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A 2 meses del derrocamiento de Al Assad: La desestabilización y destrucción de Siria por parte del imperialismo occidental liderado por Estados Unidos

Fuente: Blog de Rafael Poch de Feliu.

Se cumplen dos meses de la caída del gobierno de Bassar Al-Assad y desde entonces en este país de Asia Occidental se ha producido lo que muchos alertaron: el nuevo régimen ha cometido una extremadamente violenta persecución de ex autoridades y adherentes del gobierno derrocado, contra la población alauita, cristiana, desatado un brusco cambio acerca de los derechos de las mujeres, instalando la sharia y un férreo control de toda oposición posible. Todo esto, con el aval y apoyo directo de las potencias occidentales. Aquí presentamos dos textos traducidos y publicados en el recomendable blog de Rafael Poch de Feliu acerca de la sistemática injerencia del imperialismo estadounidense y occidental en Siria.


Dividir y desestabilizar al país-objetivo

Autor: Glenn Diesen

A lo largo de los años, Estados Unidos y la OTAN han desarrollado un modelo para el cambio de régimen bajo el pretexto de defender los valores democráticos liberales. Primero se intenta sembrar divisiones dentro del Estado objetivo, y a continuación se proporciona apoyo político, económico y militar a los grupos de la oposición. Si los grupos de la oposición consiguen derrocar al gobierno, Estados Unidos y la OTAN lo celebran como una «revolución democrática» contra un gobierno autoritario. Si el gobierno derrota a los grupos de la oposición, Estados Unidos o la OTAN pueden intervenir militarmente con la justificación de impedir que el gobierno «mate a su propio pueblo». Este modelo también se aplicó a Siria en lo que se convirtió en una larga guerra.

Dividir y desestabilizar Siria

Estados Unidos comenzó a fabricar divisiones étnicas en Siria y a sentar las bases de una guerra civil en la década de 1980. Un memorando desclasificado de la CIA de 1986 revela una estrategia para fomentar las divisiones étnicas en Siria con el fin de llevar a cabo un cambio de régimen:

Creemos que una reanudación de la violencia comunal entre alauíes y suníes podría inspirar a los suníes en el ejército a volverse contra el régimen… Una fuerza excesiva del gobierno para sofocar tales disturbios podría ser vista por los suníes como prueba de una venganza del gobierno contra todos los suníes, precipitando protestas aún mayores por parte de otros grupos suníes. Aunque el régimen dispone de recursos para aplastar tal empresa, creemos que los brutales ataques contra civiles suníes podrían incitar a un gran número de oficiales y reclutas suníes a desertar o a organizar motines en apoyo de los disidentes, e Irak podría suministrarles armas suficientes para iniciar una guerra civil«[1].

Cuando la Guerra Fría terminó en 1989 y los soviéticos dejaron de contar, Estados Unidos trató de aprovecharse eliminando a los aliados soviéticos indefensos. Tras la primera Guerra del Golfo en 1991, el Subsecretario de Defensa de la época, Paul Wolfowitz, argumentó que EEUU tenía que limpiar la región mientras ocupara una posición dominante:

«Con el fin de la Guerra Fría, ahora podemos utilizar nuestro ejército con impunidad. Los soviéticos no vendrán a bloquearnos. Y tenemos cinco, tal vez diez, años para limpiar estos antiguos regímenes sustitutos soviéticos, como Irak y Siria, antes de que surja la próxima superpotencia que nos desafíe«[2].

Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, Siria se convirtió en objetivo de una serie de guerras oportunistas. El ex comandante supremo de la OTAN, el general estadounidense Wesley Clark, reveló que le entregaron un memorando que «describe cómo vamos a acabar con siete países en cinco años. Empezando por Irak, y luego Siria, Líbano, Libia, Somalia, Sudán y acabando con Irán«[3].

Tras la invasión de Irak, la atención empezó a centrarse en destruir Siria como puente terrestre de Irán para apoyar a Líbano y Palestina. En 2005, el Wall Street Journal informó de que «aumenta la presión para un cambio de régimen en Damasco», y el ex asesor del Pentágono Richard Perle destacó la oportunidad de que «Assad nunca ha estado más débil, y deberíamos aprovecharlo»[4]

En una entrevista con el presidente Bashar Al-Assad en 2005, la periodista de la CNN Christiane Amanpour habló abiertamente de los planes de cambio de régimen en Siria:

«Señor Presidente, usted sabe que la retórica del cambio de régimen se dirige hacia usted desde Estados Unidos. Están buscando activamente un nuevo líder sirio. Están concediendo visados y visitas a políticos de la oposición siria. Hablan de aislarle diplomáticamente y, tal vez, de un golpe de Estado o del desmoronamiento de su régimen. ¿Qué piensa al respecto?«[5].

Los esfuerzos propagandísticos de Washington para explotar las divisiones étnicas y religiosas se centraron principalmente en las quejas de la minoría kurda y en el temor de los musulmanes suníes a ser subordinados por los musulmanes chiíes debido a la asociación de Siria con Irán. [6]

Un cable filtrado de la embajada estadounidense en Siria en 2006 recomendaba «jugar con los temores suníes a la influencia iraní», aunque el miedo a Irán es «a menudo exagerado», y Estados Unidos debería trabajar con Arabia Saudí y Egipto para «publicitar y centrar la atención regional en la cuestión»[7]. La embajada estadounidense abogó por alentar un levantamiento y, al mismo tiempo, crear temores en el gobierno sobre un golpe de Estado, ya que «aumenta la posibilidad de una reacción exagerada contraproducente»[8], con lo que se podría instigar y exacerbar un ciclo de violencia.

RAND Corporation, un think tank estadounidense estrechamente alineado con la comunidad de inteligencia, también presentó una estrategia para dividir a la sociedad siria con «acciones encubiertas, operaciones de información, guerra no convencional» para perseguir una estrategia de «divide y vencerás». La RAND abogaba por que Estados Unidos «capitalizara la trayectoria del “conflicto chií-suní sostenido” poniéndose del lado de los regímenes conservadores suníes contra [los movimientos chiíes de empoderamiento aliados de Irán en el mundo musulmán]». El informe también reconocía cómo se podría utilizar a los terroristas: «La zona geográfica de las reservas probadas de petróleo coincide con la base de poder de gran parte de la red salafista yihadista«[9].

Comienza la guerra

La guerra contra Siria se desató finalmente en 2011, cuando se activaron los proxies [Nota de La Marejada: «proxy» se le llama a fuerzas político-militares que actúan por delegación de una fuerza político-militar mayor]. Un artículo del New York Times confirmó que la CIA había gastado más de mil millones de dólares en armar y entrenar a los rebeldes contra el gobierno sirio, y que gran parte de las armas acabaron en manos del grupo yihadista Al-Nusra, que luchó junto a los combatientes respaldados por la CIA[10] Los medios de comunicación vendieron los acontecimientos como un ataque del gobierno contra manifestantes pacíficos.

Un informe del Pentágono de agosto de 2012 confirma que los planificadores militares estadounidenses previeron que los yihadistas tratarían de establecer el control territorial en el este de Siria:

«Si la situación se desmadra, existe la posibilidad de establecer un Principado salafista declarado o no declarado en el este de Siria (Hasaka y Deir Ezzor), y esto es exactamente lo que desean las potencias que apoyan a la oposición, para aislar al régimen sirio, considerado el fondo estratégico de la expansión chií (Irak e Irán)«[11].

Roland Dumas, ex ministro de Asuntos Exteriores de Francia, argumentó que los británicos contribuyeron a los esfuerzos estadounidenses en 2009 financiando a «pistoleros» regionales, lo que estaba motivado por intereses petrolíferos y como movimiento geopolítico contra Irán[12]

Peter Ford, ex embajador británico en Siria de 2003 a 2006, critica igualmente a su propio gobierno por la «incoherente y grotesca» política hacia Siria. Ford sostiene que la guerra en Siria fue iniciada y perpetuada por una agenda occidental de cambio de régimen, que se tradujo en el uso de terroristas yihadistas como apoderados[13].

Cuando Rusia intervino en 2015 para rescatar al gobierno sirio, Estados Unidos trató de arrastrar a Rusia a una larga guerra para agotar sus recursos. El representante estadounidense en Siria, James Jeffrey, argumentó que el objetivo de Estados Unidos en Siria era crear un conflicto duradero para debilitar a Rusia: «Mi trabajo es convertirlo en un atolladero para los rusos«[14]. Dana Stroul, copresidenta demócrata del Grupo de Estudio sobre Siria, argumentó en noviembre de 2019 que el objetivo estadounidense era controlar los recursos naturales sirios como fuente de influencia sobre cualquier futuro acuerdo político, y obstruir la ayuda a la reconstrucción para garantizar que el territorio controlado por el Gobierno siguiera siendo un “escombro”[15].

El cambio de régimen acabó teniendo éxito en diciembre de 2024, ya que Siria se había debilitado, Turquía había preparado un ejército yihadista por delegación, Rusia estaba distraída por una larga guerra en Ucrania e Israel había debilitado a Hezbolá en Líbano.

Mientras que la guerra por delegación ha pasado por diferentes etapas, los medios de comunicación han vendido sistemática y diligentemente la narrativa de un movimiento popular orgánico de fuerzas democráticas alzándose contra la dictadura siria. Estados Unidos representaba supuestamente a la «comunidad internacional», defensora reticente y virtuosa del pueblo sirio.


[1] Van Wagenen, W., Creative Chaos: How U.S. Planners Sparked the Anti-Government Protests of the So-Called Arab Spring in Syria, The Libertarian Institute, 31 January 2022.

[2] Sachs, J., 2018. Ending America’s War of Choice in the Middle East. Horizons: Journal of International Relations and Sustainable Development, (11), pp.20-33.

[3] Clark, W., 2007. Interview with General Wesley Clark, Democracy Now, 2 March 2007.

[4] WSJ 2005. Syria Debate Exposes Iraq Fault Lines, The Wall Street Journal, 6 December 2005.

[5] CNN 2005. Al-Assad: ‘Syria has nothing to do with this crime’, CNN, 12 October 2005.

[6] Hersh, S., 2007. The Redirection, The New Yorker, 5 March 2007.

[7] Wikileaks 2006, Influencing the SARG in the end of 2006, Wikileaks, 6 December 2006.

[8] Wikileaks 2006, Influencing the SARG in the end of 2006, Wikileaks, 6 December 2006.

[9] RAND 2008. Unfolding the Future of the Long War: Motivations, Prospects, and Implications for the U.S. Army, RAND Corporation, Pittsburgh, p.171.

[10] Mazzetti, M., Goldman, A., and Schmidt, M.S., 2017. Behind the Sudden Death of a $1 Billion Secret C.I.A. War in Syria, The New York Times, 2 August 2017.

[11] Judicial Watch 2015, ‘Defense, State Department Documents Reveal Obama Administration Knew that al Qaeda Terrorists Had Planned Benghazi Attack 10 Days in Advance’, Judicial Watch, 18 May 2015.

[12] Guardian 2013, Syria intervention plan fuelled by oil interests, not chemical weapon concern, The Guardian, 31 August 2013.

[13] Hadjimatheou, C., 2021. Mayday: How the White Helmets and James Le Mesurier got pulled into a deadly battle for truth, BBC, 27 February 2021.

[14] Brennan, D., 2020. U.S. Syria Representative Says His Job Is to Make the War a ‘Quagmire’ for Russia, Newsweek, 13 May 2020.

[15] CSIS 2019. Syria in the Gray Zone, Center for Strategic and International Studies, 1 November 2019.

(Publicado en: America’s Long War Against Syria – Glenn Diesen’s Substack )


Las sanciones occidentales funcionaron esta vez

Autor: Rick Sterling, entrevistando a Peter Ford

Peter Ford trabajó en el Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido durante muchos años y fue embajador del Reino Unido en Bahrein (1999-2003) y después en Siria (2003-2006). Posteriormente, fue representante en el mundo árabe de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA) Rick Sterling le entrevistó el 6 de enero de 2025.

P: ¿Por qué cree que el ejército y el gobierno sirios se derrumbaron tan rápidamente?

Peter Ford: Todo el mundo se sorprendió pero, en retrospectiva, no deberíamos habernos sorprendido. Durante más de una década, el ejército sirio había sido vaciado por la situación económica extremadamente grave de Siria, causada principalmente por las sanciones occidentales. Siria sólo disponía de unas pocas horas de electricidad al día, no tenía dinero para comprar armas y no podía utilizar el sistema bancario internacional para comprar nada en absoluto. No es de extrañar que el ejército estuviera agotado. En retrospectiva, podría decirse que la sorpresa es que el Gobierno y el Ejército sirios lograron hacer retroceder a los islamistas. El Ejército sirio los obligó a entrar en el reducto de Idlib hace cuatro o cinco años. Pero después de ese momento, el ejército sirio se deterioró, se volvió menos preparado para la batalla a nivel técnico y también moral.

Los soldados sirios son principalmente reclutas y sufren tanto como cualquier sirio de a pie por la situación económica realmente espantosa de Siria. Me cuesta admitirlo, pero las sanciones occidentales fueron extremadamente eficaces a la hora de conseguir lo que se proponían: poner de rodillas a la economía siria. Así que tenemos que decir, y lo digo con profundo pesar, que las sanciones funcionaron. Las sanciones hicieron exactamente aquello para lo que fueron diseñadas: hacer sufrir al pueblo sirio y provocar así el descontento con lo que ellos llaman el régimen.

Los sirios de a pie no entendían las complejidades de la geopolítica, y culpaban al gobierno sirio de todo: de no tener electricidad, de no tener alimentos, de no tener gas, petróleo, de la alta inflación. Todo lo que se derivaba de estar aislado de la economía mundial y no tener partidarios con bolsillos sin fondo.

Siria estaba siendo atacada y ocupada por grandes potencias militares (Turquía, EEUU, Israel). Además de miles de yihadistas extranjeros. El ejército sirio estaba tan desmoralizado que al final del día eran realmente un tigre de papel.

P: ¿Cree que el Reino Unido y Estados Unidos participaron en el entrenamiento de los yihadistas antes del ataque de diciembre contra Alepo?

Peter Ford: Absolutamente. Los israelíes también. El líder de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), Ahmed Huseín al-Charaa (antes conocido como Abu Mohamed al-Golani) tiene casi con toda seguridad asesores británicos en el trasfondo. De hecho, detecté la mano de dichos asesores en algunas de las declaraciones realizadas en un inglés impecable. Las declaraciones tenían ortografía americanizada, así que la CIA también está ahí. Golani es un títere, una marioneta que dice lo que ellos quieren que diga.

P: ¿Cuál es la situación actual, un mes después del colapso?

Peter Ford: Hay escaramuzas aquí y allá, pero en general, los islamistas y los combatientes extranjeros son los que mandan. Hay focos de resistencia en Latakia, donde los alauitas luchan literalmente por sus vidas. Gran parte de los combates se deben a los intentos de HTS, los actuales gobernantes, de confiscar las armas. Los alauitas están resistiendo y hay focos de resistencia en el sur, donde hay milicias locales drusas.

El HTS está muy disperso sobre el terreno. Tienen problemas para imponerse. Aunque se impusieron al ejército sirio, en realidad nunca tuvieron que combatir mucho. Supongo que sólo cuentan con unos 30.000 combatientes y, repartidos por toda Siria, no son muchos. Hay un importante foco de resistencia en el noreste, donde están los kurdos. Los aliados kurdos de los estadounidenses están resistiendo. El llamado Ejército Nacional Sirio, que es un frente del ejército turco, puede entrar en una guerra total contra las fuerzas kurdas. Pero eso va a depender en parte de lo que ocurra tras la toma de posesión del nuevo presidente estadounidense, de cómo Trump afronte la situación.

P: ¿Qué está escuchando de la gente en Siria?

Peter Ford: No es una historia bonita. HTS y sus aliados han estado desfilando mostrando su dominio, ondeando banderas de ISIS y Al Qaeda. Han estado intimidando, confiscando y saqueando. Tanto a los soldados cristianos como a los alauitas que se han rendido se les ha aplicado la justicia sumaria, y las ejecuciones al borde de las carreteras han sido la norma. En sus ciudades y pueblos, los cristianos sólo intentan refugiarse y rezar. Literalmente. Lamento decir que los altos clérigos cristianos, con una o dos nobles excepciones, han optado por el apaciguamiento y han traicionado de hecho a sus comunidades. Los altos dirigentes de la Iglesia Ortodoxa, en particular de la Iglesia Católica Griega, se han hecho fotografiar con dignatarios del régimen yihadista.

Están poniendo la otra mejilla. Es todo un contraste con los alauitas. Pero no tienen elección. Recordarán que el lema de los ejércitos yihadistas durante el conflicto era: «Los cristianos a Beirut, los alauitas a la tumba». El HTS se dedica a celebrar reuniones con clérigos y a hacer ruidos tranquilizadores. Mientras tanto, sus secuaces circulan en camiones con banderas del ISIS. Lo que oigo es muy deprimente.

El régimen está dejando a los alauitas totalmente abandonados. Apenas se lee una palabra en los medios de comunicación occidentales sobre la difícil situación de los alauitas y no mucho más sobre los cristianos.

P: Los medios de comunicación occidentales han demonizado a Bashar al-Ásad e incluso a Asma al-Ásad. ¿Qué impresión le causaron Bashar y Asma cuando los conoció? ¿Qué opina de las acusaciones de que acumularon miles de millones de dólares?

Peter Ford: Las acusaciones son completamente espurias. Conozco a algunos miembros de la familia Ásad, algunos de ellos han vivido durante muchos años en Gran Bretaña. Vivían en circunstancias personales muy modestas. Si al-Ásad hubiera sido multimillonario, como están diciendo, algo de eso se habría filtrado. Puedo garantizarles que ese no ha sido el caso. Estas acusaciones también van en contra de las impresiones que recogí cuando veía a los Ásad cuando era embajador allí. Apreciaban las cosas buenas de la vida como todo el mundo, pero no parecían del tipo (Fernando e Imelda) Marcos. Nada de eso. Todo es mentira, inventado para servir a la agenda más profunda.

El pataleo mediático contra Bashar y Asma es realmente desagradable. No tiene sentido. Ha decepcionado a los pocos seguidores que le quedaban, aunque creo que no era realista que esperaran más. Pero el hecho es que huyó cuando otros no pudieron huir, y muchos de esos han sido asesinados, o se están escondiendo o han escapado al Líbano en algunos casos, donde también se esconden. Salvó su pellejo, pero machacarle como están haciendo los medios de comunicación es realmente de mal gusto y carece de sentido. Es parecido a este nuevo género de pornografía política, el porno de al-Ásad, las historias de tortura, la narrativa exagerada sobre la prisión y las fosas que se están abriendo. En realidad, por cierto, la mayoría de esas tumbas son de muertos de guerra. No eran personas torturadas hasta la muerte como pretenden los medios. Cientos de miles de personas murieron en el conflicto durante más de una década, y muchas de ellas fueron enterradas en tumbas sin nombre. Pero los medios de comunicación occidentales se deleitan con este nuevo género pornográfico contra al-Ásad.

Todo esto está siendo azuzado para hacer que las audiencias occidentales acepten mejor la forma en que Occidente se está metiendo en la cama con Al Qaeda. Cuanto más se demoniza a al-Ásad y se insiste en las fechorías del régimen de al-Ásad, más probable es que traguemos y nos distraigamos de las atrocidades horribles que se están llevando a cabo en este momento.

Los líderes occidentales están besando los pies a un tipo que sigue siendo un terrorista buscado y que ha sido miembro fundador de ISIS, por el amor de Dios, así como miembro fundador de Al Qaeda en Siria. Es moralmente desagradable y vergonzoso.

Al-Golani necesita desesperadamente a Occidente ahora. De lo contrario, correrá la misma suerte que Bashar al-Ásad. Si la economía sigue su trayectoria de los últimos años, al-Golani será un cadáver político en poco tiempo. Tiene que lograr una mejora económica rápida y masiva para sobrevivir como líder. Y de esto se trata. Su estrategia, obviamente, consiste en ordeñar su estatus de marioneta de Occidente para asegurarse no sólo la ayuda a la reconstrucción, que es a largo plazo, sino de forma más inmediata el alivio de las sanciones, la electricidad fluyendo de nuevo, el petróleo.

No olvidemos que el petróleo y el gas de Siria siguen estando efectivamente en manos de Estados Unidos, que a través de sus títeres kurdos controla un segmento de la economía, que solía valer, creo, el 20% del PIB real y proporcionar petróleo esencial para combustible, cocina, todo. Tiene que poner sus manos en eso y conseguir que se levanten las sanciones. De eso se trata. Pero tiene un gran problema: Israel. Israel no se lo cree. Israel es la excepción. Todo el frente occidental se está volcando para ir a besar los pies del sultán de Damasco. Pero los israelíes no se fían de él.

Israel está destruyendo los restos del ejército sirio y su infraestructura. Mientras tanto se apoderan de más tierras sirias. Quieren mantener a Siria de rodillas indefinidamente insistiendo en que no se levanten las sanciones occidentales. Tengo la sensación de que en Washington se está librando una batalla real entre lo que podríamos llamar el Estado profundo, que estaría a favor de levantar las sanciones, y el lobby israelí, que se resiste a ello por egoístas razones israelíes. Dado que el lobby israelí gana estas luchas nueve de cada diez veces, las perspectivas pueden no ser tan buenas para el régimen de al-Golani.

P: ¿Cuáles son sus esperanzas y temores para Siria? ¿Cuál es el escenario de pesadilla y cuál el mejor posible?

Peter Ford: Soy muy pesimista. Es muy difícil ver un resquicio de esperanza en lo que ha sucedido. Siria ha sido eliminada como actor en Oriente Próximo. La antigua Siria ha muerto. Siria era el último hombre en pie entre los países árabes que apoyaban a los palestinos. No había ningún otro. Había milicias como Hezbolá y Yemen, pero no había más Estados que Siria. Ahora Siria ha desaparecido y los yihadistas dicen, le dicen al mundo que no les importa. Por cierto, este es un ejemplo de cómo los israelíes no aceptan un sí por respuesta. Los yihadistas siguen diciéndole al mundo: «Amamos a Israel. No nos importan los palestinos. Por favor, acéptennos. Os queremos». Y los israelíes no aceptan un sí por respuesta.

La mejor esperanza para el pueblo sirio es que pueda obtener algún respiro. Es posible imaginar un escenario en el que el pueblo sirio pueda recuperarse, al menos económicamente un escenario en el que se levanten las sanciones, en el que Siria, el gobierno central recupere el control de su petróleo y su grano, en el que los combates hayan cesado, en el que no tenga que pagar nada para mantener un ejército porque no lo está intentando. Podrían dedicarlo todo a la reconstrucción.

Así que es posible imaginar un escenario en el que Siria pierda su alma, pero gane más horas de electricidad. Ese es posiblemente el escenario más probable. Pero hay grandes obstáculos, como ya hemos comentado: Israel se interpone en el camino de las sanciones, el levantamiento de focos de resistencia en la disciplina entre las filas yihadistas, Turquía arrasando a los kurdos y al ISIS, que todavía no es una fuerza completamente agotada. Así que el panorama es obviamente nublado. Deberíamos hacer balance dentro de un mes, cuando veamos los primeros días del nuevo régimen en Washington, del que tanto dependerá.

P: En el primer mandato de Trump intentó retirar todas las tropas estadounidenses del este de Siria, pero sus esfuerzos fueron ignorados. ¿Quizás eso podría haber marcado una gran diferencia?

Peter Ford: Sí, podría haber cambiado totalmente las reglas del juego. Si Siria hubiera tenido acceso a su petróleo, no habría tenido el problema del combustible, el problema de la electricidad. Podría haber cambiado la historia de la región.

Ahora, los EE.UU. están aumentando el número de soldados y bases en Siria. Y recientemente asesinaron a un líder de ISIS que podría haber desempeñado un papel en el desencadenamiento del reciente ataque terrorista en los EE.UU.. Todo esto hace que ahora sea mucho más difícil para Trump retirar las fuerzas estadounidenses porque será visto como una retirada, una recompensa para ISIS.

Durante años sostuve que las sanciones manifiestamente no estaban funcionando. Pero al final lo hicieron. Es como un puente. Se socava y de repente se rompe. No hubo una causa única. Fue sólo la culminación y las cosas llegaron a un punto de inflexión.

(Publicado en: How the West Destroyed Syria – Antiwar.com )


Notas relacionadas:

Ver también

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