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Asesor de Eduardo Frei Ruiz-Tagle confirma que su gobierno orquestó defensa de la «demencia senil» de Pinochet para su regreso desde Londres por «razones humanitarias»

Como fue notorio desde el mismo momento de la detención del criminal de lesa humanidad Augusto Pinochet Ugarte en Londres, el Gobierno de entonces encabezado por Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000) emprendió una férrea defensa del dictador. Varias de sus más altas autoridades, como los ministros de Relaciones Exteriores, José Miguel Insulza y Juan Gabriel Valdés, y el el exministro de Defensa Edmundo Pérez Yoma, además un equipo jurídico en el que participó entre otros el actual Ministro de Relaciones Exteriores Alberto van Klaveren, emprendieron un verdadero operativo de respaldo al regreso a Chile de Pinochet, cuya extradición se pedía desde España por el ex juez Baltasar Garzón, y cuya impunidad estaba prácticamente garantizada por los pactos entre la Concertación y el pinochetismo desde los inicios de la llamada «transición». El gobierno del Reino Unido liderado por Tony Blair del Partido Laborista y su ministro del interior Jack Straw dieron su aprobación para el regreso de Pinochet a la impunidad. Uno de los asesores de Frei, Cristián Toloza Castillo, ha dado detalles de la operación de defensa a Pinochet al jurista, investigador y escritor británico Philippe Sands, para su libro Calle Londres 38.


El testimonio de Cristián Toloza Castillo, asesor del gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle dedo al jurista británico Philippe Sands, autor del libro Calle Londres 38, confirma en detalles el operativo de defensa a Pinochet. Toloza señala que las autoridades chilenas colaboraron en la simulación de una enfermedad mental de Augusto Pinochet para facilitar su regreso desde Londres y evitar su extradición a España. Su testimonio muestra la contracara de las declaraciones de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, que ha señalado que “Yo no defendí a Pinochet, yo defendí a la soberanía de Chile” (ver nota de agosto de 2023).

Pinochet, entonces Senador vitalicio, fue arrestado en Londres el 16 de octubre de 1998 bajo una orden del juez español Baltasar Garzón, quien lo reclamaba por crímenes contra la humanidad y conforme al Principio de Jurisdicción Universal que permite perseguir a criminales de este tipo en cualquier país en que se encuentren. Sin embargo, tras más de un año de batalla legal, el Ministro del Interior del gobierno británico de Tony Blair, Jack Straw, anunció en marzo de 2000 que no procedería con la extradición, alegando «razones humanitarias» debido a un supuesto deterioro mental del general.

La escena del arribo de Pinochet a Chile alimentó aún más las obvias sospechas por la alegación de «demencia senil»: tras descender en silla de ruedas del avión de la FACH, el exdictador se levantó con aparente normalidad para abrazar al entonces comandante en jefe del Ejército, Ricardo Izurieta.

Augusto Pinochet Ugarte, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, y Edmundo Pérez Yoma.

El manual del fingimiento

De acuerdo con Toloza, el gobierno de Frei habría elaborado un documento de unas diez páginas con instrucciones detalladas sobre cómo Pinochet debía simular síntomas de demencia. «Se indicaba que tenía que decir que había pensado en suicidarse, que sufría pérdida de memoria y que debía comportarse de manera incoherente», relató el exasesor.

Según su versión, el informe fue entregado a Izurieta, quien habría transmitido las indicaciones a Pinochet durante un encuentro en Londres. «Supongo que llegó a sus manos, porque Izurieta viajó y se vieron», afirmó Toloza.

Presiones políticas y un acuerdo encubierto

El gobierno de Tony Blair buscaba una salida al conflicto diplomático, pero necesitaba enfrentar las críticas de la opinión pública de que Pinochet nunca enfrentaría la justicia en Chile. Para convencer a los británicos, Toloza viajó con un documento secreto, presuntamente facilitado por el Ejército de Chile, que vinculaba a Pinochet con la Operación Caravana de la Muerte.

«Les aseguramos que en Chile no habría impunidad», declaró Toloza, recordando su conversación con Jonathan Powell, jefe de gabinete de Blair. Sin embargo, pese a los procesos judiciales posteriores, Pinochet nunca fue condenado: en 2001, la Corte Suprema lo declaró «mentalmente incapaz» para ser juzgado.

Silencio de Frei y autoridades de la época

Consultado por el medio BioBioChile en una nota publicada hoy sobre el tema («Gobierno de Frei ayudó a Pinochet a fingir enfermedad mental en Londres, según alto funcionario»), Toloza se limitó a decir que «todo está en el libro», sin agregar más detalles. Por su parte, el exministro de Defensa Edmundo Pérez Yoma negó conocer el supuesto informe entregado a Izurieta.

El expresidente Frei Ruiz-Tagle, por ahora, no ha respondido a las solicitudes de entrevista.


Registros televisivos del regreso de Pinochet desde Londres:

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