El atropello de carro lanzagases de Carabineros que mató a Mylan y Martina Pérez jóvenes hinchas de Colo Colo en ingreso a Estadio Monumental: «Los pacos matan, la prensa miente»

Han pasado dos días de los hechos que dieron muerte a Mylan y Sabrina, los dos jóvenes hinchas de Colo-Colo de 13 y 18 años que fueron atropellados por un carro lanzagases de Carabineros de Chile en el ingreso al Estadio Monumental de Santiago de Chile en el partido que debía disputarse con el equipo brasileño Fortaleza por la Copa Libertadores de América. Aún no se han liberado las imágenes de las múltiples cámaras de seguridad del lugar, pero sí hay testimonios que dan cierta idea acabada acerca de la directa responsabilidad de una embestida del carro lanzagases de Carabineros. No es primera vez que suceden hechos de este tipo: en 2022, un carro de Carabineros dio muerte a Jorge «Neco» Mora a la salida de un partido de Colo-Colo en enero de ese año en plena revuelta social. En abril de 2010, Iván «Pantruca» Umaña Gutiérrez también fue arrollado por un carro lanzaaguas o «guanaco» en visperas de un Superclásico con la Universidad de Chile. Estos casos hacen parte de prácticas frecuentes de Carabineros, que tienen su frecuente uso en contextos de movilizaciones sociales, en el marco de la represión al movimiento y comunidades mapuche, y en estadios y espectáculos deportivos y otros eventos masivos.
En lo relativo al fútbol, el marco de violencias estructurales en la sociedad chilena actual ofrece una vía de expresión que las refleja como en pocos ámbitos sociales, pero la prensa corporativa y las elites consiguen allí un objetivo fácilmente instrumentalizable: apuntar a las barras como ícono de todos los males sociales actuales (mala conducta, violencia, irrespeto a la ley) y esconder sus propias responsabilidades y las causas estructurales detrás de la violencia asociada a las barras, como para citar algunas, la violencia policial y la impunidad y discriminación clasista en su actuar, la exclusión social, cierta decadencia epocal en la sociedad chilena actual, y un largo etcétera de problemas.
En esta ocasión, la prensa e incluso autoridades culparon rápidamente a una supuesta caída de una reja, que ha sido desmentida por testigos de los hechos, y centraron sus coberturas en las «avalanchas», informando sólo posteriormente y en más bajo perfil la acción de Carabineros en el hecho.
Los hechos: ingreso al Monumental, intentos de avalancha, y la actuación de carros policiales
Cerca de las 18:30 horas, aún con luz de día y a una hora y media del partido entre Colo-Colo y Fortaleza de Brasil, un carro lanzagases atropella a personas que se dirigían al ingreso al Estadio Monumental ubicado unos cien metros más adelante. Aún no se divulgan videos del momento excepto el de una cámara que no muestra el momento en específico pero sí los movimientos del carro lanzagases. En todo caso, muy probablemente quedó grabada en alguna de las tantas cámaras de seguridad que hay en la zona.
En la cobertura inicial de los hechos, la prensa corporativa en pleno se enfocó en los llamados a hacer «avalanchas» para hacer ingreso al Estadio sin entradas. Efectivamente esos llamados e intentos han existido y existieron para este partido, pero a la vez, inicialmente se le dio una cobertura mínima, e incluso se omitió, la referencia a que los hinchas habían sido atropellados por un carro policial del tipo tanquetas lanzagases, de un peso superior a los 6 mil kilos.
En los registros de imágenes disponibles, y por los testimonios con que se cuentan muchos de ellos con detallados datos vía redes sociales, en el lugar de los hechos, en Avenida Maratón cerca de la esquina con la calle Benito Rebolledo, y en la calle situada entre unas canchas de fútbol adicionado y el recinto del Club Social y Deportivo Colo-Colo, efectivamente hubo intentos de ingreso irregular al estadio, pero el actuar determinante en los hechos es la acción del carro lanzagases. Por cierto, no existió ninguna «caída de una reja» del recinto como lo informaron numerosos medios de prensa, al parecer condicionados por las declaraciones de Carabineros y el audio que filtraron de los hechos.
Como se ve en estas capturas de pantalla de una pequeña muestra de medios de prensa corporativa, se mencionaba en todos la avalanchas en el ingreso como contexto, pero se omitía la crucial participación de Carabineros, dando a entender que habían fallecido por la misma avalancha.






Como se ve, en la cobertura inicial, prácticamente no se hacía alusión a la participación policial, atribuyendo todo al contexto de una «avalancha», y enfocando la atención en algunas publicaciones en redes sociales que llamaban a realizar estas intentonas para este partido y otros anteriores.
En la gran mayoría de las notas, la participación del carro lanzagases o «zorrillo» se dejaba fuera de los titulares y principales «bajadas», y en muchas notas ni se mencionó aquello. La prensa internacional tendió a informar del hecho de esta misma forma, condicionada por la «línea informativa» de los medios chilenos, que repitieron y confirmaban la versión de Carabineros, que incluso llegó a filtrar un audio en el que se negaba el atropello, y se atribuía todo a una «caída de una reja» y a que el carro sólo había aplastado la reja. Sin embargo, es relevante reiterar: no hubo «caída de rejas» del recinto del Estadio Monumental, si no que de varias vallas móviles (conocidas como vallas papales en Chile) ubicadas en el exterior, a modo de protecciones para los anillos de acercamiento previo al estadio.
Como se aprecia en el siguiente mapa, señalado con rojo, la zona en la que se desarrollaron los hechos es aún lejana al ingreso al Estadio propiamente tal.


Fue allí en la Avenida Maratón cerca de Benito Rebolledo donde en uno de las calles de pasillo de ingreso (entre unas multicanchas privadas y el terreno del estadio), el carro lanzagases atropelló y pisó vallas papales y personas, en un momento en que en el lugar se encontraban personas que tanto tenían entradas como también un grupo indeterminado que intentaba sortear este anillo de seguridad sin entradas.
En un video registro compartido en redes sociales, inmediatamente posterior al hecho, se ve al grupo de carabineros alrededor de las personas que intentan atender a las personas atropelladas.


La versión oficial fue cambiando con el correr de las horas. Primero, se divulgó un audio por parte de Carabineros, en el que se daba cuenta de los hechos. Los medios reprodujeron acríticamente el audio, dándolo por verdad.
“En ningún momento fueron atropellados por el vehículo Sandcat (usado como lanzagases). Lo que sí, cuando los 37 (sujetos sospechosos según las claves radiales de Carabineros) se suben sobre la reja, esta inmediatamente cede, cayendo unos debajo de ella. Y el vehículo Sandcat, al momento de avanzar, pisó la reja en uno de sus extremos, procediendo a aplastar a los 3-7“, señala parte del audio del funcionario policial detallando lo ocurrido. Un segundo policía, mediante la comunicación, recalca que las personas involucradas en la estampida generada en las inmediaciones del estadio quedaron debajo de la estructura del cierre perimetral. Según lo divulgado por este carabinero, el vehículo lanzagases se aproxima y presiona la reja identificada como “valla papal” causando las lesiones de las víctimas. Así lo informó, por ejemplo, la Radio Biobío:

Aquí comenzaba a informarse de que más que la caída de rejas de altura, se trataba de vallas móviles, y también del lugar de los hechos, que no era en la entrada directa al Estadio, sino que en calle Maratón llegando a Benito Rebolledo, es decir varias decenas de metros antes de llegar a los ingresos al estadio propiamente tales.
El atropello ocurrió aproximadamente a las 18:30 horas, es decir 1 hora y media antes del partido, y aún con luz de día. Sin embargo, a pesar de que el deceso de los dos jóvenes fue al parecer muy pronto tras el atropello, la información tardó en darse públicamente, y aunque es de suponer que las autoridades encargadas de la organización del partido conocían de los hechos, el partido de todos modos llegó a jugarse.
Entretanto, la noticia tardó también en conocerse por el público del estadio, cuestión también causada por los problemas de conexión que hay en espectáculos masivos en los que las redes de internet móvil colapsan. Pero en el entretiempo, una gran parte conoció del hecho. Al iniciarse el partido en el segundo tiempo, al poco andar surgieron los cantos alusivos a la muerte: «Pacos, conchesumadres, asesinos, igual que Pinochet», y el ya antiguo de varias décadas, «sin policías sin militares vamos a salir campeón». Tras ello unos minutos de silencio, mientras la Garra Blanca sacaba sus lienzos y retiraba bombos y otros instrumentos. Allí grupos rompen las barreras de acrílico, algunos jugadores de Colo-Colo se acercan y escuchan la información entregada por los hinchas. A los segundos, algunos entran a la cancha con la notoria intención de ponerle término.
Con el fin del partido, afuera del estadio se vivieron algunas horas de represión y enfrentamientos, una escena que aunque no es tan inusual, tuvo una de sus jornadas de violencia más intensa la noche del pasado jueves. Como suele ocurrir, el Metro de Santiago cerró sus puertas y el tranporte público escaseó, dejando a miles de hinchas con largos trayectos que hacer hacia sus casas sin locomoción, una escena conocida y frecuente.
Entretanto, a pocas cuadras de allí, un contingente de Carabineros llegó al Clínica BUPA en la que estaban los dos jóvenes fallecidos y sus familiares y amigos, hostigando y llegando incluso a la agresión a algunos de ellos.
Reacciones del Gobierno: renuncia de jefa de Plan Estadio Seguro, suspensión del Superclásico y calificación de barras como organizaciones criminales
Tras los hechos, el Gobierno anunció la renuncia de Pamela Venegas, la encargada de «Plan Estadio Seguro» creado por el Gobierno de Sebastián Piñera en el 2011. El Ministro del recién creado Ministerio de Seguridad, Luis Cordero, aludió a la posible calificación de las barras como organizaciones criminales para todos los efectos de su persecución penal.
También, se suspendió el Superclásico entre Colo-Colo y la Universidad de Chile que debía realizarse este domingo, tras un informe de Carabineros que desaconsejaba realizarlo. Entre las razones, se indicó que además del operativo del Superclásico debía atenderse las posibles situaciones creadas por los funerales de Mylan y Martina Pérez y posibles enfrentamientos entre las barras.
Los testimonios disponibles desmienten la versión de Carabineros y de prensa empresarial
Hasta este momento no se han divulgado imágenes de las múltiples cámaras ubicadas en todos los sectores aledaños al Estadio Monumental, pero los testimonios apuntan a una acción del carro lanzagases de total falta de necesidad y de proporcionalidad como lo obliga la normativa y protocolos de actuación que rigen a Carabineros de Chile.
Manuel Aranda, validador de entradas en el Estadio Monumental dio su testimonio a la prensa, señalando que él levantó sus brazos y advirtió al carabinero conductor del zorrillo que habían personas bajo la reja, pero éste avanzó igual, aplastó y mató a los dos hinchas.
A su vez, un guardia dio declaraciones al medio 24 Horas, señalando que «A los niños jamás les cayó la reja encima, les cayó un zorrillo encima».

«Fue en horario peak, mucha gente estaba haciendo filas para entrar normalmente y con esta avalancha la gente, aunque tenía entrada, comenzó a pasar», explicó el guardia, recalcando que «pasaron los organizadores de la avalancha, que son los que primero entran, y después a la cola comenzó a correr la gente que debió haber tenido entradas, como dice la familia (…) El zorrillo no venía a muchos metros de distancia de ellos, se veía que venía acorralándolos, encima de ellos. El zorrillo vio cómo los jóvenes caen (…). La reja en ningún momento se cayó, no se cayó sobre nadie porque esas vallas papales están muy bien amarradas con alambres».
La nota de 24 Horas, señala: El guardia explicó que la versión que se ha difundido es que los jóvenes quedaron asfixiados abajo de las vallas, pero recalcó que «no fue así, los jóvenes cayeron en la calle, no había nada sobre ellos». Sin embargo, a pesar de que ya estaban en el suelo, el zorrillo continuó acorralándolos, «encuentro inexplicable la fuerza que se utilizó».
La misma nota continúa citando las palabras del guardia: «El zorrillo arrasa con toda esta gente, se balancea como si estuviera pasando encima de sacos, y aun así no tiene la decencia de frenar, sino que siguió acorralando gente».
Velorios y protestas
Para el viernes a la noche, se convocaron velatones y manifestaciones en numerosas comunas de Santiago y otras ciudades del país. En Santiago, en Peñalolén, Quilicura, San Joaquín, La Pintana, Cerro Navia, entre otras.
