Gobierno de Canadá se ve forzado a retirar nombres de «Memorial de Víctimas del Comunismo» en Ottawa por ser de Nazis y colaboradores fascistas del Tercer Reich

A punto de cumplir su primer aniversario, el Departamento de Patrimonio Canadiense ha dado un giro al proyecto del polémico monumento «Memorial a las Víctimas del Comunismo» en Ottawa: ya no incluirá nombres individuales. La decisión llega después de que organizaciones e investigadores denunciaran que una parte significativa de los homenajeados está vinculada al régimen nazi.
Ubicado cen Ottawa, el monumento fue concebido para honrar a quienes «sufrieron bajo regímenes comunistas», un recurso frecuente en la abundante propaganda anticomunista en los países occidentales capitalistas. Sin embargo, durante años, organizaciones de supervivientes del Holocausto, investigadores e historiadores alertaron de que la lista incluía a nazis y colaboradores nazis de varias nacionalidades de Europa del Este, en lo que denunciaron como un intento de reescribir su pasado criminal.
En 2024, el medio canadiense Ottawa Citizen reveló que historiadores habían advertido al departamento Patrimonio Canadiense que más de la mitad de los 550 nombres previstos para el Muro del Recuerdo debían ser eliminados por sus conexiones con el nazismo o grupos fascistas.

Ante la controversia, el gobierno canadiense ha optado por eliminar las referencias personales. «El Gobierno de Canadá ha subrayado que todos los aspectos del monumento deben alinearse con los valores canadienses de democracia y derechos humanos», declaró la portavoz Caroline Czajkowski. «El Muro del Recuerdo solo incluirá contenido temático que refleje la intención conmemorativa y educativa más amplia». Czajkowski no detalló en qué consistirá ese «contenido temático», ni dio un plazo para su finalización.
Documentos internos sugieren que los funcionarios vieron en este cambio una salida a la polémica: sustituir los nombres por referencias a eventos históricos genéricos, sin contemplar listados de nombres de personas supuestamente «víctimas del comunismo».
Este monumento, impulsado originalmente por el gobierno conservador de Stephen Harper, arrastra múltiples controversias desde hace 15 años, sobre su propósito, ubicación, tamaño y coste. Su precio final ronda los 7,5 millones de dólares (6 millones de fondos públicos), muy por encima del 1,5 millón inicial y de la financiación privada prevista.
Inaugurado el 12 de diciembre de 2024, su ceremonia ya estuvo marcada por la protesta. Cuando Ludwik Klimkowski, de la organización Tribute to Liberty a cargo del proyecto, habló de añadir los nombres, un manifestante gritó: «¡No a los nazis!». Horas después, el gobierno liberal desvinculó cualquier plazo para ello.
La polémica ha sido persistente. En el 2021, el Centro Simon Wiesenthal (entidad judía dedicada al tema del Holocausto nazi) expuso que Roman Shukhevych, un nacionalista ucraniano colaborador nazi vinculado a masacres de judíos y polacos, estaba entre los homenajeados. Su nombre fue retirado tras las reiteradas quejas. En mayo de 2025, se supo que, pese a las advertencias de 2021, una placa de Janis Niedra –que ayudó a reunir y ejecutar a unas 350 personas de religión judía letones– fue instalada en 2023 y luego removida. La investigación de Ricochet Media reveló estos hechos, documentados mediante la Ley de Acceso a la Información. Niedra, que sirvió a los nazis en Letonia, murió en Canadá en 1969.
El monumento debía inaugurarse en noviembre de 2023, pero se pospuso tras el escándalo de los parlamentarios canadienses homenajeando a Yaroslav Hunka, un veterano de la división galicia de las Waffen-SS, una unidad voluntaria bajo mando nazi.
Frente a las críticas, Klimkowski respondió en redes sociales en diciembre de 2024 acusando a «marxistas canadienses y agentes del Kremlin» de perpetrar «tonterías». Sin embargo, académicos del Holocausto, grupos de víctimas y organizaciones de izquierda rechazan que sus esfuerzos por documentar a criminales de guerra sean un «complot ruso», subrayando el papel clave de muchos europeos del este en el Holocausto.
Advertencias internas respaldan esta postura. Funcionarios de Asuntos Globales de Canadá alertaron en 2021 a Patrimonio Canadiense: «Es importante señalar que muchos defensores y combatientes anticomunistas y antisoviéticos también fueron colaboradores activos de los nazis, que cometieron masacres documentadas». Advirtieron que incluir a tales figuras causaría «vergüenza internacional».
Actualmente, las placas conmemorativas ya fabricadas –cuyo número y contenido exacto el ministerio se niega a revelar– se encuentran almacenadas en una instalación de la Comisión de la Capital Nacional. El destino final de un monumento nacido para honrar víctimas, pero que amenazóa con glorificar a criminales victimarios nazis y colaboradores nazis, sigue sin definirse.






