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«Difamación»: El documental que muestra la instrumentalización política e ideológica tras las acusaciones de «antisemitismo»

En medio del rechazo creciente y a escala mundial que suscita día a día el Genocidio que comete el ente sionista contra el pueblo de Palestina, sigue siendo frecuente la utilización por parte de quienes intentan desplegar alguna defensa a favor del «Estado de Israel» y «el derecho a existir» de la entidad que encabeza hoy Benjamin Netanyahu, la acusación de que las críticas y repudios provienen de un supuesto «anti-semitismo» contra los judíos. En este documental del cineasta Yoav Shamir, nacido en territorio palestino ocupado, se muestra el contexto y sentido de esas acusaciones, detallando la instrumentalización que hacen y promueven las organizaciones sionistas como forma de cohesionar a las personas de religión judía tras el Estado de Israel y el proyecto sionista.


En el documental «Defamation» (Difamación), Yoav Shamir viaja a varios países, incluidos EE.UU., Polonia e Israel, para entrevistar a víctimas, académicos, activistas y líderes judíos, generando un debate acerca del uso político y mediático de la acusación de «anti-semitismo», una acusación que, paradojalmente, es hace décadas uno de los pilares de la justificación de la existencia del ente colonialista en territorio palestino. Una utiización completamente contradictoria, partiendo por el sencillo hecho de que los palestinos son precisamente semitas, y que los ciudadanos del «Estado de Israel» provienen de Europa, Estados Unidos u otros países, y son en su gran mayoría de otras etnias y pueblos no semitas.

El documental cuestiona si la apelación al supuesto «antisemitismo» es solamente una invención o exageración generada por algunas organizaciones sionistas como la ADL, «Liga Anti Difamación» o el poderoso lobby israelí estadounidense «AIPAC», para mantener su cohesión como «comunidades judías» y para justificar políticas tanto a nivel interno como internacional. Así, se critica la industria de una especie de «anti difamación profesional», donde ciertos grupos y organizaciones se benefician con la narrativa de victimización.

Como ejemplos de ello, muestra cómo en Israel se lleva a los jóvenes a visitar campos de concentración nazis en Polonia, y cómo se les enseña a ver el resto del mundo como hostil, omitiendo otras aristas que podrían poner en cuestionamiento tal narrativa, como la estrecha cercanía entre el Sionismo con los Nazis. En EE.UU., entrevista a judíos que sienten que el antisemitismo es un problema grave, mientras otros simplemente lo consideran marginal.

Incluye entrevistas con figuras como Norman Finkelstein, quien acusa a ciertas organizaciones de explotar el Holocausto para silenciar críticas a Israel: «Si invocas el Holocausto para justificar todo lo que hace Israel, terminas trivializando el Holocausto».

A continuación, la película documental completa:

Más allá del documental «Difamación»

Esta dinámica ha sido ampliamente discutida por académicos, activistas y periodistas, y se relaciona con lo que algunos llaman «la instrumentalización del Holocausto» o «el uso del antisemitismo como escudo».

En efecto, la apelación a un supuesto «anti semitismo», busca constantemente deslegitimar las críticas al ente sionista «Estado de Israel»: Cualquier cuestionamiento a las políticas israelíes (ocupación, apartheid, bombardeos a Gaza) es presentado como un ataque al «pueblo judío», equiparando sionismo con judaísmo. Por lo demás, esto contiene una serie de contradicciones elementales: los palestinos son semitas, y los israelíes son en su gran mayoría provenientes de otrs países y no son semitas. Los judíos, además, no son un «pueblo» en el sentido político de la palabra, si no que son una religión. Señalado eso, el judaísmo es la única religión del mundo a la que se le ha avalado la posibilidad de tener un Estado propio y excluyente de la población local palestina, con un proyecto de ocupación colonialista justificado en supuestas raíces religiosas y étnicas de hace más de 25 siglos atrás.

Además, con ello se busca presionar a gobiernos, fuerzas políticas y medios de comunicación: Organizaciones como la ADL (Anti-Defamation League), el Simon Wiesenthal Center, la poderosa entidad de lobby sionista AIPAC (American Israel Public Affairs Committee) y otras tantas a nivel mundial, como en Chile, la «Comunidad Judía de Chile», desarrollan una sistemática campaña de censura y silenciamiento de dirigencias y personalidades críticas hacia el proyecto sionista, tal como ha sucedido, para sólo citar algunas figuras, a Jeremy Corbyn en el Reino Unido, Ilhan Omar en Estados Unidos, o Daniel Jadue en Chile.

Así, se justifican políticas represivas en varios países como Francia o Alemania, en las que se han dictado «leyes contra el antisemitismo» que se utilizan para prohibir protestas pro-Palestina o censurar la actividad de denuncia del apartheid y genocidio que ejecuta el «Estado de Israel».

Uno de los principales denunciantes de esta operación de difamación, censura y cancelación de las voces críticas frente al proyecto sionista, es Norman G. Filkenstein, que en su libro «La industria del Holocausto. Reflexiones sobre la explotación del sufrimiento judío», muestra cómo se ha utilizado la apelación a los crímenes nazis para justificar la existencia del «Estado de Israel» y la privilegiada posición del sionismo en el mapa del poder mundial actual, que le da, hasta hoy, completa impunidad por los crimenes que perpetra día a día contra el pueblo de Palestina en el territorio que le está usurpando.

Por cierto, nada de lo aquí señalado significa que no haya existido o exista el fenómeno del antisemitismo, o que efectivamente las personas de religión judía hayan sido objeto de persecuciones como las desplegadas criminalmente por el Tercer Reich nazi alemán, o que haya habido o haya tendencias anti-judías en sectores particularmente situadas entre las extremas derechas. Sin embargo, el fenómeno dominante hoy en día es más bien el contrario: una posición de privilegio a nivel mundial de parte del ente sionista en cuanto expresión de poder del movimiento sionista (judío y cristiano, sobretodo del ala protestante evangélica), que les permite llevar a cabo en completa impunidad uno de los crímenes de lesa humanidad más públicos y notorios en la historia humana.


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