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La estrecha colaboración del Estado de Israel con la militarización y la violación de derechos humanos en Colombia

Fuente: Red de Al Mayadeen, Canal satelital árabe informativo independiente.

Revelan estrecha colaboración de «Israel» con genocidio en Colombia

«Israel» y Colombia, principales aliados de Estados Unidos en el Medio Oriente y América Latina respectivamente, aunaron esfuerzos para el genocidio del pueblo colombiano, según reveló una investigación del periodista Dan Cohen, corresponsal en Washington DC de Behind The Headlines.

Bajo el sugerente título de “El rol de agentes israelíes en el genocidio político colombiano”, Cohen desgrana la trama de cómo se inicio de una campaña de exterminio que duró dos décadas. De 1984 a 2002, al menos 4 mil 153 miembros —incluyendo 2 candidatos a la presidencia, 14 parlamentarios, 15 alcaldes, 9 candidatos a alcalde, 3 miembros de la cámara de representantes y 3 senadores— fueron asesinados o desaparecidos, en lo que la justicia colombiana denominó como «genocidio político».

Cita una reciente investigación del reconocido periodista colombiano Alberto Donadio, según cual el exterminio de la Unión Patriótica fue ideado por el sucesor del presidente Belisario Betancur, el presidente Virgilio Barco Vargas, implementando un plan elaborado por uno de los espías más condecorados en la historia israelí, Rafael ‘Rafi’ Eitan.

Ambos países han probado armas y estrategias militares que han exportado durante mucho tiempo en todo el mundo. Tras el éxito que supuso el Plan Colombia del gobierno de Estados Unidos a la hora de debilitar el movimiento guerrillero de las FARC, éste ha sido aclamado como un modelo de contrainsurgencia exportable para implantar en otros lugares, desde México a Afganistán.

Señala la pesquisa que la presencia de Rafi Eitan en Colombia ahondó la creciente alianza de los socios menores del imperio estadounidense. Pese a algunos escándalos, la relación «Israel»-Colombia sólo se ha fortalecido a lo largo de los años. Bajo el presidente Iván Duque, los dos países han renovado los lazos y el personal militar israelí ha capacitado a sus homólogos colombianos en «contraterrorismo».

Involucrado en el espionaje israelí desde el establecimiento del estado, Eitan es recordado principalmente por capturar al criminal de guerra nazi Adolf Eichmann en Argentina. Sin embargo, también jugó un papel central en varias de las operaciones más desagradables del Mossad. «Todo el trabajo de inteligencia es una asociación con el crimen. La moral se deja a un lado», comentó una vez Eitan.

Destaca en la pesquisa que «Israel» accesó sin restricciones a la inteligencia que el programa de vigilancia PROMIS recopiló en todos los países que lo usaban, amigos y enemigos por igual, incluida Colombia.

El analista aborda la labor de Eitan durante años como operador “antiterrorista” y espía, incluyendo la época en que trabajo como adjunto de Ariel Sharon, entonces asesor de seguridad nacional del primer ministro Yitzhak Rabin.

El análisis expone ampliamente el accionar y la presencia de Eitan en Colombia donde fue muy activo en el asesinato de miembros de la Unión Patriótica en 1985.

Según una investigación Eitan pasó meses recorriendo el país con asesores colombianos, financiados en secreto por la empresa colombiana Ecopetrol.

En 1989, los periodistas veteranos Yossi Melman y Dan Raviv informaron en The Washington Post que el israelí había sido contratado como asesor de seguridad nacional del gobierno de Colombia.

Pese a que Eitan trató de mantener discretas sus actividades en Colombia, un perfil en la revista israelí Makor Rishon reveló que desempeñó un papel central en la compra de marzo de 1989 de 20 aviones de combate Kfir israelíes.

Otros veteranos terroristas israelíes también tuvieron una actuación notoria en el genocidio de los integrantes de los movimientos de izquierda, líderes campesinos y opositores, entre ellos un mercenario israelí llamado Yair Klein quien llegó a Colombia para entrenar a narcoparamilitares sobre cómo derrotar a la insurgencia de las FARC.

Klein fundó una empresa de mercenarios llamada Hod Hahanit (Punta de lanza) en 1984, sacados de los grupos de ex policías israelíes y unidades de operaciones especiales.

Según el libro All Is Clouded by Desire: Global Banking, Money Laundering, and International Organized Crime, este grupo de mercenarios alcanzó su primer acuerdo a cuenta de la guerra civil en el Líbano, suministrando ayuda a las notoriamente brutales milicias cristianas falangistas, la misma fuerza que masacró entre 800 y 3 mil 500 refugiados palestinos en los campamentos de Sabra y Chatila bajo la supervisión militar directa de «Israel» en septiembre de 1982.

En 1987, Klein aterrizó en Colombia para reunirse con el teniente coronel israelí Yithzakh Shoshani y otro connacional, Arik Afek, quienes se habían establecido años antes en el país latinoamericano tras conseguir lucrativos acuerdos de venta de equipo militar.

Klein llevó a cabo tres sesiones de formación, cada una para unas 30 personas. Lo asistieron tres entrenadores, todos coroneles del ejército israelí: Tzadaka Abraham, Teddy Melnik y Amatzia Shuali.

Klein entrenó a los hermanos Carlos y Fidel Castaño, los líderes de escuadrón que luego formarían las notoriamente violentas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

Bajo el patrocinio de ricos terratenientes, narcotraficantes, ganaderos, políticos y militares colombianos, las AUC cometieron masacres espeluznantes en todo el país, incluso utilizando motosierras para asesinar y desmembrar a los campesinos, todo ello con el objetivo de aterrorizar a las comunidades para que huyeran de sus tierras.

La empresa de Klein, Hod Hahanit, se mantiene activa hoy en día, señala la investigación.

Precisa el informe que después de las consecuencias del entrenamiento de los paramilitares colombianos por parte de los israelíes, la relación entre los dos principales aliados de Estados Unidos se enfrió, según los cables diplomáticos estadounidenses publicados por WikiLeaks. Pero a medida que se implementó el Plan Colombia, «Israel» y Colombia intensificaron una vez más sus colaboraciones.

Así durante la administración del presidente Santos, Colombia buscó comprar el Hermes-450 de «Israel», un dron en desarrollo utilizado durante la ocupación de Cisjordania y la Franja de Gaza, y en guerras contra el vecino Líbano.

En 2016, el entonces embajador de «Israel» en Colombia, Marco Sermoneta, se jactó de que Colombia era el principal receptor de ayuda israelí.

Sostiene la pesquisa que el presidente Iván Duque, el sucesor elegido a dedo por el expresidente de extrema derecha Álvaro Uribe, ha trabajado asiduamente para fortalecer los lazos de Colombia con «Israel».

En ese sentido, en marzo de 2020, apareció en la Conferencia de Acción Política Estadounidense de «Israel», presumiendo de sus vínculos con «Israel». Meses después, Duque y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunciaron el lanzamiento del Tratado de Libre Comercio «Israel»-Colombia.

Con apoyo de Tel-Aviv, Duque ha socavado y atacado el histórico acuerdo de paz de 2016 a cada paso, haciendo la vista gorda ante el asesinato masivo de guerrilleros desmovilizados de las FARC, sindicalistas, defensores de derechos humanos, activistas ambientales y líderes sociales, un escenario que recuerda inquietantemente al genocidio político de la Unión Patriótica.

La colaboración entre los dos protegidos de Wasgington se hizo oficial y en enero de 2020, el general de brigada militar israelí Dan Glodfus visitó una base militar colombiana para reforzar los lazos entre los dos países. En medio de una serie de masacres en septiembre de 2020, Israel envió a 10 instructores para entrenar a las Fuerzas Especiales colombianas en «contraterrorismo», a la vez que “asesoraba” acciones desestabilizadoras contra Venezuela.

Fuente: Red de Al Mayadeen, Canal satelital árabe informativo independiente.

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