrado contener el avance de las posturas de derechas en estos sectores de la sociedad nicaragüense.


VIDEOS RECOMENDADOS:

Video del programa «Ahí Les Va»:

¿Qué tienen en común los cristianos evangélicos con Israel?, de AJ+ en español (Al Jazeera)


Fuentes:

Los evangélicos sionistas, Rodolfo Canini, Van Con Firma.

Iglesias evangélicas, transnacionales antiderechos en América Latina, Berta Camprubí, Desinformémonos.

Comprender el reino: iglesias evangélicas y nuevas derechas, Ana Paula Marangoni, Feminacida.

Mostrar más

Ver también

Botón volver arriba