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¿Quiénes son los «Hutíes» o Ansar Allah de Yemen? Quince claves para entender al grupo rebelde que desafía al imperialismo occidental y al ente sionista

Ansar Allah o Ansarolá («Partidarios de Dios»), conocidos con el nombre de «Hutíes», son un grupo insurgente y movimiento político-religioso que opera principalmente en Yemen y disputa el control del país en una guerra abierta en el año 2014. Ansar Allah surge en la década de 1990 como un movimiento religioso y social entre los musulmanes zaidíes, una rama del islam de la rama chiíta que predomina en el norte y occidente de Yemen. El grupo fue fundado por Hussein Badreddin al-Houthi (de quien surge la denominación de «hutíes»), y se forjó con la idea defender los intereses de la comunidad zaidí frente a lo que consideraba marginación y opresión por parte del gobierno central, la defensa de la soberanía de Yemen frente a poderes extranjeros occidentales y de la región (Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, e Israel), y la crítica a la corrupción y abandono de las elites frente a las necesidades e intereses populares.

Aquí te presentamos 15 claves para entender la fuerza de Ansar Allah.


1. Yemen lugar estratégico y centro de la cultura árabe y musulmana

Yemen es hoy un lugar de alta importancia en la configuración geopolítica de Asia Occidental y la Península Arábiga, dado su lugar de paso en la trascendental ruta marítima por medio del Mar Rojo hacia el Canal de Suez construido por impulso del Imperio Británico en territorio egipcio. También, para comprender la relevancia de Yemen, resulta central señalar que Yemen fue desde el nacimiento del Islam con Mahoma (años 570-732) un lugar de alta importancia en la cultura y la religión musulmana. A la muerte de Mahoma, los territorios que hoy forman parte de Yemen junto con una parte de la actual Arabia Saudí, ya formaban parte de la expansión islámica.

Por siglos, los territorios del actual Yemen fueron un centro fundamental de la cultura arábiga y musulmana. Más tarde, desde el siglo XVI, entra en la órbita del Sultanato Otomano (o «Imperio Otomano»), con frecuentes disputas y rebeliones en especial en la parte norte del país, región montañosa y tradicionalmente rebelde, donde se consolidó una rama del Shiísmo: los zaidíes.

Más tarde, el control del Sultanato o Imperio Otomano sobre Yemen abarcó entre los años 1538 hasta 1635, y luego desde 1872 hasta 1918, cuando cae en el marco de su derrota en la Primera Guerra Mundial. Las regiones del actual Yemen tuvieron una significativa resistencia y lucha contra agentes externos por siglos, y forjaron allí una cultura propia resistente a los sometimientos extranjeros.

Por su parte, la expansión territorial y de influencia de la dinastía Saudí en la Península Arábiga, que culminó con la formación del Reino de Arabia Saudita en 1932, estuvo estrechamente relacionada con los intereses y estrategias del imperialismo occidental, especialmente el británico. La dinastía Saudí emergió en el siglo XVIII en alianza con el movimiento religioso wahabí, una interpretación rigorista del islam sunita.

Para una representación gráfica de las corrientes del Islam, ver este gráfico del sitio «Information is Beatiful»:

Grácica con las ramas del Islam. Fuente: Information is Beatiful.

A finales del siglo XIX y principios del XX, el Imperio Otomano, que ejercía un control nominal sobre gran parte de la Península Arábiga, estaba en declive. Esto creó un vacío de poder que aprovecharon tanto los Saudíes como las potencias europeas, especialmente Gran Bretaña. El imperialismo británico tenía un interés estratégico en la Península Arábiga debido a su ubicación clave en las rutas marítimas hacia la India y al descubrimiento e inicio de la extracción del petróleo a principios del siglo XX.

A medida que el petróleo se convirtió en un recurso estratégico, Estados Unidos comenzó a interesarse en la región. En 1933, la compañía estadounidense «Standard Oil of California» obtuvo concesiones para explorar petróleo en Arabia Saudita. Esto marcó el inicio de una estrecha relación entre los Saudíes y Estados Unidos, que se convirtió en el principal aliado occidental de Arabia Saudita después de la Segunda Guerra Mundial y viceversa, siendo la casa de los Saudíes un actor clave en el poder occidental sobre Asia Occidental.

En el último tiempo, sí, es significativa la relación que en los últimos años ha venido desarrollándose con el acercamiento de Arabia Saudí a los BRICS y las dinámicas que tienden a lo que se ha venido llamando como «multipolarismo», que relativizan el acostumbrado alineamiento del Reino de Arabia Saudí con los intereses de las potencias occidentales.

2. La expansión de la dinastía Saudí, la creación de Arabia Saudí y la Guerra de 1934

En 1934, Yemen y Arabia Saudí se enfrentaron en la Guerra Saudí-Yemení o Guerra de 1934. Este conflicto fue el resultado de tensiones territoriales y disputas fronterizas entre el Reino de Yemen (gobernado por el iman Yahya Muhammad Hamid ed-Din) y el Reino de Arabia Saudí (bajo el liderazgo del rey Abdulaziz Ibn Saud), que contaba con un creciente apoyo del Imperio Británico y las potencias occidentales desde el siglo XIX. La guerra fue breve pero significativa, ya que consolidó las fronteras entre ambos países.

A principios del siglo XX, Ibn Saud unificó gran parte de la Península Arábiga bajo su control, incluyendo las regiones de Nechd y Hiyaz. Esto lo puso en conflicto con el imam Yahya de Yemen, quien también buscaba expandir su influencia. Las principales áreas en disputa eran las regiones fronterizas de Asir, Najrán y Jizán, que ambos reinos reclamaban como propias. Estas regiones eran estratégicas por su ubicación geográfica y recursos. El imam Yahya era un líder zaidí (una rama del islam chií), mientras que Ibn Saud promovía el wahabismo, una interpretación rigorista del islam suní. Estas diferencias religiosas exacerbaban las tensiones políticas.

El conflicto estalló en marzo de 1934, cuando las fuerzas saudíes lanzaron una ofensiva en las regiones fronterizas. Ibn Saud contaba con un ejército mejor organizado y equipado, mientras que Yemen dependía de milicias tribales menos preparadas.

Mapa con las regiones de Yemen arrebatadas por Arabia Saudí en 1934: Asir, Najran y Jizan. Fuente: The Cradle.

3. División de Yemen del Norte y Yemen del Sur

Tras la disolución del Imperio Otomano al final de la Primera Guerra Mundial (1918), el territorio del actual Yemen experimentó una serie de cambios políticos y territoriales que llevaron a la formación de dos entidades separadas. La división entre Yemen del Norte y Yemen del Sur tiene sus raíces en la historia colonial y en las diferencias que surgieron durante el siglo XX.

Tras la retirada otomana en 1918, el norte de Yemen se independizó como el Reino Mutawakkilita de Yemen, bajo el liderazgo del Imam Yahya. Este estado mantuvo un sistema político y social tradicional, basado en la autoridad religiosa de los imanes zaidíes.

La República Democrática Popular de Yemen (RDPY), también conocida como Yemen del Sur, surgió en 1967 como un estado socialista en el sur de la Península Arábiga, cuya formación estuvo estrechamente ligada a la lucha anticolonial contra el dominio británico y a los movimientos de izquierda que emergieron en la región. Obtuvo su independencia el 30 de noviembre de 1967, tras una lucha anticolonial liderada por el Frente de Liberación Nacional (FLN). El nuevo estado, inicialmente llamado República Popular de Yemen del Sur, adoptó un sistema socialista y se alineó con el bloque soviético durante la Guerra Fría. En 1970, cambió su nombre a República Democrática Popular de Yemen, RPDY (Ver sobre la experiencia socialista de Yemen del Sur, El experimento socialista de Yemen fue un hito político árabe, por Helen Lackner, en Jacobin).

La República Democrática Popular de Yemen (Yemen del Sur) y la República Árabe de Yemen (o Yemen del Norte):

4. El imperialismo y colonialismo británico, estadounidense y occidental en Yemen

El imperialismo estableció su presencia en el sur de Yemen en 1839, cuando ocuparon el puerto de Adén, un punto estratégico en la ruta marítima hacia la India. Con el tiempo, extendieron su control sobre los territorios circundantes, conocidos como el Protectorado de Adén. A mediados del siglo XX, surgieron movimientos nacionalistas y de izquierda en el sur de Yemen que buscaban poner fin al dominio británico. Entre estos movimientos destacó el Frente de Liberación Nacional (FLN), fundado en 1963, que lideró la lucha armada contra los británicos.

En la década de 1960, el FLN intensificó su campaña de guerrilla contra las fuerzas británicas, combinando tácticas militares con presión política. La lucha se vio favorecida por el contexto internacional de descolonización y el apoyo de países socialistas como la Unión Soviética y China. Ante el creciente costo económico y político de mantener su presencia en la región, los británicos anunciaron en 1966 su intención de retirarse de Adén y el Protectorado. El 30 de noviembre de 1967, el último soldado británico abandonó el territorio, y ese mismo día se proclamó la independencia de la República Popular de Yemen del Sur.

Por su parte, Estados Unidos y las potencias occidentales (junto a Arabia Saudita) respaldaron activamente al norte de Yemen (República Árabe de Yemen) contra el sur socialista, alimentando tensiones que llevaron a breves guerras en 1972 y 1979. Tras la unificación de Yemen en 1990, EE.UU. vio al nuevo gobierno como un aliado contra Saddam Hussein (Guerra del Golfo, 1991), pero luego lo marginó por su cercanía a Irak.

5. La Guerra Civil de Yemen de 1994

La Guerra Civil de Yemen de 1994 fue un conflicto breve pero intenso que estalló entre las fuerzas del Gobierno Central, liderado por el presidente Ali Abdullah Saleh (con sede en Saná, en el noroccidente del país), y las fuerzas del Movimiento Separatista del Sur, que buscaba restablecer la independencia de la antigua República Democrática Popular de Yemen (Yemen del Sur). Este conflicto fue el resultado de tensiones políticas, económicas y sociales que surgieron tras la unificación de Yemen del Norte y Yemen del Sur en 1990.

En 1990, Yemen del Norte (República Árabe de Yemen) y Yemen del Sur (República Democrática Popular de Yemen) se unificaron para formar la República de Yemen, con Ali Abdullah Saleh como presidente y Ali Salim al-Beidh, líder del Partido Socialista Yemenita (Yemen del Sur), como vicepresidente. La unificación fue frágil desde el principio. Las diferencias ideológicas, políticas y económicas entre el norte (más conservador y tribal) y el sur (de orientación socialista y secular) generaron fricciones. Además, el norte dominaba el gobierno unificado, lo que generó resentimiento en el sur.

Yemen enfrentó una grave crisis económica tras la Guerra del Golfo de 1990-1991, ya que el gobierno apoyó a Irak, lo que llevó a la expulsión de trabajadores yemeníes de los países del Golfo alineados con Estados Unidos y a la suspensión de la ayuda económica internacional.

En abril de 1994, las tensiones estallaron en un conflicto abierto cuando las fuerzas del sur, lideradas por Ali Salim al-Beidh, declararon la secesión y la creación de la República Democrática de Yemen. Esto fue visto como un intento de restaurar la independencia del sur. Las fuerzas del norte, mejor organizadas y equipadas, lanzaron una ofensiva militar que incluyó bombardeos aéreos y el uso de artillería pesada. Las fuerzas del sur, aunque resistieron, no pudieron contener el avance del norte. En julio de 1994, las fuerzas del norte capturaron Adén, la capital del sur, lo que marcó el fin efectivo de la guerra. Ali Salim al-Beidh y otros líderes del sur huyeron al extranjero.

La victoria del norte consolidó el poder de Ali Abdullah Saleh, quien gobernó Yemen de manera autoritaria hasta 2011. Tras la guerra, el sur fue marginado política y económicamente, lo que generó resentimiento y sentimientos separatistas que persisten hasta hoy. La guerra exacerbó la crisis económica y dejó al país más dividido que nunca entre las distintas regiones.

6. El surgimiento y crecimiento de la presencia territorial de Ansar Allah o los «Hutíes»

Los «Hutíes» o Ansar Allah surgen desde la provincia de Saada, en el noroeste de Yemen. Practican mayoritariamente el chiismo zaydí, entretanto que en la población total los zaydíes representan alrededor del 35%. rincipalmente ubicados en la zona norte del país, en la que desde al menos el siglo IX gobiernan los imanes zaidíes [En el caso específico de Yemen, los imanes zaidíes son líderes religiosos y políticos. A diferencia de otras ramas del Islam, el islam chií zaidí no considera a los imanes como infalibles].

Un imamato zaidí gobernó Yemen durante unos mil años, antes de ser desplazado en 1962. Desde entonces, los zaidíes, despojados de su poder político, han luchado por restaurar su autoridad e influencia en Yemen. En la década de 1980, el clan «Hutí» inició un movimiento para revivir las tradiciones zaydíes, al sentirse amenazado por los predicadores salafistas financiados por el Estado que establecieron una base en las zonas del norte. Sin embargo, no todos los zaydíes se alinean con el movimiento Ansar Allah o «hutí».

El movimiento surgió en el norte de Yemen en la década de 1990, en parte, como reacción a la creciente influencia financiera y religiosa saudí. En noviembre de 2009, los partidarios de Ansar Allah cruzaron a Arabia Saudí en medio de su rebelión contra el gobierno central de Yemen. Por primera vez, el ejército saudí se desplegó en el extranjero sin un aliado. Los saudíes lanzaron ataques aéreos contra los rebeldes y se enzarzaron en escaramuzas terrestres. Murieron más de 130 saudíes.

La siguiente gran ronda de enfrentamientos entre saudíes y huzíes comenzó en marzo de 2015. Una coalición liderada por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos lanzó ataques aéreos contra objetivos de Ansar Allah en Yemen. La guerra entre los hutíes y el gobierno de Yemen reconocido internacionalmente, y sus partidarios se prolongó a pesar de los esfuerzos de la ONU por negociar la paz.

Los insurgentes houthis llevan más de una década enfrentándose al gobierno yemení. Desde 2011, el movimiento Houthi se ha expandido más allá de sus raíces zaydíes y se ha convertido en un movimiento más amplio opuesto al gobierno central. Los insurgentes también han empezado a referirse a sí mismos como Ansarullah, o «Partido de Dios».

7. La movilización y asonada de 2004 y la muerte de Hussein Badreddin al-Houthi

En 2004, Yemen experimentó una serie de movilizaciones sociales y conflictos, principalmente relacionados con el levantamiento de los Hutíes en el norte del país. El movimiento, liderado por Hussein Badreddin al-Houthi, surgió como una respuesta a la percepción de marginación política, económica y religiosa de la comunidad zaidí (una rama del islam chií) en la región de Saada, denunciando la complicidad del gobierno yemení con los gobiernos de Estados Unidos e Israel, y la extendida corrupción gubernamental. Los Houthis denunciaban la discriminación y el abandono por parte del gobierno central, dominado por suníes, hacia las comunidades zaidíes del norte.

También criticaban la creciente influencia de Arabia Saudí y Estados Unidos en Yemen, así como la alianza del gobierno yemení con estas potencias. El movimiento toma fuerza combinando reivindicaciones religiosas y regionales (defensa de la identidad zaidí y las regiones del norte del país) con demandas políticas y sociales y gana fuerza de manera creciente.

El conflicto armado estalla en junio de 2004 cuando el gobierno yemení, liderado por el presidente Ali Abdullah Saleh, intentó arrestar a Hussein al-Houthi, acusándolo de sedición y de formar una milicia armada fuera de la ley. Esto llevó a enfrentamientos violentos en las montañas de Saada. En septiembre de 2004, Hussein al-Houthi es asesinado por las fuerzas gubernamentales, pero su movimiento continuó con otros liderazgos.

El gobierno yemení respondió con una fuerte represión militar, lo que exacerbó el conflicto y generó un ciclo de violencia que se prolongó hasta hoy. Aunque el levantamiento comenzó en 2004, el conflicto con los Houthis se extendió durante más de una década, escalando significativamente después de 2014, cuando los Houthis tomaron el control de la capital, Saná.

8. El mal llamado ciclo de «Primaver Árabe» del 2011 en Yemen

En 2011, Yemen fue uno de los países afectados por la ola de protestas y movilizaciones sociales conocida como la Primavera Árabe. Estas movilizaciones tuvieron un impacto profundo en el país, llevando a una crisis política que culminó con la salida del poder del presidente Ali Abdullah Saleh, quien había gobernado Yemen durante más de tres décadas.

La población yemení enfrentaba altos niveles de pobreza, corrupción, desempleo y falta de servicios básicos. Además, el gobierno de Saleh era acusado de autoritarismo y nepotismo. Las protestas en Túnez y Egipto, que llevaron a la caída de sus respectivos líderes, inspiraron a los yemeníes a movilizarse.

Movilización en Sanaa, Yemen, el 13 de mayo de 2011.

Las manifestaciones comenzaron en enero de 2011, inicialmente en la capital, Saná, y luego se extendieron a otras ciudades como Taiz y Adén. Los manifestantes exigían reformas políticas, democracia, y el fin del régimen de Saleh. El gobierno respondió con una dura represión, incluyendo el uso de fuerzas de seguridad y francotiradores contra los manifestantes. Esto resultó en cientos de muertos y miles de heridos.

A medida que las protestas crecían, figuras clave dentro del gobierno y el ejército, como el general Ali Mohsen al-Ahmar, se aliaron con la movilización y los manifestantes, debilitando aún más la posición de Saleh. En junio de 2011, el presidente Saleh resultó gravemente herido en un atentado con bomba en su palacio, lo que lo obligó a viajar a Arabia Saudí para recibir tratamiento médico.

Bajo presión internacional y regional, Saleh finalmente aceptó un plan de transición propuesto por el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) en noviembre de 2011. Este acuerdo incluía la transferencia de poder a su vicepresidente, Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, a cambio de inmunidad para Saleh y sus allegados.

Las protestas lograron la salida de Saleh del poder, pero el proceso de transición fue frágil y no resolvió los problemas estructurales del país. Yemen quedó profundamente dividido, con tensiones entre diferentes grupos políticos, tribales y religiosos. La inestabilidad posterior a 2011 sentó las bases para el conflicto armado que estalló en 2014, cuando los Houthis tomaron el control de Saná y el país se sumió en la guerra.

9. La irrupción de la guerra en 2014 y la toma de Saná por Ansar Allah

Ansar Allah tomó el control de la capital de Yemen, Saná, en septiembre de 2014, marcando un punto de inflexión en la historia reciente de Yemen. El grupo que acusaban al gobierno de corrupción, marginación política y económica, y de estar alineado con intereses extranjeros, especialmente Arabia Saudí y Estados Unidos, se hacía de una de las principales ciudades históricas y la capital del país.

Ansar Allah y el gobierno yemení habían firmado un acuerdo bajo los auspicios de la ONU, que les otorgaba mayor participación política. Sin embargo, el acuerdo se rompió rápidamente. El 21 de septiembre de 2014, Ansar Allah toma el control de Saná después de enfrentamientos con las fuerzas gubernamentales. Capturaron instituciones clave, incluyendo el palacio presidencial y los cuarteles militares, y colocaron al presidente Hadi bajo arresto domiciliario.

La toma de Saná dejó al gobierno de Hadi en una posición extremadamente débil. En enero de 2015, Hadi renunció y huyó a Adén, en el sur del país, donde intentó restablecer su gobierno. En marzo de 2015, una coalición liderada por Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos intervino en Yemen para restaurar al gobierno de Hadi y contrarrestar el avance de los Houthis, lo que intensificó el conflicto y lo convirtió en una guerra regional.

Fuente: Esquematizando el conflicto yemení, de Adam Baron en European Council on Foreign Relations.

En el 2015, Abdo Rabbu Mansour Hadi, presidente de Yemen, huye de la avanzada de los rebeldes Ansar Allah, apoyados por el ejército leal al anterior presidente yemení, Ali Abdullah Saleh. Por su parte, Arabia Saudi, con ánimo de restablecer el Gobierno en Yemen, forma una gran coalición con los Estados de Cooperación del Golfo, más Egipto y Sudán. Todo ello, respaldado por Estados Unidos y el Reino Unido.

Esta coalición apunta constantemente a la implicación de la República Islámica de Irán en el conflicto, denunciando su relación con Ansar Allah, y el Hezbollah libanés.

Las tensiones entre la coalición liderada por Arabia Saudí y la República Islámica de Irán se intensificaron bruscamente el 4 de noviembre de 2017, cuando se disparó un misil balístico contra el aeropuerto internacional Rey Jalid de Riad, la capital de Arabia Saudí. Los huties reivindicaron la autoría del ataque, la primera vez que un misil balístico se acercaba tanto a la capital desde el inicio de la guerra. El Ministerio de Defensa saudí afirmó que había interceptado el misil. El ministro saudí de Asuntos Exteriores, Adel al Jubeir, calificó el ataque de acto de guerra por parte de Irán. «Fue un misil iraní, lanzado por Hezbolá, desde territorio ocupado por los houthis en Yemen». El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también acusó a la República Islámica de Irán: «Acaba de producirse un disparo de Irán, en mi opinión, contra Arabia Saudí (…) y nuestro sistema derribó el misil en el aire», declaró.

Teherán rechazó las afirmaciones saudíes y estadounidenses calificándolas de «falsas, irresponsables, destructivas y provocadoras». En Líbano, el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, refutó las acusaciones de implicación del grupo como «tontas» y «completamente infundadas». En respuesta al ataque, Arabia Saudí impuso un bloqueo casi total a Yemen. El asedio y cerco económico a Yemen no ha hecho más que intensificarse con los años.

El 14 de septiembre de 2019, Ansar Allah se atribuyó los ataques con drones contra dos instalaciones petroleras clave en Arabia Saudí. Pero la inteligencia estadounidense presentada ante el Consejo de Seguridad de la ONU supuestamente demostró que el ataque se originó dentro de Irán, no en Yemen. El secretario de Estado Mike Pompeo acusó a Irán de perpetrar el «ataque sin precedentes contra el suministro energético mundial.» El ministro de Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, rechazó las afirmaciones de Estados Unidos en un tuit.

Ansar Allah amplió el alcance del conflicto a principios de 2022 al atacar a Emiratos Arabes Unidos con drones y misiles balísticos. Las fuerzas militares emiratíes y estadounidenses interceptaron dos misiles balísticos disparados por Ansar Allah hacia Abu Dhabi, la capital emiratí, el 24 de enero de 2022. Los 2.000 soldados estadounidenses alojados en la base aérea de Al Dahfra (una base compartida entre Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos y Francia en territorio emiratí) se refugiaron en búnkeres y dispararon misiles Patriot en respuesta. Un portavoz de Ansar Allah advirtió que Emiratos Árabes se había «convertido en un país inseguro».

10. La presencia del islamofascismo wahabista: Al Qaeda y el Estado Islámico – ISIS

La presencia de grupos yihadistas y wahabíes takfiríes en la guerra de Yemen ha sido un factor significativo en la compleja dinámica del conflicto. Estos grupos han aprovechado el vacío de poder y la inestabilidad para expandir su influencia y control en varias regiones del país.

Al-Qaeda en la Península Arábiga (AQPA), es una de las ramas más activas de Al-Qaeda y opera en Yemen desde la década de 2000. Se fortaleció tras la Primavera Árabe de 2011, aprovechando la debilidad del gobierno central. Aunque AQPA es enemiga de Ansar Allah o «Hutíes» (chiíes), por otra parte, ha tenido una relación ambigua con el gobierno oficial yemení y las fuerzas respaldadas por Arabia Saudí que le sustentan, llegando a haber acusaciones de cooperación tácita en algunos casos.

La presencia de Al Qaeda y otras ramas del wahabismo extremista islamofascista, a 2017. Fuente: Esquematizando el conflicto yemení, de Adam Baron en European Council on Foreign Relations.

El Estado Islámico (ISIS) estableció una presencia en Yemen alrededor de 2014-2015, compitiendo con AQPA por el control de territorios y recursos. Similar a AQPA, busca establecer un califato, pero es más extremista en su enfoque y ha llevado a cabo ataques brutales contra civiles y rivales yihadistas. ISIS ha realizado ataques terroristas en ciudades como Adén y Mukalla, así como contra mezquitas y mercados controlados por los Houthis. Sin embargo, su influencia es menor en comparación con AQPA.

Como se aprecia en los diversos mapas de guerra existentes, las zonas de influencia de los grupos yihadistas se sitúan en lo que el sur y oriente del país, es decir aquellas regiones que son más cercanas a las fuerzas del gobierno oficial aliado a Arabia Saudí y las monarquías del Golfo.

11. El posible uso de armas nucleares tácticas en la Guerra de Yemen

En varios registros de videos disponibles en la red, desde hace años que se han divulgado explosiones que han puesto la duda de ser posiblemente bombas nucleares tácticas, con una gran onda expansiva. El uso de estas armas, de parte del bando que ha contado con todo el apoyo de Arabia Saudí y las potencias occidentales, ha sido objeto de una larga controversia entre especialistas en la materia. Dejamos auí uno de esos registros:

12. La resistencia de Ansar Allah y su consolidación como representación de gran parte del pueblo yemení y de la oposición al ente sionista y el imperialismo occidental y estadounidense

Así, en la Guerra de Yemen (2014-), Ansar Allah se ha enfrentado contra una poderosa alianza entre el gobierno central yemení, Arabia Saudí y el resto de las monarquías del Golfo Pérsico, Estados Unidos, la OTAN, e Israel. Con el correr de los años, y a pesar de su inicial aislamiento y situación desfavorable, ha consolidado un control sobre una parte estratégica del territorio del país (la parte nor occidental que da hacia el Mar Rojo), constituyendo un «Gobierno de Cambio y Construcción» con un significativo respaldo popular.

Yahya Sarea, Portavoz de las Fuerzas Armadas de Yemen.

Yahya Sarea, Portavoz de las Fuerzas Armadas de Yemen, se ha convertido en un personaje seguido por sus frecuentes declaraciones y conferencias públicas en las que expone las posiciones y acciones de Ansar Allah, generando una amplia simpatía entre el diverso campo de fuerzas que rechazan al ente sionista Israel y el imperialismo occidental y estadounidense.

13. El Eje de la Resistencia, el apoyo a Palestina y el bloqueo de la ruta marítima del Mar Rojo

En los últimos tiempos, como parte del «Eje de la Resistencia» en respaldo al pueblo de Palestina y rechazo al ente sionista, Ansar Allah viene cortando el tráfico marítimo por el estratégico Mar Rojo, intensificando su tensión con las potencias occidentales y el ente sionista. Esto hace parte del creciente conflicto geopolítico que ha enfrentado a la República Islámica de Irán, Hezbollah, y Ansar Allah por una parte, y Estados Unidos, la OTAN, e Israel por otra.

Las tensiones por el apoyo iraní a Ansar Allah se intensificaron a finales de 2017. En noviembre, Arabia Saudí acusó a Irán de un acto de guerra por un misil disparado contra la capital saudí por los houthis en Yemen. Irán negó cualquier vinculación con el ataque. Pero restos de cuatro misiles balísticos disparados contra Arabia Saudí por los houthis el 19 de mayo, el 22 de julio, el 26 de julio y el 4 de noviembre de 2017 parecen haber sido diseñados y fabricados por Irán, según un informe confidencial de la ONU de noviembre de 2017. Distintos personeros del gobierno de Estados Unidos, por entonces en el primer mandato de Donald Trump,

En enero de 2018, un informe de la ONU concluyó que Irán había violado un embargo de armas al no impedir que los Houthis obtuvieran misiles iraníes. Irán no hizo comentarios sobre el informe del panel de la ONU, pero el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Javad Zarif, negó una vez más las afirmaciones de Estados Unidos sobre el apoyo de Teherán a los misiles en una serie de tuits a finales de enero de 2018.

Pero desde la intensificación del genocidio israelí contra el pueblo de Palestina, las acciones de apoyo a la causa palestina y las represalias de parte de Ansar Allah contra los barcos que se dirigen o vienen desde Israel se han acrecentado como nunca antes, cortando o dificultando una de las principales rutas marítimas del planeta.

Aquí uno de los tantos registros que en el último tiempo se han divulgado con el ataque a barcos cuyo paso por el Mar Rojo ha sido bloqueado por Ansar Allah por ser de empresas cómplices con el Estado israelí:

También, desde Yemen se vienen disparando numerosos y variados misiles hacia la ocupación israelí sionista. A fecha de hoy, 22 de marzo de 2025, han anunciado el bloqueo del uso del Aeropuerto Ben Gurión de Tel Aviv para una serie de aerolíneas (entre ellas, Lufthansa, Aerolíneas Turcas, Air France, British Airways, Aerolíneas Unidas, easyJet).

14. El enorme apoyo popular y las concentraciones de respaldo a las acciones de Ansar Allah

Estas acciones cuentan con un gran apoyo popular en la determinación de lucha en apoyo a Palestina y contra las múltiples injerencias del imperialismo estadounidense y occidental. Todos los viernes se convoca en Saná una multitudinaria concentración ampliamente difundida por redes sociales de todo el mundo, que en múltiples ocasiones bordea el millón de personas e incluso superando esa cifra (en una ciudad de 3 millones de personas:

15. Razones del apoyo popular a Ansar Allah

Visto todo lo anterior, el apoyo popular Ansar Allah y la fuerza que muestra en su enfrentamiento con grandes potencias regionales y globales se explica por ser un resumidero y herederos de la larga y rica historia yemení. Primero, surgen y representan principalmente a la comunidad zaidí, una rama del islam chií que tiene una presencia histórica en el norte de Yemen. Aunque no todos los zaidíes apoyan a los hutíes, el movimiento ha logrado capitalizar el sentimiento de marginación política y económica que esta comunidad ha experimentado durante décadas. Ansar Allah despliega un discurso que combina nacionalismo yemení y resistencia contra la intervención extranjera, lo que resuena en amplios sectores de la población, incluso más allá de los zaidíes.

Ansar Allah ha ogrado posicionarse como un movimiento de resistencia contra Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, países que lideraron una coalición militar contra ellos desde 2015. Esta narrativa ha ganado apoyo en Yemen, donde hay un fuerte rechazo a la intervención externa, especialmente debido a los altos costos humanitarios de la guerra (bombardeos, bloqueo económico, etc.). También se presentan como contrarios a la injerencia de Estados Unidos, la OTAN e Israel, lo que les da legitimidad en un contexto regional donde es una constante el crecimiento del sentimiento antioccidental por la conocida injerencia y continuidad del imperialismo en la región

También es una extendida idea entre los yemeníes la percepción de que los gobiernos anteriores (como el de Ali Abdullah Saleh y Abdrabbuh Mansur Hadi) fueron corruptos, ineficaces y dependientes de las potencias extranjeras. Ansar Allah, en cambio, se presentan como una fuerza independiente y combatiente, y aunque su gobierno no ha resuelto la crisis económica y humanitaria, han logrado mantener un control férreo sobre las áreas que dominan, incluyendo Saná, la capital.

En las zonas bajo su control, Ansar Allah ha establecido redes de asistencia social y sistemas de distribución de ayuda y niveles de seguridad mayores en el contexto complejo de conflictividad en el país. Además, en un contexto de guerra, muchos yemeníes ven a los hutíes como la única fuerza organizada capaz de mantener cierto orden, incluso si no están de acuerdo con ellos.

El gobierno reconocido internacionalmente (Hadi), que es visto como débil y lejano, operando desde Adén en el sur o Riad, la capital saudí. Hay además territorios controlados por los separatistas del Consejo de Transición del Sur, apoyados por Emiratos, y otros por grupos tribales y yihadistas, como Al-Qaeda o el ISIS – Estado Islámico. Pero la gran parte de la población del país, aproximadamente u 80% del total, está precisamente localizada en las zonas del control de Ansar Allah, como muestran estos dos gráficos:

Mapa de la Guerra de Yemen al 25 de marzo de 2025. Fuente: Liveuamap.
Mapa con la densidad demográfica de Yemen. Se aprecia claramente que el grueso de la población habita en las zonas de control de Ansar Allah, y no en las que están asentadas las fuerzas favorables al Gobierno reconocido internacionalmente hasta hoy.

Ansar Allah además tiene una formación política y maquinaria partidaria y propagandística altamente convocante, que incluye medios propios (como el canal Al-Masirah), y un intenso uso de redes sociales. Las concentraciones masivas de los viernes son organizadas y promovidas activamente por el movimiento.


Fuentes:

Esquematizando el conflicto yemení, de Adam Baron.

El experimento socialista de Yemen fue un hito político árabe, por Helen Lackner, en Jacobin.


Reseña del historiador mexicano Christian Nader a la Historia Yemení y la conexión con la Resistencia Palestina (Primera Parte):

Reseña del historiador mexicano Christian Nader a la Historia Yemení y la conexión con la Resistencia Palestina (Primera Parte):

Los Orígenes del «Eje de la Resistencia» (Segunda Parte): Ansarolá (Hutíes Zaidíes – Yemen):


Guerra en el Mar Rojo: Estados Unidos Gran Bretaña Israel vs Yemen/Irán | Alfredo Jalife


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