Hablemos de narcoestado, corrupción, pederastia, y crimen organizado: Los Clinton y Jeffrey Epstein, la CIA y la mafia internacional
Harían falta miles de páginas para describir en detalle el impresionante cúmulo de hechos que unen al Estado de Estados Unidos y sus autoridades y organismos, con lo más oscuros sucesos y fenómenos de la realidad contemporánea mundial, el tráfico de armas y drogas, el crimen organizado, las acciones militares injerencistas, el terrorismo, el sicariato, los asesinatos selectivos, la complicidad de los poderes del Estado en la existencia e impunidad sobre estos hechos.
En esta ocasión, trataremos algunas aristas de esto, enfocándonos en la participación de la familia Clinton que, desde la década de 1980, ha tenido una considerable participación en esta imbricación entre el poder estadounidense y el narcotráfico y crimen organizado. Para esto, como detallaremos acá más en específico, tomaremos la excelente serie de investigación de la periodista Whintey Webb, publicada en el medio alternativo estadounidense MintPress, que aborda estos temas a partir de la figura de Jeffrey Epstein, en particular, en la última parte de las cinco notas en las que se difundió su investigación, enfocada en sus relaciones con Bill y Hillary Clinton.
Bill Clinton como Gobernador de Arkansas y el caso Irán – Contra
En enero de 1983 Bill Clinton comenzaba su mandato como Gobernador al mando del Estado de Arkansas, ubicado en el centro sur de la superpotencia. Dos años antes, en 1981, había comenzado el período presidencial de Ronald Reagan que perdurará hasta 1989, etapa que en Estados Unidos estuvo marcada por la arremetida neoconservadora y el auge del Neoliberalismo. Hacia el Sur, en nuestra América, se trata también de un significativo reflujo de las izquierdas y los movimientos populares, puestos a la defensiva en el ciclo dictatorial y autoritario que marcó la escena latinoamericana desde 1964 en adelante, donde crucial rol tuvo el propio Estados Unidos y su impulso a la «Doctrina de la Seguridad Nacional», al ímpetu «anticomunista» de la Guerra Fría, y las técnicas antisubversivas y de «guerra contra el enemigo interno» diseminadas desde la Escuela de Las Américas hacia las fuerzas armadas de la región.
Una notable excepción corría a contra corriente de esa tendencia: En 1979, en Nicaragua, el Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, había logrado derrotar a la larga Dictadura de Somoza, aliado histórico del Gobierno de Estados Unidos en Centroamérica. Desde entonces, el aparato político-militar estadounidense puso su mira en hacerle la guerra al Gobierno del FSLN, e inició un fuerte apoyo y financiamiento a «la Contra» nicaragüense, fuerza paramilitar compuesta por extremistas de derechas e integrantes de las fuerzas de seguridad de Dictadura somocista.
Pero en 1983, y con la aparición de numerosas pruebas que mostraban las ilegales triaungulaciones financieras que esta operación implicaba, el Congreso de Estados Unidos decide cortar el financiamiento a «la Contra». ¿Cómo responderá el Pentágono y la Casa Blanca encabezada por Reagan? Iniciando un conjunto de operaciones «trianguladas» con el crimen organizado y el Narcotráfico para financiar y apoyar a la Contra.
La operación, en términos sencillos, consistió en dos cosas enlazadas: Por una parte, la venta ilegal de armas a Irán, país al que Estados Unidos le había puesto un embargo y bloqueo de venta de armas desde la Revolución iraní de 1979. Con estos recursos, obtenidos «paradojalmente» con la venta armas a un enemigo de Estados Unidos como el Gobierno de la República Islámica de Irán (con un duro conflicto político y militar con un «amigo» de Washington en aquél tiempo, el Gobierno de Saddam Hussein de Irak), se obtendría parte del financiamiento de la guerra contra el Gobierno del FSLN en Nicaragua.
En otra arista: Otra parte del financiamiento, y buena parte de la logística de las operaciones armadas de «la Contra», se hará en conjunto a los principales carteles de la droga de ese momento: el Cartel de Medellín, y el Cartel de Guadalajara. La CIA y la DEA comandarán tales lazos, y una cuantiosa cantidad de droga será traficada hacia Estados Unidos, junto a otras actividades conjuntas en este trato de múltiples lazos con el crimen organizado y el narcotráfico colombiano, mexicano, y centroamericano. El tráfico será de ida y vuelta: los mismos aviones en los que se transportará la droga hacia Estados Unidos, serán los que enviarán las armas hacia Centroamérica, ocultas bajo la falsa etiqueta de «ayuda humanitaria» (todo esto, detallado en «Elliot Abrams, el «enviado especial» del Gobierno de Estados Unidos para Venezuela: Crímenes de guerra, mafia, y narcotráfico», febrero 2019).
A partir de esta parte del texto, nos guiamos por el relato de la muy completa serie de investigaciones publicadas en el medio de periodismo alternativo e independiente Mint Press News, que en extensos y detallados tres textos a cargo de la periodista Whitney Webb, abordaron con un alto rigor las relaciones entre Jeffrey Epstein, la familia Clinton, la CIA, el caso Irán-Contra, el tráfico de armas, de drogas, los delitos sexuales, exponiendo de manera muy completa toda esta trama. Es una traducción libre de buena parte de la segunda parte de esta serie, (From “Spook Air” to the “Lolita Express”: The Genesis and Evolution of the Jeffrey Epstein-Bill Clinton Relationship«, –Desde el «Spool Air» al «Lolita Express»: La Génesis y Evolución de la relación entre Jeffrey Epstein-), del cual hemos seleccionado la mayor parte de su texto, sólo excluyendo detalles menores, y a la que hemos agregado referencias, enlaces para conocer de qué o quién se habla, enlaces y comentarios adicionales, manteniendo eso sí la fidelidad a las cuestiones principales del texto original. Para quienes puedan leer en inglés, recomendamos mucho también el resto de las partes de esta investigación («Former Spy Details Israel’s Main Motive Behind Epstein’s Sexual Blackmail Operation», Antiguo espía detalla los principales motivos de Israel para la operación de chantaje sexual de Epstein)
A continuación damos traducción libre pero ceñida al texto de Witney Webb en MintPress.
Desde «Spook Air» hasta el «Lolita Express»: La Génesis y la Evolución de la Relación Jeffrey Epstein – Bill Clinton
El 10 de agosto de 2019, y durante varios días después, la especulación giró luego que se anunciara que Jeffrey Epstein había sido encontrado muerto en su celda. Su causa de muerte ha sido oficialmente declarada como suicidio por ahorcamiento.
Epstein, el billonario pedófilo y traficante sexual con una miríada de conexiones con los ricos y poderosos de los Estados Unidos y varios otros países, había dicho a sus allegados que temía por su vida antes de su repentino «suicidio», informó el Washington Post, mientras que sus abogados defensores afirmaron que había planeado cooperar con las autoridades federales.
Tras la controvertida conclusión del médico forense de Nueva York de que la muerte de Epstein fue un suicidio -conclusión impugnada por los abogados de Epstein y por patólogos forenses independientes, dadas las pruebas que apuntan al estrangulamiento, la cobertura del caso de Epstein por los medios de comunicación corporativos ha disminuido hasta llegar a un mínimo goteo, salvo por las historias sensacionalistas sobre su presunta co-inspiradora Ghislaine Maxwell y los nuevos detalles sobre su pasado lujurioso. Los medios corporativos han dejado de dar pistas sobre el escándalo más grande, que gira en torno a la evidencia de que Epstein «pertenecía a la inteligencia» estadounidense.
En esta serie de cuatro partes, «El escándalo de Jeffrey Epstein: Demasiado grande para caer» (These Scrubbed Reports Reveal New Secrets Into the Prince Andrew-Jeffrey Epstein Relationship) «Estos informes revelan nuevos secretos en la relación entre el Príncipe Andrés – Jeffrey Epstein»), MintPress ha revelado que las actividades de Epstein -una operación de chantaje sexual en la que participan menores y que está relacionada con organismos de inteligencia- fue una de las muchas operaciones de este tipo que se han llevado a cabo durante décadas, desarrollándose a partir del nexo forjado entre la CIA, la delincuencia organizada y la inteligencia israelí poco después de la Segunda Guerra Mundial.
Como se ha revelado en la segunda parte de esta serie (Government by Blackmail: Jeffrey Epstein, Trump’s Mentor and the Dark Secrets of the Reagan Era, «Gobierno por chantaje: Jeffrey Epstein, el mentor de Trump y los secretos oscuros de la era Reagan»), estas operaciones de chantaje sexual proliferaron durante el caso Irán-Contra, en el que se produjo esta misma oscura alianza entre la inteligencia estadounidense/israelí y la delincuencia organizada. Aunque esta serie se ha centrado hasta ahora en gran medida en los vínculos de los funcionarios republicanos con esas operaciones y los delitos conexos, la última entrega de esta investigación se centra en los políticos demócratas, a saber, la familia Clinton, y sus vínculos con esta misma red, así como con Jeffrey Epstein.
La propia participación de los Clinton en Irán-Contra giró en torno a las actividades encubiertas en el Aeropuerto Mena de Arkansas, que involucraron a la compañía «de fachada» de la CIA, «Southern Air Transport», y ocurrieron mientras Clinton era Gobernador de este Estado (entre los años 1983 y 1993). Apenas unos años después de la administración presidencial de Clinton, Leslie Wexner y Jeffrey Epstein desempeñarían un papel importante en el traslado de Southern Air Transport a la ciudad de Columbus (Estado de Ohio), lo que suscitó la preocupación de altos funcionarios de Ohio de que ambos hombres no sólo trabajaban con la CIA, sino que la empresa de Wexner, «The Limited», trataba de utilizar la aerolínea vinculada a la CIA para el contrabando de drogas y armas.
Durante ese mismo período de tiempo, Epstein ya había forjado estrechos vínculos con importantes funcionarios de la Casa Blanca de Clinton y destacados donantes de Clinton como la estadounidense-británica Lynn Forester de Rothschild y realizó varias visitas personales a la residencia presidencial oficial.
Algunos de esos vínculos parecen estar relacionados con las turbias actividades financieras de Epstein, en particular en lo que respecta a los mercados de divisas y los paraísos fiscales extraterritoriales, actividades que empezó a perfeccionar mientras trabajaba para destacadas figuras de la operación Irán-Contra a principios de la década de 1980, varias de las cuales estaban vinculadas al Banco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI), vinculado a la CIA, y tenían relaciones conocidas con la inteligencia israelí, el Mossad. La naturaleza del trabajo de Epstein para estas personas y otras pruebas sugieren firmemente que el propio Epstein tenía una relación con el BCCI después de dejar Bear Stearns y antes del colapso y quiebra del banco en 1991.
De particular importancia son la relación de Epstein con la Fundación Clinton y el presunto papel del «fondo de cobertura» de Epstein con sede en las Islas Vírgenes y la Fundación Clinton en la actividad de blanqueo de dinero.
Es este relato de intriga el que revela plenamente hasta qué punto esta alianza de décadas entre la delincuencia organizada, la CIA y la inteligencia israelí ha corrompido e influido en los políticos de ambos partidos políticos, tanto mediante el uso del chantaje sexual como mediante otros medios de coacción.
Lejos de ser obra de un solo organismo de inteligencia o de un solo país, la estructura de poder revelada por esta red conectada a Jeffrey Epstein es una empresa criminal que trasciende las nacionalidades y está incluso dispuesta a utilizar y abusar de los niños, en la búsqueda de cada vez más poder, riqueza y control. Existente desde hace décadas y dispuesta a utilizar cualquier medio necesario para cubrir sus huellas, esta trama criminal se ha integrado tanto en las palancas de poder de los Estados Unidos y de otros países, que es realmente demasiado grande para caer.
Irán Contra, el aeropuerto de Mena y los Clinton
Cuando uno piensa en el ahora famoso escándalo Irán-Contra, me vienen a la mente nombres como Ronald Reagan, Oliver North y Barry Seal, pero el ex presidente Bill Clinton también desempeñó un papel de gran envergadura en el escándalo, utilizando su estado natal de Arkansas, donde en ese entonces se desempeñaba como gobernador, como una especie de punto de encuentro para la operación de la CIA en América Central.
De hecho, durante el reinado de Clinton como gobernador, un pequeño pueblo llamado Mena, enclavado en las montañas Ozark al oeste de la capital de Arkansas, Little Rock, sería lanzado a la luz nacional como un centro de contrabando de drogas y armas y el entrenamiento de las milicias de extrema derecha apoyadas por la CIA.
Bajo la estrecha vigilancia de la CIA, entonces dirigida por William Casey, el Aeropuerto Regional de la Montaña Mena se utilizó para almacenar y entregar armas y municiones a los contras nicaragüenses. Las armas se intercambiaban a veces por cocaína de los cárteles sudamericanos, que se devolvía a Mena y se utilizaba para financiar la operación encubierta de la CIA.
Aunque se han hecho esfuerzos para descartar el papel de Clinton en el escándalo, su intervención directa en los intentos de los contras por derrocar al gobierno sandinista de Nicaragua sugiere que Clinton tenía algún tipo de interés personal en los esfuerzos y que era poco probable que estuviera al margen de la gran operación de contrabando que se estaba llevando a cabo en su estado mientras era gobernador. De hecho, mientras fue gobernador, Clinton se peleó con muchos otros gobiernos estatales sobre cómo derrotar al Gobierno Sandinista, al enviar un contingente de la Guardia Nacional de Arkansas a Honduras para entrenar a los contras nicaragüenses. Clinton también compartió su conocimiento de primera mano de la operación con el ahora Fiscal General de la administración Trump, William Barr.
Gran parte de esta canalización de armas y drogas fue llevada a cabo por el notorio contrabandista de drogas y supuesto agente de la CIA/DEA Barry Seal. Según el libro Whiteout: the CIA, Drugs and the Press de Alexander Cockburn (fundador del medio alternativo «CounterPunch»), y Jeffrey St. Clair:
«Una investigación federal ayudada por la policía estatal de Arkansas estableció que Barry Seal, un traficante de drogas que trabajaba para el cartel de Medellín, así como con la C.I.A. y la D.E.A., hizo que sus aviones fueran reacondicionados en Mena para el tráfico de drogas, entrenó a pilotos allí y blanqueó sus ganancias en parte a través de instituciones financieras en Arkansas. Seal, en ese momento estaba en estrecho contacto con [Oliver] North, quien reconoció la relación en sus memorias. Estos fueron los años en los que North estaba construyendo sus líneas de suministro encubiertas para los contras.»
Se sabe que Seal utilizaba aviones que pertenecían a la empresa Southern Air Transport y también empleaba tripulaciones de vuelo que trabajaban para esa misma empresa. Southern Air Transport, anteriormente Air America, fue una vez propiedad directa de la CIA y hoy se recuerda por ser una fachada de la CIA durante el caso Irán-Contra. Menos conocida es la relación entre la aerolínea vinculada a la CIA y Leslie Wexner y su entonces cercano socio Jeffrey Epstein, que se analizará en detalle más adelante en esta nota.
Seal parecía operar siempre con mucho menos de seis grados de separación de Clinton mientras este último servía como gobernador. En su exposición confesional de 1999, Cross-fire: Testigo en la investigación de Clinton, el ex policía de Arkansas convertido en chofer personal y guardia de seguridad de Bill Clinton, L.D. Brown, cuenta cómo Clinton lo animó a buscar un puesto en la CIA. Clinton supuestamente llegó a editar el ensayo que Brown escribió para esta solicitud de empleo. El tema del ensayo era el contrabando de drogas en América Central. Al recibir su solicitud, la CIA puso a Brown en contacto nada menos que con Barry Seal. Seal fue asesinado a tiros en 1986, mientras cumplía seis meses de libertad condicional tras ser condenado por cargos de tráfico de drogas.
Seal no era el único afiliado de Oliver North que dirigía una operación de la «Contra» en Arkansas. Terry Reed, que había trabajado para Oliver North desde 1983, afirmó que North lo había puesto en contacto con Seal y estableció una base a al norte de Mena -en Nella, Arkansas- donde «los contras nicaragüenses y otros reclutas de América Latina fueron entrenados en misiones de reabastecimiento, aterrizajes nocturnos, paradas de precisión y maniobras similares», según Cockburn y St. Reed afirmó además que el dinero del narcotráfico se lavaba a través de instituciones financieras de Arkansas.
Hacemos aquí un paréntesis en el relato de la nota de MintPress para hacer algunas precisiones. Como se expondrá, las investigaciones periodísticas y judiciales posteriores mostrarán que tales operaciones de tráfico de armas y drogas tuvieron un centro en Estados Unidos: el Aeropuerto de Mena, en el Estado de Arkansas. El estimado es que en esos años pasaron por el Aeropuerto de Mena aproximadamente entre tres y cinco mil millones de dólares desde 1981 hasta 1985. Los envíos se harían principalmente en aviones de la empresa «Southern Air», aerolínea de la CIA antes llamada «Air America» y que había sido vendida en 1973 a uno de sus agentes. Por las confesiones de uno de sus pilotos, Barry Seal, agente del Gobierno, se conocieron luego varios de los detalles de este entramado.
La operación estaba siendo protegida desde los más altos niveles del Consejo Nacional de Seguridad, en ese entonces dirigido por el que luego será Presidente de Estados Unidos entre 1989 7 1993, George H.W. Bush, quien antes había sido Director de la CIA. También formaron parte de la trama el militar Oliver North, quien luego tendría un programa en el canal Fox News y ahora se desempeña como Presidente de la Asociación Nacional del Rifle, y Elliot Abrams, quien hoy, más de tres décadas después, fue nombrado por Donald Trump como el encargado de su Gobierno para Venezuela (Ver «Elliot Abrams, el «enviado especial» del Gobierno de Estados Unidos para Venezuela: Crímenes de guerra, mafia, y narcotráfico»).
El asunto no quedaba ahí. También eran parte de la trama agentes de inteligencia de Israel, y otros oscuros personajes, como el mencionado Jeffrey Epstein, un asesor financiero que años más tarde sería investigado y condenado por tráfico de niños, además de hacerse conocido como por prácticas de depravación sexual. Epstein fue condenado y murió en una prisión en Nueva York en agosto de 2019, «presuntamente» a causa de un suicidio, aunque hay fundadas dudas sobre aquello, por la gran cantidad de información que él manejaba, y que involucra a innumerables actores de la elite estadounidense y europea en actos de tráfico sexual y pederastia. Por entonces, en los años 80s, Epstein se dedicada a actividades financieras relacionadas con mercados de divisas, evasiones tributarias y paraísos fiscales. Así, Epstein fue el operador financiero de esta trama, y tendría una cercana relación con la Fundación Clinton, digitando un fondo financiero con sede en las Islas Vírgenes.
Volvamos a Mena, un pequeño pueblo ubicado entre montañas, al oeste de la capital de Arkansas, Little Rock, y a la traducción de la completísima nota publicada en MintPress. Desde ahí, la CIA, por entonces encabezada por William Casey (1981-1987), utilizará el Aeropuerto regional de Mena para hacer los señalados flujos de tráfico de armas y drogas. La investigación federal posterior determinó que Barry Seal fue el encargado en tal nudo de la operación, trabajando, a la vez, para la CIA, la DEA, y el Cartel de Medellín. Estas labores las ejecutó en estrecha colaboración con Oliver North, quien lo reconoció así en sus memorias.
Otro de los implicados y también bajo el mando de Oliver North, Terry Reed, afirmó en su libro Compromised: Clinton, Bush and the CIA, escrito en co-autoría con John Cummings, haber sido puesto en contacto con Barry Seal por Oliver North. Reed estableció una base a pocos kilómetros al norte de Mena, en la localidad de Nella, donde se entrenó a contras nicaragüenses y otros reclutas latinoamericanos en misiones de reabastecimiento, aterrizajes nocturnos, aterrizajes en paracaídas y maniobras bélicas similares a ser usadas en la guerra injerencista en Nicaragua. Reed afirmó además que el dinero de las drogas se estaba lavando a través de instituciones financieras localizadas en Arkansas.
Otra arista a mencionar: En 1985, el hermano de Bill Clinton, Roger Clinton, fue arrestado por posesión y tráfico de cocaína. Tal hecho, junto a otras aristas que comenzaron a dejar expuesta a la operación, aceleraron la intención de la CIA de trasladar el centro de ésta hacia otro lugar.Según lo que señala Terry Reed en su libro «Compromised: Clinton, Bush and the CIA», en coautoría con John Cummings, tras la detención de Roger Clinton se celebró una secreta reunión en Little Rock. Durante la reunión, William Barr (hoy Fiscal General de los Estados Unidos, nombrado por Donald Trump, y cabeza de las acusaciones de «narcoterrorismo» contra autoridades venezolanas), quien se representó como el emisario del entonces director de la CIA, Bill Casey, le dijo a Clinton:
«El acuerdo que hicimos fue lavar nuestro dinero a través de su negocio de bonos, pero en lo que no planeábamos era que usted y sus compañeros comenzaran a tomarse en serio y a reducir nuestra ropa a propósito».
Barr reprendió a Clinton por su descuidado manejo de la delicada operación y la muy pública detención de su hermano. Más tarde le diría a Clinton, según Reed:
«Bill, eres el chico rubio del Sr. Casey … Tú y tu estado han sido nuestro mayor activo. El Sr. Casey quería que te pasara eso a menos que te cagues y hagas algo estúpido, eres el número 1 en la lista corta por una oportunidad en el trabajo que siempre has querido. Ustedes y muchachos como ustedes son los padres del nuevo gobierno. Somos el nuevo pacto «.
William Barr había sido primero incorporado como uno de los más cercanos asesores en temas de «seguridad nacional» por el Presidente Ronald Reagan, y más tarde, en 1989, fue designado por George H.W. Bush como Fiscal General Adjunto de la Oficina de Asesoría Jurídica del Departamento de Justicia del Gobierno estadounidense. Desde ese rol, fue central en la elaboración del plan de acusación al Presidente de Panamá Manuel Noriega, quien luego de ser un estrecho aliado de Estados Unidos en la región, fue inculpado por tráfico de drogas por el Gobierno de Estados Unidos, con lo que se justificó la cruenta operación armada e invasión del país en 1989.
Volvamos a los sucesos en Arkansas. Los intentos de investigar el papel de Clinton en las operaciones localizadas en Mena y, más ampliamente, en el asunto Irán-Contra, fueron presuntamente eliminados por los propios confidentes de Clinton, que negaron sistemáticamente que hubiera tenido un rol en las operaciones. Según una nota del Wall Street Journal, el ex investigador del IRS William Duncan se unió al investigador de la policía estatal de Arkansas, Russell Welch, en lo que se convirtió en una batalla de una década para sacar el asunto a la luz. De hecho, de las nueve investigaciones estatales y federales del asunto, todas fueron cerradas sin resultados.
Duncan diría más tarde, sobre las investigaciones: «[Se] interfirió y se encubrió, y el sistema de justicia fue subvertido», y un memorando de 1992 de Duncan a miembros de alto rango del personal del Fiscal General, señala que Duncan recibió instrucciones de «retirar todos los archivos relativos a la investigación de Mena de la oficina del Fiscal General». Como ya se ha señalado, el Fiscal General bajo el mando de George H. W. Bush, en ese momento era William Barr.
Jackson Stephens y el Banco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI)
Otra conexión de la familia Clinton con la CIA y el caso Irán-Contra pasa por su conexión con, por una parte, el empresario y financista de Arkansas Jackson Stephens, y por otra, con el llamado «Banco de Crédito y Comercio Internacional» (BCCI), entidad con estrecho vínculo con la CIA («Iran-Contra: The Cover-Up Begins to Crack», Time), y que, no por nada, los críticos apodaron, jugando con su sigla, como “Bank of Crooks and Criminals International” («Banco de Ladrones y Criminales Internacional»). Jackson Stephens estaba entre las personas más ricas de Arkansas y también fue uno de los principales donantes y patrocinadores de Ronald Reagan, George H.W. Bush, y luego, Bill Clinton. Tuvo un papel clave en el ascenso de la cadena Walmart.
Jackson Stephens y otros miembros de la familia Stephens financiaron desde los inicios de su carrera política a Bill Clinton, contribuyendo con grandes sumas de dinero tanto a su campaña para Gobernador de Arkansas como luego para sus campañas presidenciales. Un informe del FBI del año 1988 lo definió como alguien con «vínculos grandes y continuos con el gobierno de Clinton y su asociados». En dicho documento, también se examinan las denuncias de que Stephens había estado involucrado en la «manipulación ilegal de las contribuciones de la campaña al Partido Demócrata». El Worthen Bank, que era propiedad mayoritaria de Stephens, proporcionó a la primera campaña presidencial de Clinton una línea de crédito de 3,5 millones de dólares. Además, las numerosas empresas de Stephens fueron representados por el «Bufete Rose», la oficina de abogados y asesorías jurídicas en la que Hillary Clinton era de sus socias principales.
El BCCI había sido fundado originalmente por un grupo de banqueros del Pakistán, aunque un reportaje de Newsweek mostró posteriormente que funcionarios de la CIA parecían haber participado desde su fundación, y que el fundador del BCCI, Agha Hasan Abedi, había sido alentado por la CIA a fundarlo: «la agencia se dio cuenta de que un banco internacional podía proporcionar una valiosa cobertura para las operaciones de inteligencia». Los documentos de la CIA que posteriormente salieron a la luz durante las audiencias en el Congreso Nacional sobre las actividades del banco y los escándalos relacionados con él, afirmaban que el BCCI estaba directamente involucrado en «el blanqueo de dinero, la financiación del narcotráfico, el tráfico de armas y la retención de grandes sumas de dinero para grupos terroristas».
El BCCI desempeñó un papel fundamental en el asunto Irán-Contra y las cuentas del banco se utilizaron para enviar pagos a personas vinculadas al plan. Resumamos: La operación «Irán – Contra» fue la trama construida desde el Gobierno estadounidense para derrocar al Gobierno sandinista en Nicaragua, desde que éste había triunfado en 1979. En 1983, el Congreso estadounidense hizo cesar el financiamiento de esta operación, y la respuesta del «Estado profundo» imperial fue continuando con ella bajo una «particular» forma, llena de ilegalidades, delitos y crímenes: Se le vendieron armas a Irán, país con un embargo militar estadounidense desde su Revolución Islámica de 1979 y enemigo de un aliado en la región, como era en ese entonces el Gobierno de Saddam Husserin en Irak.
Junto a esa fuente de financiamiento, se sumaban participciones de Mossad, el aparato de inteligencia israelí, y el de Arabia Saudí. Y para coronar, lazos directos y coparticipación con los carteles del Pacífico y de Medellín, los principales grupos narcotraficantes de ese momento.
En la arista del BCCI, Adnan Khashoggi, figura clave e intermediario en el escándalo, utilizó una cuenta de este banco para mover más de 20 millones de dólares relacionados con la venta ilegal de armas, y el BCCI creó documentación falsa, incluidos cheques firmados por Oliver North, que permitieron que la operación siguiera adelante a pesar de la prohibición que había dictaminado el Congreso Nacional. Más tarde, cuando sus actividades fueron posteriormente sometidas al escrutinio del Congreso, el banco afirmó que no tenía ningún registro de estas transacciones.
Además, el BCCI apareció involucrado en el tráfico sexual de niñas menores de edad, incluyendo niñas que aún no habían alcanzado la pubertad. Según el informe titulado «El asunto del BCCI», de los entonces senadores estadounidenses John Kerry (Partido Demócrata) y Hank Brown (Partido Republicano), los funcionarios del BCCI habrían obtenido influencia con personas poderosas incluidos miembros prominentes de las familias gobernantes de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), proporcionándoles jóvenes vírgenes.
El informe (página 70) dice específicamente: «Según un investigador estadounidense con un conocimiento sustancial de las actividades del BCCI, algunos funcionarios del BCCI han reconocido que algunas de las mujeres proporcionaron a algunos miembros de la familia Al-Nahyan [una de las familias gobernantes de los Emiratos Árabes Unidos] niñas jóvenes que aún no habían alcanzado la pubertad y, en ciertos casos, sufrieron lesiones físicas por la experiencia. El funcionario dijo que antiguos funcionarios del BCCI le habían dicho que el BCCI también proporcionaba hombres a VIPs homosexuales».
El BCCI se introdujo en gran medida en la comunidad empresarial de los Estados Unidos gracias a los esfuerzos de Jackson Stephens y Bert Lance, antiguo director de presupuesto del Presidente Jimmy Carter, que colaboraron en la adquisición por el BCCI del «First American Bank». El bufete de abogados que participó en esa operación fue el «Rose Law Firm» de Arkansas e involucró a varios de los abogados del bufete, entre ellos Hillary Clinton, Webster Hubbell y C.J. Giroir. También participaron en la iniciativa Clark Clifford, ex Secretario de Defensa en el Gobierno de Lyndon B. Johnson, y Kamal Adham, empresario oligarca y ex director general del servicio de inteligencia de Arabia Saudita.
Uno de los hombres que se añadió a la junta del BCCI tras la adquisición del First American Bank fue Robert Keith Gray, a quien una nota de 1992 de Newsweek describió como alguien que a menudo «se jactaba de su estrecha relación con William Casey de la CIA; Gray solía decir que antes de tomar un cliente extranjero, lo aclaraba con Casey». Como se detalló en una de las notas relacionadas a la fuente de lo que quí describimos, («Government by Blackmail: Jeffrey Epstein, Trump’s Mentor and the Dark Secrets of the Reagan Era», MintPress News), Robert Feith Gray también era un experto en operaciones de chantaje homosexual para la CIA. Algunos de los clientes de Gray en la poderosa firma de relaciones públicas que dirigía, Hill & Knowlton, incluían clientes del BCCI y personas vinculadas al Mossad, como Adnan Khashoggi (un traficante de armas saudí), y Marc Rich (un especulador en mercados de commodities y de petróleo).
Mientras que el «Bufete Rose» colaboraba con la entrada del BCCI al sistema financiero americano, también representaba a la empresa de servicios financieros de propiedad de Stephen, «Stephens Inc.», así como a la empresa de procesamiento de datos «Systematics Inc.», que Stephens adquirió a finales de los años 60. Según James Norman en su libro «La tarjeta del petróleo»: Global Economic Warfare in the 21st Century, Systematics fue «un vehículo principal o compañía de fachada para la Agencia de Seguridad Nacional en los años 80 y principios de los 90 para comercializar e implantar software con micrófonos ocultos en los principales bancos y cámaras de compensación del mundo como parte del esfuerzo de Reagan/Bush de ‘seguir el dinero’ para quebrar a los soviéticos».
El difunto periodista y ex policía Michael Ruppert (encontrado muerto con una bala en la cabeza en su casa en el 2014), conocido sobretodo por su libro «Atravesando el Rubicón: La caída del Imperio estadounidense y el fin de la Era del Petróleo» («Crossing The Rubicon: The Decline of the American Empire at the End of the Age of Oil»-) afirmó que este «software intervenido» no era otro que el software Promis, que tanto la inteligencia estadounidense como la israelí habían intervenido para espiar a la inteligencia y que había sido comercializado en parte por Robert Maxwell, padre de la madama de Jeffrey Epstein, Ghislaine Maxwell. Ruppert citó a Systematics como «un desarrollador primario de Promis para uso de inteligencia financiera». Promis había sido originalmente arrendado por Inslaw Inc., una pequeña empresa de software, al Departamento de Justicia de Estados Unidos, que más tarde lo robó de Inslaw, obligándola a declararse en quiebra.
Según un documento de 1995 enviado en nombre de los fundadores de Inslaw al entonces abogado independiente Ken Starr, que le pidió a éste que revisara el caso de Inslaw, Systematics había «implantado encubiertamente [software] en las computadoras de sus clientes bancarios» que permitía «a las agencias de inteligencia aliadas rastrear y monitorear el flujo de dinero a través del sistema bancario» y lo había hecho «a instancias de la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (NSA) y su socio en la inteligencia israelí». Inslaw también declaró que el software fue utilizado por estos mismos organismos de inteligencia en el «blanqueo de dinero, especialmente de los beneficios de la droga».
Systematics también tenía una filial en Israel que, según un ex oficial de inteligencia israelí, era operada por contratistas del Mossad y vendía programas informáticos a bancos y empresas de telecomunicaciones. Según la carta de Richardson, esa filial israelí de Systematics también tenía una empresa con sede en Massachusetts, que era parcialmente propiedad de un ex funcionario de inteligencia de los Estados Unidos.
Dos socios de la firma Rose Law Firm que más tarde servirían en la administración Clinton, Vince Foster y Webster Hubbell (luego condenado, a fines de los 90s, por conspiración, evasión fiscal y fraude postal), adquirieron importantes intereses financieros en Systematics a través de la propiedad de otra empresa, Alltel, que compró Systematics a principios de la década de 1990. Los Hamiltons también proporcionan una evidencia considerable de que la angustia de Foster antes de su muerte en 1993 parece haber estado relacionada con las preocupaciones sobre el litigio que involucra a Systematics y el litigio en curso sobre el robo de Promis.
Se sabe que el propio BCCI empleó el software de Promis después de su robo por el Departamento de Justicia; y una de sus filiales, First American Bank, también «filtró el dinero de PROMIS», es decir, blanqueó el dinero generado por la venta del software robado de Promis, según el difunto periodista Danny Casolaro.
Casolaro había estado investigando un sindicato internacional del crimen que él llamó «el Pulpo» en el momento de su muerte en 1991. Casolaro creía que este «Pulpo» involucraba a poderosos individuos en los sectores público y privado, así como en el submundo criminal, y que eran responsables colectivamente de algunos de los mayores escándalos de los años 80, incluyendo el Irán-Contra, el BCCI y el robo del software Promis.
Casolaro había dicho a sus amigos y familiares que estaba a punto de concluir su investigación y varias personas cercanas a él habían visto documentos que implicaban transferencias de dinero del BCCI y del Banco Mundial a personas involucradas en estos escándalos, como Earl Brian (empresario que tuvo cargos en el Gobierno de California bajo el mando de Ronald Reagan), y Adnan Khashoggi (empresario y traficante de armas saudí con estrecha colaboración con la CIA). Casolaro fue a Martinsburg, Virginia, para reunirse con algunas fuentes para conseguir la última pieza del rompecabezas del «Pulpo». Dos días después de llegar a Martinsburgo, Casolaro fue encontrado muerto en su habitación de hotel y su maletín lleno de sus notas de investigación y pruebas, desapareció. La investigación policial y judicial dictaminó que su muerte fue un suicidio.
Muchos, incluyendo la familia de Casolaro, no creen que Casolaro se haya suicidado. Una semana antes de su muerte, Casolaro le dijo a su hermano que había recibido amenazas de muerte y que la forma en que murió, con profundos cortes en sus brazos, no era consistente con la animadversión que tenía hacia la sangre, como detallaron sus cercanos. La especulación creció después de que la investigación posterior del FBI mostrara que la oficina federal de investigaciones mintió en la investigación que emprendió el Congreso sobre el caso, y presionó a sus propios agentes para que no cuestionaran si se trataba de un suicidio (Ver «The Danny Casolaro Primer: 13 reasons to doubt the official narrative surrounding his death» «El caso Danny Casolaro: 13 razones para dudar de la narrativa oficial sobre su muerte»). Luego, en otro oscuro suceso, el FBI perdió el 90 por ciento de sus archivos relacionados con la muerte de Casolaro, entre otras flagrantes incoherencias.
En una carta de 1994 proporcionada al medio MintPress por Inslaw Inc., el abogado de Inslaw, Charles Work, dijo al entonces Fiscal General Adjunto John Dwyer que una de las fuentes confidenciales de Inslaw en el gobierno había declarado que a Casolaro se le había inyectado una sustancia que le había paralizado desde el cuello hacia abajo, explicando la aparente falta de lucha por su sobrevivencia, y que la sustancia utilizada provenía del inventario del Ejército de los Estados Unidos. La persona que había organizado la reunión final de Casolaro antes de su muerte fue un oficial de inteligencia militar de Estados Unidos, llamado Joseph Cuellar.
E, 1991, el mismo año en que Casolaro murió, hubo varias otras muertes «sospechosas» que involucraban a personas directamente conectadas con el escándalo Promis y la investigación de Casolaro sobre el «Pulpo», incluyendo a Alan Standorf, una de las fuentes de Casolaro; Robert Maxwell, padre de Ghislaine Maxwell, agente del Mossad, y vendedor del software de Promis con micrófonos ocultos; y John Tower, el ex Senador de Texas que ayudó a Maxwell a vender el software de Promis a los laboratorios de Los Álamos con micrófonos ocultos.
Jeffrey Epstein y «El banco más sucio de todos»
El papel que desempeñó Arkansas en la operación «Irán-Contra» es una arista del escándalo que a menudo se pasa por alto, y también lo es el rol fundamental que desempeñaron los traficantes y contrabandistas de armas vinculados a la inteligencia israelí y que más tarde se verían conectados con personas poderosas del Mega Group y Jeffrey Epstein, como Marc Rich y el ya mencionado Adnan Khashoggi.
Uno de los principales protagonistas de las operaciones de «Irán-Contra» fue el traficante de armas saudí Adnan Khashoggi, quien, relacionándolo con un hecho reciente, es tío del periodista asesinado del Washington Post, Jamal Khashoggi. Un hecho menos conocido sobre Adnan Khashoggi es que, en el momento de sus tratos Irán-Contra, trabajaba para el Mossad israelí, según el ex agente del Mossad Victor Ostrovsky.
Ostrovsky, en su libro bestseller «By way of the Deception» (entre otros libros publicados por él), señala que Khashoggi había sido reclutado por el Mossad años antes y que su jet privado tenía su instalación y centro de operaciones en Israel. En relación con Iran-Contra, Ostrovsky afirma que fue un préstamo de 5 millones de dólares que Khashoggi proporcionó, lo que ayudó a superar la falta de confianza entre Israel e Irán durante los primeros negocios de armas a principios del decenio de 1980, y por lo tanto su participación fue fundamental para el éxito del plan.
Según la periodista Vicky Ward (hoy en CNN, @VickyPJWard), Adnan Khashoggi fue cliente de Jeffrey Epstein a principios de los años ochenta, no mucho después de que Epstein se fuera de el bancio de inversiones Bear Stearns en 1981 («The tallented Mr. Epstein», Vanity Fair, 2003). La razón por la que Epstein dejó el banco sigue siendo oscura. Aunque algunos ex empleados de Bear Stearns afirman que fue despedido, otros, incluido el propio Epstein, afirman que renunció por voluntad propia.
Ward sugiere que Epstein pudo haber dejado el banco debido a una investigación de la Comisión de Valores y Bolsa («Securities and Exchange Commission», SEC) sobre el uso de información privilegiada en un caso que implicaba una oferta pública de acciones de Seagrams sobre la empresa minera St. Joe Minerals Corp. El propietario de Seagrams, Edgar Bronfman, había avisado a varios inversores y banqueros de dicha próxima oferta pública de acciones. Epstein renunció a Bear Stearns al día siguiente de que la SEC abriera el caso sobre tales hechos, y más tarde afirmó que había dejado la empresa como resultado de una violación relativamente menor de la «Regulación C» sobre este tema, y de los rumores de que tenía un «asunto ilícito con una secretaria».
Sin embargo, como señaló el artículo de la periodista Ward:
«La Comisión de Valores y Bolsa nunca presentó cargos contra nadie del banco de inversiones Bear Stearns por uso de información privilegiada en St. Joe, pero su interrogatorio parece indicar que era escéptica sobre las respuestas de Epstein. Algunas fuentes se han preguntado acerca del por qué, si era un agente tan importante en Bear Stearns, lo habría abandonado por una simple multa de 2.500 dólares».
Independientemente de la razón exacta de la repentina partida de Epstein, fue inmediatamente después de dejar el banco que «los detalles [de la historia de trabajo de Epstein] se desvanecen en la sombra». Algunos de los pocos amigos actuales que lo conocen desde principios de los 80s recuerdan que solía decirles que era un «cazarrecompensas», recuperando dinero perdido o robado para el gobierno o para gente muy rica. Tiene licencia para portar un arma de fuego».
En un artículo publicado en el medio «Salon», un antiguo amigo de Epstein, Jesse Kornbluth, también señaló que Epstein había afirmado ser un «cazador de recompensas» para los ricos y poderosos:
«Cuando nos conocimos en 1986, la doble identidad de Epstein me intrigó – dijo que no sólo administraba dinero para clientes con mega-fortunas, sino que también era un cazador de recompensas de alto nivel. A veces, me dijo, trabajaba para los gobiernos para recuperar el dinero saqueado por los dictadores africanos. Otras veces esos dictadores lo contrataban para ayudarles a esconder el dinero robado».
Uno de los clientes de Epstein después de dejar Bear Stearns, según fuentes de Ward, era Khashoggi, el saudí vinculado a la CIA/Mossad en el mismo momento en que éste estaba involucrado en las operaciones «Irán-Contra», donde coparticipaban la inteligencia estadounidense y la israelí. El periodista británico Nigel Rosser publicó en una nota de enero de 2001 en el medio inglés «Evening Standard», que Epstein había afirmado que también trabajaba para la CIA durante ese mismo período.
Desde el arresto de Epstein en julio de 2019, se han borrado los registros del artículo de Rosser de los archivos de los periódicos británicos, incluido el del «Evening Standard». Sin embargo, MintPress confirmó independientemente con Bob Fitrakis, a quien Rosser había entrevistado para el artículo en cuestión, que el texto «bajado» de la web señalaba que Epstein solía afirmar que trabajaba para la CIA.
Específicamente, el artículo de Rosser había incluido el siguiente pasaje:
«Él [Epstein] tiene una licencia para llevar un arma oculta, una vez afirmó haber trabajado para la CIA, aunque ahora lo niega, y es dueño de propiedades en toda América. Una vez llegó a la casa de un traficante de armas británico en Londres trayendo un regalo, una pistola antidisturbios de la policía de Nueva York. ‘Dios sabe cómo la introdujo en el país’, dijo un amigo».
Aunque Epstein negó sus conexiones pasadas con la CIA en el momento en que se publicó el artículo de Rosser, cabe mencionar que Robert Maxwell (padre de Ghislaine Maxwell, empresario y político del Partido Laborista) también negó sus vínculos, ahora bien documentados, con la inteligencia israelí. Además, como se mostrará más adelante en este artículo, Epstein y su único «cliente» multimillonario conocido, Leslie Wexner, forjaron más tarde una relación comercial con la empresa «de fachada» de la CIA, Southern Air Transport, y desempeñaron un papel importante en el traslado de la aerolínea a Columbus, Ohio, a mediados de los años noventa. Durante ese período, dos prominentes funcionarios de Ohio creyeron que tanto Epstein como Wexner trabajaban con la CIA, según el periodista Bob Fitrakis.
Las afirmaciones y pruebas del pasado sobre la participación de Epstein en la CIA, junto con su tiempo como «oscuro» fijador financiero para el doble activo de Khashoggi, sugieren firmemente que, lo que sea que Epstein haya estaba haciendo para Khashoggi durante este tiempo, muy probablemente involucraba al BCCI. Según el informe «The BCCI Affair», Khashoggi «actuó como intermediario en cinco transacciones de armas iraníes para los Estados Unidos, financiando varias de ellas a través del BCCI» y «sirvió de ‘banquero’ para los envíos de armas a medida que se desarrollaba el plan encubierto». El informe continuó:
«Khashoggi y [otro traficante de armas Irán-Contra, Manucher] Ghorbanifer desempeñaron un papel central para el gobierno de Estados Unidos en relación con el caso Irán-Contra en operaciones que implicaban la participación directa de personal de la CIA [y tanto Khashoggi como Ghorbanifer] trabajaban en las oficinas del BCCI en Montecarlo y, para ambos, los servicios del BCCI eran esenciales como medio de proporcionar crédito a corto plazo para las ventas de Estados Unidos a Irán a través de Israel».
Esta conexión es aún más probable dado el hecho de que el banco Bear Stearns, el anterior empleador de Epstein hasta que se convirtió en un operador financiero para Khashoggi y otras personas poderosas, también trabajó directamente con el BCCI durante este período. De hecho, Bear Stearns actuó como intermediario del BCCI, hecho que permaneció oculto hasta que una larga batalla judicial en el Reino Unido concluyó en 2011 y obligó al «Informe Sandstorm» del Gobierno sobre las actividades del BCCI a excluir del documento los nombres de Bear Stearns y de otras instituciones, personas y países que habían hecho negocios con el banco vinculado a la CIA.
Además, está el hecho adicional de que el BCCI traficaba con niñas menores de edad para tener relaciones sexuales como medio para obtener favores de individuos poderosos y obtener influencia sobre ellos, algo en lo que Jeffrey Epstein se involucrará extensamente más tarde. Varias personas que dirigían operaciones de chantaje sexual con menores o de trata de niños estaban conectadas con «empresas fachadas» de la CIA, como el BCCI, y otras organizaciones relacionadas con el escándalo Irán-Contra, además de varias personas cercanas al Gobierno de Ronald Reagan (Ver «Government by Blackmail: Jeffrey Epstein, Trump’s Mentor and the Dark Secrets of the Reagan Era», MintPress).
El director de la CIA en ese momento, Bill Casey, era amigo íntimo de Roy Cohn, quien era señalado como «mano derecha» del emblemático Senador Joseph McCarthy (cabeza de la política de operaciones anticomunistas estadounidenses), y quien también dirigía la operación de delitos sexuales que involucraba a menores de edad del Hotel Plaza de Manhattan («Manhattan’s Plaza Hotel»), como se describe en la Parte I de la serie del reportaje de MintPress que sirve de fuente principal de esta nota («Hidden in Plain Sight: The Shocking Origins of the Jeffrey Epstein Case»). Según la secretaria de Cohn durante mucho tiempo, Christine Seymour, el Director de la CIA Bill Casey era una de las personas que más llamaba a Roy Cohn.
Otro hecho que sugiere que Epstein tenía conexiones con el BCCI es que se sabía que Epstein estaba cerca de otros traficantes de armas de la época y que el BCCI se utilizaba frecuentemente para ventas encubiertas de armas. Después del bullado colapso de este Banco en 1991, un artículo de la revista Time titulado «BCCI: El banco más sucio de todos» señaló lo siguiente:
«…[L]a CIA puede haber usado al B.C.C.I. como algo más que un banquero encubierto: Agentes de EE.UU. colaboraron con la red negra en varias operaciones, según un «oficial» de la red negra del B.C.C.I. que ahora es un testigo secreto del gobierno de EE.UU. Las fuentes han dicho a los investigadores que el B.C.C.I. trabajó estrechamente con las agencias de espionaje israelíes y también con otros grupos de inteligencia occidentales, especialmente en el tráfico de armas»
Uno de los traficantes de armas que Epstein aparentemente conocía de cerca era el traficante de armas británico Sir Douglas Leese (Ver «Epstein and the Leese family»). Leese participó en la intermediación del primero de una serie de polémicos acuerdos de armas británicos en los que participó Khashoggi, conocido como el Acuerdo de Al Yamamah y que supuestamente implicaba el soborno de miembros de la familia real saudita y altos funcionarios del Gobierno saudí. Además de Khashoggi, varios de esos funcionarios y miembros de la familia real tenían profundos vínculos con el BCCI.
Las operaciones posteriores de ese tráfico de armas se realizaron presuntamente con la participación del Príncipe Carlos de la familia real británica, y las investigaciones sobre la corrupción en Al Yamamah se cerraron más tarde por los esfuerzos del Presidente laborista Tony Blair y del Príncipe Andrés. Se dice que Leese habló del «genio» y la falta de moral de Epstein cuando le presentó a Steve Hoffenberg de la agencia de cobro de deudas «Tower Financial Corporation», y poco después de esa presentación, Hoffenberg contrató a Epstein («Tower Financial Corp. and Jeffrey Epstein Ponzi Scheme Class Action», «Jeffrey Epstein worked at financial firm that engaged in massive Ponzi scheme in 1980s and 1990s»).
Dos años después del colapso impulsado por el fraude del BCCI, Tower Financial Corporation implosionó en 1993 en lo que aún se considera uno de los mayores «esquemas Ponzi» (operación frauduelenta de inversiones) en la historia de los Estados Unidos. Hoffenberg afirmó más tarde ante el Tribunal que Epstein había estado íntimamente involucrado en las turbias prácticas financieras de Towers Financial Corporation y que había llamado a Epstein el «arquitecto de la estafa». Sin embargo, cuando Towers Financial se derrumbó, Epstein ya no trabajaba para la compañía. A pesar del testimonio de Hoffenberg y de las abundantes pruebas sobre el papel de Epstein en el esquema de fraudes, el nombre de Epstein fue «misteriosamente» retirado del caso.
Dado que Epstein supuestamente recibió su «Sweetheart deal» en 2008 como resultado de haber pertenecido a la inteligencia estadounidense, las actividades de Epstein en los años ochenta y principios de los noventa sugieren que su capacidad para evitar cargos en relación con el «esquema ponzi» de Tower Financial Corporation puede haber sido por razones similares.
Aunque Hoffenberg afirma que conoció a Epstein a través de Leese, el propio Epstein afirmó que había conocido al estafador condenado a través de John N. Mitchell, quien fuera Fiscal General de Estados Unidos nombrado por entonces por el Presidente Richard Nixon.
Como se señaló en la Parte II de esta serie de reportajes, Mitchell era un «amigo» del lobista de Washington y militante del Partido Republicano Craig Spence, según Spence, antes de su caída en desgracia. Spence, durante gran parte de los años 80s, dirigió una operación de delitos sexuales en Washington D.C. que involucraba a menores de edad y había llevado a algunos de esos «call boys» en giras nocturnas por la Casa Blanca que, según él, habían sido organizadas por el entonces Asesor de Seguridad Nacional Donald Gregg. Spence, después de que su tráfico y explotación de menores fuera expuesta, también murió en circunstancias «misteriosas»: fue encontrado muerto en una habitación de hotel Ritz-Carlton en 1989. Su muerte fue rápidamente etiquetada como un suicidio.
Con la ayuda de Epstein y Wexner, «Spook Air» encuentra un nuevo hogar
Mientras que el estado de Arkansas se convirtió en un centro de actividad de la CIA durante los años de Reagan y el escándalo Irán-Contra, otro Estado pareció tomar su lugar en la década de 1990: Ohio. Así como el oligarca de Arkansas Jackson Stephens ayudó a atraer a la CIA a su estado natal durante el Irán-Contra, también fue un oligarca de Ohio y su socio cercano los que ayudaron a atraer a la CIA al Estado de Buckeye. Esos hombres eran Leslie Wexner y Jeffrey Epstein, respectivamente.
En la Parte III de esta serie («Mega Group, Maxwells and Mossad: The Spy Story at the Heart of the Jeffrey Epstein Scandal»), MintPress detalló los vínculos de Wexner con el crimen organizado y sus conexiones con el todavía no resuelto homicidio de Columbus, el abogado de Ohio Arthur Shapiro. Shapiro, que representaba a la empresa de Wexner «The Limited» en el momento de su muerte, iba a testificar ante un gran jurado sobre la evasión fiscal y su participación en sospechosos «refugios fiscales». La policía de Columbus describió el asesinato de Shapiro como «un ‘golpe’ de la mafia» y un informe policial implicó a Wexner y a sus socios comerciales como implicados o beneficiados por la muerte de Shapiro, y como vinculados con prominentes grupos del crimen organizado de Nueva York.
Además, Wexner y The Limited también parecen haber tenido una relación con la CIA. En 1995, Southern Air Transport (SAT), la conocida compañía «de fachada» de la CIA, se trasladó de Miami, Florida a Columbus, Estado de Ohio. Fundada a finales del decenio de 1940, SAT, desde 1960 hasta 1973, fue propiedad directa de la CIA, que trató de utilizar la empresa como fachada para operaciones encubiertas. Después de 1973, la empresa pasó a manos privadas, aunque todos sus posteriores propietarios tendrían vínculos con la CIA, incluido James Bastian, un antiguo abogado de la CIA, que era el propietario de SAT en el momento de su traslado a Ohio.
SAT estuvo directamente involucrada en las operaciones de Irán-Contra, habiendo sido utilizada para transportar armas y drogas hacia y desde la «Contra» nicaragüense bajo el pretexto de entregar «ayuda humanitaria», al tiempo que enviaba armas estadounidenses a Israel que luego se vendían a Irán en violación del embargo de armas puesto por los Estados Unidos a Irán tras la Revolución Islámica de 1979, donde un grupo de estadounidenses fueron tomados como rehenes en la Embajada de Teherán. Además, Irán tenía un conflicto de alta intensidad con el Gobierno de Irak de Sadam Hussein, por entonces aliado de Estados Unidos. Sólo en 1986, SAT transportó desde Texas a Israel 90 toneladas de misiles antitanque TOW, que luego fueron vendidos a Irán por Israel e intermediarios vinculados al Mossad como el traficante de armas saudí Adnan Khashoggi.
Aunque los vínculos de la aerolínea con la CIA eran bien conocidos, la compañía de Leslie Wexner, The Limited, trató de convencer a SAT para que trasladara su sede desde Miami, Florida, hacia Columbus, Ohio, movimiento que se realizó en 1995. Cuando Edmund James, presidente de «James and Donohew Development Services», dijo al Columbus Dispatch en marzo de 1995 que SAT se estaba trasladando al aeródromo de Rickenbacker de Columbus, declaró que «la nueva presencia de Southern Air en Rickenbacker comienza en abril con dos vuelos de carga regulares 747 a la semana desde Hong Kong», citando al presidente de SAT William Langton. «Para el otoño, eso podría aumentar a cuatro por semana. Se están llevando a cabo negociaciones para vuelos desde Rickenbacker al Lejano Oriente… Gran parte de la carga de Hong Kong a Rickenbacker será para The Limited», la compañía de ropa de Wexner. «Esta es una gran historia para el centro de Ohio. Es enorme, en realidad», dijo James en ese momento.
Al día siguiente de la conferencia de prensa, Brian Clancy, que trabaja como analista en MergeGlobal Inc., señaló al medio «Journal of Commerce» que la razón de la reubicación de SAT en Ohio era en gran parte el resultado de la lucrativa ruta de Hong Kong a Columbus que SAT llevaría a cabo para la empresa de Wexner. Clancy declaró específicamente que el hecho de que «[The] Limited Inc., el mayor minorista de la nación, tiene su sede en Columbus … indudablemente contribuyó en gran parte a la decisión de Southern Air».
Según documentos obtenidos por el periodista Bob Fitrakis de la Autoridad Portuaria de Rickenbacker, el gobierno de Ohio también trató de mejorar el trato para llevar al SAT a Columbus para complacer a poderosos hombres de negocios de Ohio, como Wexner. Orquestado por el entonces Jefe de Personal del Gobernador George Voinovich, Paul Mifsud, la Autoridad Portuaria de Rickenbacker y el Departamento de Desarrollo de Ohio crearon un paquete de varios incentivos financieros para atraer a la aerolínea a trasladarse a Ohio. El Journal of Commerce describió el «generoso paquete de incentivos del estado de Ohio» como «un crédito del 75 por ciento contra su responsabilidad fiscal corporativa para los próximos 10 años, un préstamo de 5 millones de dólares a bajo interés y una subvención de 400.000 dólares para la formación profesional». En 1996, el entonces portavoz de SAT, David Sweet, dijo a Fitrakis que la aerolínea vinculada a la CIA sólo se había trasladado a Columbus porque «el trato [elaborado por el departamento de desarrollo] era demasiado bueno para rechazarlo».
Aunque el SAT había prometido al Gobierno de Ohio que crearía 300 puestos de trabajo en tres años, rápidamente despidió a numerosos trabajadores y no construyó la instalación de mantenimiento que había prometido, a pesar de que ya había recibido 3,5 millones de dólares en fondos del Gobierno de Ohio para ese y otros proyectos. A medida que los problemas financieros de la compañía aumentaban, el Gobierno de Ohio se negó a recuperar los millones de dólares que le prestó a la empresa, incluso después de que se alegara que 32 millones de dólares en la cuenta bancaria de Mary Bastian, la esposa del dueño de SAT y ex abogado de la CIA James Bastian, eran en realidad fondos de la empresa. El 1 de octubre de 1998, SAT se declaró en bancarrota. Ese mismo día, el Inspector General de la CIA publicó un informe exhaustivo sobre la participación ilícita de la aerolínea en el tráfico de drogas.
Además, Fitrakis señaló que, además de Wexner, las otras figuras principales que fueron clave para asegurar el traslado de SAT a Ohio fueron Alan D. Fiers Jr., ex jefe de la Fuerza de Tarea Centroamericana de la CIA (» Central American Task Force»), y el General de División de la Fuerza Aérea retirado Richard Secord, jefe de logística aérea para la acción encubierta de SAT en Laos entre 1966 y 1968, cuando la compañía todavía era conocida como Air America. Secord también fue el coordinador de logística aérea en la red ilegal de abastecimiento de la «Contra» junto a Oliver North, durante las operaciones Irán-Contra. Alan Fiers fue una de las personas clave involucradas en Irán-Contra que fue indultado por George H.W. Bush con la ayuda del entonces Fiscal General William Barr. Barr, que como hemos señalado es hoy Fiscal General en la administración Trump y es el máximo responsable de la cadena de mando del Departamento de Justicia en la investigación de la muerte de Epstein en prisión, se ha negado a recusarse de la investigación de la red de Epstein y de su reciente muerte. Por su parte, en el marco de las investigaciones judiciales estadounidenses por el caso «Irán-Contra», en 1989 Richard Secord se declaró culpable del cargo de delito mayor de declaraciones falsas al Congreso, y fue condenado a dos años de libertad condicional.
A pesar de la participación de estos hombres vinculados a la CIA, así como de Leslie Wexner, vinculado al crimen organizado, el entonces presidente de SAT dijo a Columbus Dispatch que la aerolínea «ya no estaba conectada a la CIA».
En particular, fue durante este mismo tiempo que Epstein ejerció un control sustancial sobre las finanzas de Wexner; y, según Fitrakis y sus extensos informes sobre Wexner de este período, fue Epstein quien orquestó la logística de las operaciones comerciales de Wexner, incluyendo The Limited. Como se reveló en el expediente del asesinato de Arthur Shapiro y en los vínculos entre SAT y The Limited, gran parte de la logística de The Limited involucraba a figuras y compañías conectadas al crimen organizado y a los aparatos de inteligencia de los Estados Unidos. También es importante señalar que SAT era conocida por ser una empresa tapadera de la CIA antes de los esfuerzos de Wexner y otros por llevar la aerolínea a Colón, y que, unos años antes, el propio Epstein había trabajado para figuras vinculadas a la inteligencia que también estaban implicadas en el Irán-Contra, como Adnan Khashoggi.
Además, durante ese período, Epstein ya había empezado a vivir en el ahora infame ático de Nueva York que había sido comprado por primera vez por Wexner en 1989. Aparentemente Wexner había instalado CCTV y equipo de grabación en un extraño baño de la casa después de su compra, y nunca vivió en la casa, como se señaló en la Parte III de la investigación de MintPress («Mega Group, Maxwells and Mossad: The Spy Story at the Heart of the Jeffrey Epstein Scandal»).
En una entrevista a MintPress, Bob Fitrakis señaló que la participación de Epstein y Wexner en el traslado de SAT a Ohio había causado sospechas entre algunos prominentes funcionarios estatales y locales de que los dos estaban trabajando con la inteligencia de Estados Unidos. Fitrakis afirmó en específico que el entonces Inspector General de Ohio David Strutz y el entonces Sheriff del condado de Franklin Earl Smith le habían dicho personalmente que creían que tanto Epstein como Wexner tenían vínculos con la CIA. Estas afirmaciones corroboran aún más lo que fue reportado por primera vez por Nigel Rosser en el «Evening Standard» de que Epstein había afirmado haber trabajado para la CIA en el pasado.
Fitrakis también dijo a MintPress que Strutz se había referido a la ruta del SAT entre Hong Kong y Columbus en nombre de la empresa de Wexner The Limited como «la ruta de Meyer Lansky», ya que creía que la asociación de Wexner con el SAT estaba relacionada con sus vínculos con elementos del crimen organizado que estaban conectados con el «National Crime Syndicate» («Sindicato Nacional del Crimen») creado por Lansky. Además, Catherine Austin Fitts, la ex banquera de inversiones y funcionaria del Gobierno estadounidense, que ha investigado ampliamente la intersección del crimen organizado, los mercados negros, Wall Street y el gobierno federal, fue informada por un ex empleado de la CIA que Wexner era uno de los cinco gerentes clave de los flujos de dinero del crimen organizado en los Estados Unidos.
Como se ha señalado en informes anteriores, Meyer Lansky fue un pionero de las operaciones de chantaje sexual y estaba conectado tanto con la inteligencia de los Estados Unidos como con el Mossad de Israel. Además, muchos miembros del llamado Mega Grupo, del que Wexner fue cofundador, tenían vínculos directos con el «sindicato del crimen» de Lansky, quien además tenía extensas operaciones en Cuba hasta el triunfo de la Revolución Cubana en 1959.
El perdón de Marc Rich y el «apalancamiento» de Israel sobre Clinton
El «financista fugitivo» Marc Rich, cuyo indulto durante los últimos días del Gobierno de Bill Clinton sigue envuelto en controversia años después del hecho, es otra figura oscura con conexiones con el «Mega Group», el Mossad, y la inteligencia y el crimen organizado de los Estados Unidos.
Marc Rich era un comerciante de materias primas y gestor de «fondos de cobertura», conocido por haber fundado el gigante del comercio de materias primas y minería «Glencore», y por haber hecho negocios con numerosas dictaduras, a menudo en violación de las llamadas «sanciones» impuestas por el Gobierno de Estados Unidos. Trabajó particularmente cerca de Israel y, según la nota publicada en Haaretz:
«En los años posteriores a la Guerra del Yom Kippur de 1973 y el consiguiente embargo mundial de petróleo árabe, un período en el que nadie quería vender petróleo a Israel, durante casi 20 años Rich fue la principal fuente de las necesidades de petróleo y energía del país».
Fue ese comercio en nombre de Israel lo que finalmente llevó a Rich a ser acusado en 1983 por violar el embargo petrolero de Estados Unidos a Irán, al venderle petróleo iraní a Israel. Rich también fue acusado de evasión de impuestos, fraude electrónico, chantaje y varios otros delitos.
Haaretz también señaló que los negocios de Rich eran «una fuente de financiación de arreglos financieros secretos» y que «sus oficinas en todo el mundo, según varias fuentes fidedignas, servían con frecuencia a los agentes del Mossad, con su consentimiento». Rich también tenía lazos más directos con el Mossad. Por ejemplo, su fundación, la Fundación Rich (dedicada con especial foco en financiar a organizaciones y referentes del mundo LGBTI), estaba dirigida por el ex agente del Mossad Avner Azulay. Rich también era amigo de referenciales políticos israelíes, incluyendo a los ex primeros ministros Menachem Begin y Ehud Barak, y era un frecuente proveedor de «servicios» para la inteligencia israelí.
Según el biógrafo de Rich, Daniel Ammann, Rich también proporcionó información a la inteligencia de Estados Unidos, pero se negó a dar detalles. «No quiso decir con quién cooperaba dentro de las autoridades de Estados Unidos o a qué rama del gobierno de Estados Unidos suministraba información de inteligencia», dijo Ammann en una entrevista con el Daily Beast.
Una pista de la naturaleza de la relación de Rich con la inteligencia de Estados Unidos es su aparente vínculo con el BCCI. El informe «El asunto del BCCI» menciona a Rich como una persona a investigar en relación con el banco y los estados:
«Los préstamos del BCCI a Rich en los años 80 ascendieron a decenas de millones de dólares. Además, las empresas de materias primas de Rich fueron utilizadas por el BCCI en relación con la participación del BCCI en los ‘programas de garantía’ de los Estados Unidos a través del Departamento de Agricultura. La naturaleza y el alcance de la relación de Rich con el BCCI requiere una investigación más profunda».
Rich también estaba ligado al Mega Group, ya que era uno de los principales donantes de la caridad Taglit Birthright Israel junto con el cofundador del Mega Group Charles Bronfman y el miembro del Mega Group Michael Steinhardt. Steinhardt era particularmente cercano a Rich, conociendo primero al comerciante de materias primas en los años 70 y luego administrando 3 millones de dólares para Rich, la entonces esposa de Rich, Denise, y el suegro de Rich desde principios de los 80 hasta mediados de los 90 a través de su «fondo de cobertura». A finales de los años 90, Steinhardt reclutaría a otros miembros del Mega Group, como Edgar Bronfman, en el esfuerzo por resolver los cargos criminales contra Rich, que finalmente se concretaron con el controvertido indulto de Clinton en 2001. Steinhardt afirmó que se le ocurrió la idea de un indulto presidencial para Rich a finales de 2000.
El indulto de Bill Clinton a Rich fue controvertido por varias razones, y muchos medios de comunicación afirmaron que «apestaba a recompensa». Como señaló el New York Post en 2016, en el período previo al indulto presidencial la ex esposa del financiero, Denise Rich, había donado 450.000 dólares a la incipiente Biblioteca y Museo Presidencial Clinton y «más de un millón de dólares a las campañas demócratas de la era Clinton». Además, Rich había contratado a abogados de alto poder con vínculos con individuos poderosos tanto del partido Demócrata como del Republicano, así como de la Casa Blanca de Clinton, incluyendo a Jack Quinn, que anteriormente había servido como consejero general de la administración Clinton y como ex jefe de personal del Vicepresidente Al Gore.
Sin embargo, según las propias palabras de Clinton y otras pruebas, la principal razón detrás del inculto de Rich fue el fuerte cabildeo a su favor de la inteligencia israelí, influyentes políticos israelíes, y los miembros del Mega Grupo como Steinhardt, con las donaciones de Denise Rich y el acceso de Quinn al presidente probablemente favoreciendo el trato.
Entre los más fervientes grupos de presión para el indulto de Rich estaban el entonces Primer Ministro israelí Ehud Barak, el ex Primer Ministro Shimon Peres, el entonces alcalde de Jerusalén Ehud Olmert, el entonces ex ministro de Relaciones Exteriores Shlomo Ben-Ami y el ex director del Mossad Shabtai Shavit. Según Haaretz, Barak se mantuvo tan firme que Clinton perdonó a Marc Rich que se le oyó gritar al presidente al menos en una ocasión. El ex asesor de Barak, Eldad Yaniv, afirmó que Barak había afirmado fuertemente que el indulto era «importante… no sólo desde el punto de vista financiero, sino también porque ayudó al Mossad en más de una ocasión».
El esfuerzo de cabildeo de Israel contó con la ayuda considerable del miembro del Mega Group Michael Steinhardt, así como de Abe Foxman de la organización judía Liga Antidifamación (ADL), que en ese momento estaba fuertemente financiada por los miembros del Mega Group, incluyendo a los referenciales Ronald Steven Lauder y Edgar Bronfman.
Así, durante años se ha especulado con que la decisión de Clinton de indultar a Rich puede haber sido el resultado de la «influencia» o el chantaje que Israel había adquirido sobre las actividades del entonces presidente. Como se señaló en la Parte III de la investigación de MintPress, el escándalo de espionaje «Mega» vinculado con el Mossad estalló en 1997, en el que la inteligencia israelí se había centrado en el esfuerzo de Clinton por negociar un acuerdo de paz entre Israel y Palestina, y había tratado de acudir a «Mega», probablemente una referencia al Mega Group, para obtener un documento sensible.
Además, se sabe que la inteligencia de Israel obtuvo conversaciones telefónicas entre Bill Clinton y Monica Lewinsky antes de que su asunto se hiciera público. El escritor de temas políticos Daniel Halper, basándose en entrevistas oficiales con antiguos funcionarios y en cientos de páginas de documentos recopilados en caso de que Lewinsky emprendiera acciones legales contra Clinton, determinó que Benjamin Netanyahu le dijo a Clinton que había obtenido grabaciones de las conversaciones telefónicas con tintes sexuales durante las conversaciones de Wye Plantation entre Israel y Palestina en 1998 (ver «Palestinos e israelíes firman un acuerdo tras nueve días de negociación»). Netanyahu intentó usar esta información para que Clinton indultara al espía israelí convicto Jonathan Pollard. Clinton consideró incultar a Pollard pero decidió no hacerlo después de que el director de la CIA, George Tenet, amenazó con renunciar si se concedía el indulto.
El periodista investigador y escritor sobre temas de espinoaje e inteligencia Gordon Thomas había hecho afirmaciones similares años antes y afirmó que el Mossad había obtenido unas 30 horas de conversaciones sexuales por teléfono entre Lewinsky y Clinton y las había usado como palanca para chantajear. Además, un informe de la revista Insight de mayo de 2000 afirmaba que la inteligencia israelí había «penetrado en cuatro líneas telefónicas de la Casa Blanca y había podido retransmitir conversaciones en tiempo real en esas líneas desde un sitio remoto fuera de la Casa Blanca directamente a Israel para escucharlas y grabarlas».
Esas escuchas telefónicas aparentemente fueron más allá de la Casa Blanca, como reveló un informe de investigación de diciembre de 2001 de Carl Cameron para FOX News. De acuerdo con el informe de Cameron:
«[La compañía israelí de telecomunicaciones Amdocs] ayudó a Bell Atlantic a instalar nuevas líneas telefónicas en la Casa Blanca en 1997… [y] un empleado de alto nivel de Amdocs tenía una línea telefónica de datos T1 separada instalada desde su base en las afueras de St. Louis que estaba conectada directamente a Israel…
Los investigadores están investigando si el dueño de la línea T1 tenía una capacidad ‘en tiempo real’ para interceptar llamadas telefónicas de la Casa Blanca y otras oficinas del gobierno en Washington, y si mantuvo la línea por algún tiempo, dijeron las fuentes. Fuentes familiarizadas con la investigación dicen que los agentes del FBI en el caso buscaron una orden de arresto para el empleado de St. Louis pero los funcionarios del Departamento de Justicia [Clinton] la anularon».
Según el periodista Chris Ketcham:
«[Tanto Amdocs como Verint Inc. (antes Comverse Infosys)] tienen su base en Israel, habiendo surgido a la prominencia de ese país en el mercado de la tecnología de la información, y están directamente financiados por el gobierno israelí, con conexiones al ejército y la inteligencia israelí…
Las operaciones de las compañías, según sugieren las fuentes, han sido infiltradas por espías independientes que explotan trampas cifradas en la tecnología de Verint/Amdocs y recogen datos sobre los estadounidenses para transferirlos a los servicios de inteligencia israelíes y a otros clientes dispuestos (en particular, a la delincuencia organizada)».
Dado el alcance de las escuchas telefónicas al gobierno de Estados Unidos por parte de empresas israelíes vinculadas a la inteligencia y el uso anterior de Netanyahu de llamadas telefónicas interceptadas para presionar a Clinton para que indulte a Jonathan Pollard, es totalmente razonable especular que algún otro tesoro de comunicaciones interceptadas podría haber sido utilizado para presionar a Clinton para que indulte a Rich en las últimas horas de su presidencia.
También es notable el hecho de que varias figuras que presionaron a Clinton para que indultara a Rich tenían vínculos con Jeffrey Epstein, que también tenía relaciones con la inteligencia israelí y con empresas tecnológicas vinculadas al Mossad, como se discute en la Parte III de esta serie. Por ejemplo, Ehud Barak, un amigo cercano y socio de negocios de Epstein, y Shimon Peres, que presentó a Barak a Epstein, fueron los principales actores en convencer a Clinton de que indultase a Marc Rich.
Además, como se mostrará luego, Jeffrey Epstein había desarrollado vínculos con el gobierno de Clinton a partir de 1993 y esos vínculos se ampliaron, en particular en 1996, cuando la operación de delitos sexuales vinculada a la inteligencia de Epstein estaba en marcha. Clinton volaría más tarde en el infame jet privado de Epstein, apodado «Lolita Express», y Epstein haría más tarde una donación a la Fundación Clinton y afirmaría haber desempeñado un papel fundamental en la creación de la «Iniciativa Mundial Clinton».
El sorprendente interés de Lynn Forester de Rothschild en Epstein
Tras los arrestos de Epstein primero en 2007 y luego nuevamente en 2019, surgieron numerosos informes de los medios de comunicación que detallaban los vínculos entre Epstein y Clinton, y la mayoría afirmaba que se habían reunido poco después de que Clinton dejara el cargo en 2001 y emitiera el polémico indulto de Marc Rich.
En esos informes se afirmaba que la relación entre Epstein y Clinton había sido facilitada por la novia de larga data de Epstein y señora Ghislaine Maxwell. Sin embargo, documentos obtenidos de la biblioteca presidencial de Clinton han revelado que los vínculos entre Epstein y Clinton se remontan a años anteriores y fueron facilitados por individuos poderosos que han evitadoel escrutinio en relación con el caso Epstein.
Un actor importante que ha sido en gran medida pasado por alto en la relación de Epstein y los Clinton es Lynn Forester de Rothschild. Notablemente, Forester de Rothschild ha estado conectado por mucho tiempo con autoridades neoconservadores de la era Reagan: la red de Lewis Rosenstiel/Roy Cohn descrita en las Partes 1 y 2 de esta serie, así como el Mega Grupo, que fue detallado en la Parte 3 de esta serie.
Lynn Forester de Rothschild se involucró en el mundo de la política del Partido Demócrata a finales de los años 70 cuando trabajó en la campaña de 1976 del senador halcón Daniel Patrick Moynihan junto con neoconservadores ahora notorios como Elliott Abrams, que pasaría a desempeñar un papel importante en el asunto Irán-Contra durante la era Reagan y más tarde serviría en el Departamento de Estado bajo Trump. También fue presentada a su segundo marido, Evelyn de Rothschild, por Henry Kissinger en una conferencia de Bilderberg. Varios de los individuos conectados al Mega Group y al magnate de los medios de comunicación vinculado al Mossad Robert Maxwell – incluyendo Mark Palmer, Max Fisher y John Lehman – fueron ayudantes o asesores de Henry Kissinger.
Antes de casarse con la familia Rothschild en 2000, Lynn había estado casada con Andrew Stein, una importante figura de la política demócrata de Nueva York, con quien tuvo dos hijos. El hermano de Andrew, James Finkelstein, se casó con Cathy Frank, la nieta de Lewis Rosenstiel, el hombre de negocios vinculado a la mafia que dirigía una operación de delitos sexuales que explotaba a menores de edad, como se ha visto en la Parte 1 de esta serie. El protegido de Rosenstiel, Roy Cohn, era el abogado de Cathy Frank y James Finkelstein y fue a instancias de ellos que Cohn intentó engañar a un Rosenstiel casi en coma para que nombrara a Cohn, Frank y Finkelstein los albaceas y fideicomisarios de su patrimonio, valorado en 75 millones de dólares (más de 334 millones de dólares en la actualidad).
Según el New Yorker, Lynn Forester de Rothschild solicitó «ayuda financiera» nada menos que a Jeffrey Epstein en 1993 durante su divorcio de Andrew Stein.
En cuanto a los vínculos de Forester de Rothschild con el Mega Group, actualmente forma parte del consejo de administración de las empresas Estee Lauder, fundadas y que siguen siendo propiedad de la familia de Ronald Lauder, miembro del Mega Group, antiguo funcionario de Reagan, amigo de la familia de Roy Cohn y presunto origen del ahora famoso pasaporte austriaco de Jeffrey Epstein. Además, Forester de Rothschild también se asoció con Matthew Bronfman -hijo del miembro del Mega Group Edgar Bronfman y nieto de Samuel Bronfman, que tenía estrechos vínculos con el antes mencionado mafioso Meyer Lansky– para crear la empresa de asesoramiento de inversiones Bronfman E.L. Rothschild LP.
No está claro cuándo Lynn Forester de Rothschild conoció por primera vez a Jeffrey Epstein, pero ella fue una de sus principales defensoras y tuvo el oído del entonces presidente Bill Clinton a principios de los años noventa, hablando con Clinton específicamente sobre Epstein con el presidente y también presentando a Epstein al abogado Alan Dershowitz en 1996.
Lynn Forester de Rothschild, de la poderosa familia Rothschild, es una estrecha y de larga data socia de los Clintons y ha sido un importante donante tanto de Bill como de Hillary Clinton desde 1992. Sus lazos eran tan estrechos que Forester de Rothschild pasó la primera noche de su luna de miel en el Dormitorio Lincoln de la Casa Blanca mientras Clinton era presidente. Además, un correo electrónico filtrado entre Forester de Rothschild y Hillary Clinton mostró a ésta ofreciéndole favores a Forester de Rothschild, tras solicitar a Tony Blair que la acompañara en asuntos oficiales siendo ella Secretaria de Estado, impidiendo que Blair hiciera una visita social planeada desde antes a la casa de Forester de Rothschild en Aspen, Colorado («Hillary Clinton Begs Forgiveness From Rothschilds In Leaked Email», Withney Webb). Pedir humildemente algo no es algo por lo que Hillary Clinton sea conocida: su antiguo guardaespaldas dijo alguna vez que podía «hacer que Richard Nixon se pareciera a Mahatma Gandhi».
En 1995, Forester de Rothschild, entonces miembro del «Consejo Asesor de la Infraestructura Nacional de Información» (National Infrastructure Advisory Council), escribió lo siguiente al entonces presidente Bill Clinton:
«Estimado Sr. Presidente: Fue un placer verlo recientemente en la casa del Senador Kennedy. Había mucho que discutir y muy poco tiempo. Usando mis quince segundos de acceso para discutir sobre Jeffrey Epstein y la estabilización de la moneda, me olvidé de hablar con usted sobre un tema cercano y querido para mi corazón. Es decir, la acción afirmativa y el futuro».
Forester de Rothschild afirma entonces que se le pidió que preparara un memorando en nombre de George Stephanopoulos, ex director de comunicaciones de Clinton y actualmente periodista de la cadena ABC News. Stephanopoulos asistió a una cena organizada por Epstein en su ahora infame casa de Manhattan en 2010 después de que Epstein saliera de prisión tras ser condenado por solicitar sexo a un menor.
Aunque se desconoce lo que Forester de Rothschild discutió con Clinton en relación con Jeffrey Epstein y la estabilización de la moneda, una posible pista puede estar en los vínculos de ambos, Forester de Rothschild y Epstein, con el banco alemán Deutsche Bank. La periodista Vicky Ward, publicó una nota en 2003 de que Epstein se jactaba de «su habilidad para jugar en los mercados de divisas ‘con sumas muy grandes de dinero’» y parece haber hecho mucho de esto gracias a su larga relación con el Deutsche Bank.
El New York Times reporteó en julio del 2019:
«[Epstein] parece haber estado haciendo negocios y comerciando con divisas a través del Deutsche Bank hasta hace pocos meses, según dos personas familiarizadas con sus actividades comerciales. Pero como la posibilidad de cargos federales se avecinaba, el banco terminó su relación de cliente con el Sr. Epstein. No está claro cuál era el valor de esas cuentas en el momento en que fueron cerradas».
En el caso de Lynn Forester de Rothschild, ella fue asesora del Consorcio de Microfinanzas del Deutsche Bank durante varios años y actualmente es miembro de la junta de la Sociedad Alfred Herrhausen de Diálogo Internacional (Alfred Herrhausen Gesellschaft für Internationalen Dialog) del Deutsche Bank.
El mismo año en que Forester de Rothschild hizo los mencionados comentarios a Bill Clinton sobre Jeffrey Epstein, Epstein asistió a otro evento de recaudación de fondos de los Clinton, organizado por Ron Perelman en su casa personal, que fue muy exclusivo, con una reducida lista de invitados que sólo incluía a 14 personas.
La evolución de la relación Epstein-Clinton
Incluso antes de la reunión de Forester de Rothschild con Clinton en 1995, Epstein ya era un donante establecido de Clinton. Los registros obtenidos por el Daily Beast revelaron que Epstein había donado 10.000 dólares a la «White House Historical Association» (Asociación Histórica de la Casa Blanca) y asistió a una recepción de donantes de Clinton junto con Ghislaine Maxwell ya en 1993.
El Daily Beast sugiere que el viejo amigo de Bill Clinton de sus días de universitario, A. Paul Prosperi, fue el facilitador de esa temprana relación, ya que Prosperi tuvo una relación de décadas con Epstein e incluso lo visitó al menos 20 veces mientras estaba en la cárcel en 2008. Prosperi estuvo íntimamente involucrado en la recaudación de fondos de 1993 para la Asociación Histórica de la Casa Blanca mencionada anteriormente.
La relación entre Epstein y Clinton continuaría mucho después de que Clinton dejara el cargo en 2001, hecho bien documentado por los ahora famosos vuelos de Bill Clinton en el jet privado de Epstein (recientemente vendido), a menudo llamado «Lolita Express». Bill Clinton voló en el Lolita Express no menos de 26 veces a principios de los 2000s, según los registros de vuelo. En algunos de esos vuelos, Clinton fue acompañado por su personal del Servicio Secreto, pero no fue acompañado en otros de esos vuelos.
Podría decirse que el vuelo más infame que tomó Clinton en el jet de Epstein fue un largo viaje a África, donde también estuvieron presentes el actor Kevin Spacey, que también ha sido acusado de violar a menores, Ghislaine Maxwell, y Ron Burkle, un multimillonario amigo de Clinton que ha sido acusado de solicitar los servicios de «prostitutas de gama alta». Clinton pidió específicamente y con mucha antelación que Epstein pusiera a disposición su jet para el viaje, con Doug Band (empresario y consejero de Clinton) como intermediario. Se dice que el presidente Donald Trump, también amigo de Epstein, ha volado en el avión, pero sólo aparece una vez en los registros de vuelo.
Además de los vuelos, una fundación dirigida por Epstein donó 25.000 dólares a la Fundación Clinton, según la declaración de impuestos de 2006 de la antigua organización benéfica de Epstein, la Fundación C.O.U.Q. Cabe destacar que los abogados de Epstein, entre los que se encontraba Alan Dershowitz, afirmaron en 2007 que Epstein había formado «parte del grupo original que concibió la Iniciativa Mundial Clinton, que se describe como un proyecto que reúne a una comunidad de líderes mundiales para concebir y aplicar soluciones innovadoras a algunos de los problemas más acuciantes del mundo».
Antes de que se hicieran públicas las asociaciones entre Epstein y la Casa Blanca de los Clinton a principios de los años 90S, se pensaba que Ghislaine Maxwell era el puente entre Epstein y la familia Clinton debido a su estrecha relación con la familia. Sin embargo, la estrecha relación entre Maxwell y los Clinton parece haberse desarrollado en la década de 2000, con el medio «Politico» reporteando que comenzó después de que Bill Clinton dejara el cargo. El socio de los Clinton, Doug Band, también fue supuestamente amigo de Maxwell, apareciendo en una exclusiva cena que organizó en su residencia de Nueva York en 2005. Maxwell más tarde se hizo particularmente cercano a Chelsea Clinton (la única hija del matrimonio Clinton), vacacionando con Chelsea en 2009 y asistiendo a su boda un año después. Maxwell también estuvo asociado con la Iniciativa Global Clinton (una de las principales actividades de la Fundación Clinton), al menos hasta 2013.
Otros socios y funcionarios cercanos de Clinton a principios de los años noventa también tuvieron relaciones notables con Jeffrey Epstein, incluido Mark Middleton, que fue asistente especial del Jefe de Gabinete de Bill Clinton, Mack McClarty, a partir de 1993, y se reunió con Epstein al menos en tres ocasiones en la Casa Blanca durante los primeros años del Gobierno de Clinton. Además, la secretaria social de la Casa Blanca bajo Clinton, Ann Stock, aparece en el «pequeño libro negro» de Epstein, al igual que Doug Band, al que la revista New York Magazine se refirió una vez como «el portador de la bolsa de Bill Clinton, hombre del cuerpo, fijador y guardián de la puerta de entrada». La banda también aparece varias veces en los registros de vuelo del jet privado de Epstein.
Epstein también estuvo asociado tanto con Bill Richardson (dirigente del Partido Demócrata, Embajador de Estados Unidos ante la ONU, parlamentario en la Cámara de Representantes por el Estado de Nuevo México, y ex secretario de energía de Clinton), como con Lawrence «Larry» Summers, Secretario del Tesoro del Gobierno de Clinton y Director del Consejo Nacional de Economía de los Estados Unidos, instancia dependiente de la Casa Blanca y electo por el Presidente, durante la presidencia de Barack Obama . Tanto Richardson como Summers forman parte del consejo asesor de la controvertida empresa energética Genie Energy, junto con el director de la CIA durante el gobierno de Clinton, James Woolsey; el asociado de Roy Cohn y magnate de los medios de comunicación, Rupert Murdoch; el miembro del Mega Group Michael Steinhardt; y Lord Jacob Rothschild. Genie Energy es controvertida principalmente por sus derechos exclusivos de perforación en los Altos del Golán ocupados por Israel. Bill Richardson también tiene vínculos con Lynn Forester de Rothschild ya que ella estuvo en la Junta Consultiva del Secretario de Energía mientras Richardson era secretario de energía.
Bill Richardson parece estar entre los funcionarios de la era Clinton más cercanos a Jeffrey Epstein, habiendo visitado personalmente el rancho de Epstein en Nuevo México y habiendo recibido donaciones de Epstein por valor de 50.000 dólares para sus campañas a la gobernación de 2002 y 2006. Richardson donó el aporte de Epstein en 2006 a la caridad después de que se hicieran públicas las acusaciones contra Epstein. Richardson también fue acusado en documentos judiciales recientemente publicados de mantener relaciones sexuales con las víctimas menores de edad de Epstein, acusación que ha negado.
El escándalo de Jeffrey Epstein: Una autopsia
En 1990, Danny Casolaro comenzó su fatídica investigación de un año sobre «el Pulpo», una investigación que jugó un papel importante en su prematura muerte. Poco después de ser encontrado sin vida en la bañera de un hotel, la amiga de Casolaro, Lynn Knowles, fue amenazada y le dijo lo siguiente: «Lo que Danny Casolaro estaba investigando es un negocio… Cualquiera que haga demasiadas preguntas terminará muerto».
Casi treinta años después, ese mismo «Pulpo» y su «negocio» permanece con nosotros y se ha envuelto cada vez más alrededor de las palancas del poder, particularmente en los mundos del gobierno, las finanzas y los aparatos inteligencia.
Esta serie de investigación de MintPress se ha esforzado por mostrar la naturaleza de esta red y cómo el mundo del «Pulpo» es el mismo mundo en el que Jeffrey Epstein y sus predecesores – Craig Spence, Edwin Wilson y Roy Cohn entre ellos – operaban y se beneficiaban. Es un mundo en el que lo único que importa es el constante impulso de acumular cada vez más riqueza y cada vez más poder y mantener el negocio a toda costa.
Si bien esta red ha podido asegurar su éxito durante mucho tiempo mediante el uso del chantaje sexual, a menudo adquirido por la explotación de niñas y niños y adolescentes, también ha sido una fuerza impulsora de muchos otros males que asolan nuestro mundo y va mucho más allá de la trata de personas y de menores de edad. De hecho, muchas de las figuras de esta misma sórdida red han desempeñado un papel importante en el comercio de drogas y armas ilícitas, la expansión de las prisiones con fines de lucro y las interminables guerras que han cobrado un número incalculable de vidas en todo el mundo, al tiempo que han enriquecido a muchos de estos mismos individuos.
No se puede negar que tal red es «demasiado grande para caer«. Sin embargo, debe caer, pues de lo contrario este ciclo de abusos, asesinatos y fraudes que dura ya varias décadas continuará sin disminuir, destruyendo y cobrando aún más vidas en el proceso.
Aunque este informe marca el final de la serie de MintPress sobre Jeffrey Epstein y la red de la que formaba parte, no es el final del trabajo de MintPress en el caso. Ya se están elaborando varios informes derivados, que investigan las verdaderas razones por las que Epstein fue detenido en julio; sus conexiones con el blanqueo de dinero y el «presupuesto negro» de la inteligencia estadounidense; y las conexiones de su red con el tráfico de niños en otros países, en particular en el Reino Unido.
Hasta ahí llehamos con la traducción libre de la última parte de la excelente investigación de Whiyney Webb para MintPress. Proseguiremos con algunas cuestiones adicionales y comentarios finales elaborados desde Revista DeFrente.
Comentarios finales. Lo crímenes y delitos del «Estado profundo» imperial estadounidense y Bill y Hillary Clinton
En Estados Unidos se ha acuñado el contepto de «Estado profundo» (Deep State) para señalar a las redes, dinámicas, y formas de poder que constituyen el verdadero gobierno situado más allá de las apariencias y los cargos oficiales, pero a la vez, relacionados intímamente con éstos. Así, este Estado profundo opera mediante redes de grupos de poder encubiertas, clandestinas, que actúan de manera oscura y fuera de toda ley o regulación, teniendo agenda comunes, e intereses y objetivos propios, algunas veces, incluso, de manera independiente y en paralelo a las instituciones y sus representantes, muchas veces cometiendo actos de corrupción, delitos, y crímenes de todo tipo.
Como se puede apreciar tras leer el cúmulo de antecedentes que vinculan a la Bill y Hillary Clinton con innumerables delitos, crímenes y acciones condenables, estas dinámicas suceden con la participación directa de las más altas autoridades estadounidenses, y cruzan tanto al Partido Republicano como al Partido Demócrata. Es cierto, de todos modos, que dentro de éste último, hay ciertos sectores y referencias situados en su «ala izquierda» (como Bernie Sanders o los «Socialistas Democráticos», DSA), que no tienen esos vínculos ni prácticas y que las han criticado frecuentemente, aunque no siempre con la suficiente fuerza ni claridad. Pero lo cierto es que más alllá de esas propuestas políticas alternativas, el régimen político y el Estado estadounidense está sumergido en los peores horrores e inmoralidades imaginables.
El caso de la familia Clinton es elocuente. Sólo para agregar algunos hechos no mencionados anteriormente, es relevante señalar que tras el fin del Gobierno de Bill Clinton, y a pesar del escándaloso hecho que marcó la caída de su popularidad y su puesta en un segundo plano, pasando Hillary a tener un rol político más protagónico, al menos en lo público, los Clinton siguieron incurriendo en acciones altamente cuestionables y condenables, de diverso tipo.
Algunos hechos a mencionar. En una de sus fuentes principales de enriquecimiento, encabezan la política exterior de Estados Unidos hacia Haití (El detalle de eso en extenso, en «¿Qué ha pasado y pasa en Haití? Sobre colonialismo, Golpes de Estado, «ayudas humanitarias» e intervenciones extranjeras»). Bill Clinton llegaría a ser incluso nombrado «Enviado Especial» para Haití por las Naciones Unidas, quedando a la cabeza de la MINUSTAH (la mal llamada «Misión de Estabilización» de Haití), en el 2010. La familia Clinton se hará propietaria de minas en el país caribeño, y además, hará una cuantiosa exportación de Haití tras obligar a este país a eliminar los aranceles para la entrada de las exportaciones de arroz, provenientes de campos de cultivo de arroz ubicados en el Estado de Arkansas, donde, como aquí vimos, comenzó la carrera política de la pareja (Ver algunas aristas de esto en «Bill Clinton busca cambiar la historia de su intervención en Haití»).
Por otra parte, Hillary Clinton, quien desde su cargo de Senadora (2001-2009) tuvo siempre una especial dedicación a los temas de política exterior, y por tanto relacionada con las políticas imperialistas e injerencistas estadounidenses, fue nombrada por Barack Obama como cabeza del crucial cargo de su «Secretaría de Estado», el máximo cargo de dirección de la política «exterior» del Imperio de Estados Unidos. Desde ahí, Hillary Clinton ha sido señalada en el caso de venta de armas a grupos narcotraficantes mexicanos, en hechos que se dan entre los años 2006 y 2011, en el inicio de la «Guerra contra la Droga» que el Gobierno de Estados Unidos inicio en conjunto con el Gobierno del derechista Felipe Calderón en México. Además de lo señalado sobre Haití, donde se expresaron siempre vínculos con el crimen organizado que azota toda la cuenca del Caribe y México, una nueva «medalla» en la historia política de Hillary Clinton no puede omitirse: El Golpe de Estado en Honduras de 2009, donde se destituye al Gobierno de alianza progresista y de izquierdas de Manuel Zelaya, que intentaba impulsar un proceso constituyente en el país.
Desde su mando en la Secretaria de Estado del Gobierno de Obama, Hillary fue central en la operación, tal como luego corroboraron cientos de correos liberados por WikiLeaks, y con ello se desataría una ola de violencia y crimen en la sociedad hondureña, además de una dictadura encubierta y protegida por Washington, que perdura hasta el día de hoy, con decenas de miles de muertos por la violencia generada por la pauperización general del país desde entonces. Los hechos relacionados con la impresentable acción militar contra el Pueblo y Gobierno de Libia y el asesinato de Muhammar Gaddafi, también cuentan con la participación directa y protagónica de Hillary Clinton (Ver «El «Premio Hillary Clinton» para Michelle Bachelet… ¿Y los Derechos Humanos de los Pueblos de Honduras y Libia?»).
Todas estas horrendas acciones e inconsistencias morales de las más elementales, han sido parte central del muy generalizado descrédito y repudio popular que ha ido creciendo entre la población estadounidense hacia su elite política, y en este caso, en particular, en el alejamiento de las franjas más progresistas del país norteamericano, hacia el Partido Demócrata. Es por eso que la creciente popularidad y apoyo hacia figuras como Bernie Sanders ha cundido en los últimos años, y es por eso, también, que se explica que tras perder Sanders la Primaria del Partido Demócrata, la «mesa estaba servida» para el triunfo de Donald Trump, quien, con bastante sentido de oportunidad, ha sabido capitalizar políticamente estas acciones que cruzan a la elite política tanto del Partido Republicano como del Partido Demócrata. No es casual que, en su campaña presidencial triunfante, Trump explotó una y otra vez los flancos débiles de Hillary Clinton (muchos, relacionados con los hechos aquí descritos), y las revelaciones que han surgido por, entre otras fuentes, las filtraciones de correos electrónicos de WikiLeaks.
La «extraña» muerte de Jeffrey Epstein en agosto del 2019 volvió a poner luces sobre esta grotesca trama de crímenes y horrores de parte muy importante y transversal de la elite estadounidense y sus vínculos con la de otros países, como Reino Unido, Israel o Arabia Saudita. También, con el narcotráfico, que es un tema neurálgico de la geopolítica imperial estadounidense.
Con los últimos sucesos desatados en la última semana, además, se han vuelto a poner en el tapete estos hechos, una vez que desde la red «Anonymous» se volvieron a liberar ciertos documentos que implican a las oscuras redes implicadas en el «caso Jeffrey Epstein», donde vuelven a aparecer varias de las figuras aquí mencionadas: los Clinton, Trump, Tony Blair, el Príncipe Andrés, y algunos personajes adicionales como el empresario venezolano Gustavo Cisneros o el ex Presidente colombiano Andrés Pastrana, para mencionar sólo algunos. Más allá de la completa veracidad de los documentos publicados por «Anonymous» (que por su carácter anónimo y sus desconocidas fuentes e integrantes tienen un grado de credibilidad menor a, por ejemplo, los de WikiLeaks), muchos nombres se repiten en relación a las investigaciones judiciales y periodísticas previas, muchas de las cuales tienen un grado de detalle y documentación irrefutables o cercanas a la irrefutabilidad.
Todos estos hechos muestran hasta la saciedad la mentira que significa aquella idea de que Estados Unidos sería una especie de «ejemplo a seguir» en un «Estado en forma», donde las instituciones funcionen de manera legal y regulada, y donde el ejercicio del poder tuviese, supuestamente, «frenos y contrapesos» contra los abusos, los delitos, la corrupción y los crímenes. Al contrario, lo que se muestra con lo nuevamente aquí mostrado y documentado, es la existencia de un Estado descompuesto y podrido en horrendas prácticas por parte de sus dirigencias y elites, e instituciones que, cuando son tocados los intereses de los poderosos, funcionan de manera servil y de manera subordinada a esos poderes.
Para mayor hipocresía y cinismo, es precisamente desde ese Estado y desde esas elites y grupos de poder, que se enarbola hacia el resto del Mundo la idea de que ellos serían, paradojalmente, las y los guardianes de las «buenas prácticas», la «democracia», y los «derechos y libertades» para el resto del Mundo, amenazando y atacando a los «regímenes» que, ellos acusan, serían presuntamente «autoritarios», «sin separación de poderes», con «instituciones y políticas corruptas», «delictivas», «narcotraficantes», y «terroristas».
¿Hasta cuándo será sostenible tanta mentira, manipulación y horror imperial e imperialista?
Fuentes, reseñas, y enlaces relacionados (Ampliaremos):
Artículos de Withney Webb en Rebelion.org.
From “Spook Air” to the “Lolita Express”: The Genesis and Evolution of the Jeffrey Epstein-Bill Clinton Relationship, MintPress News.
Adler Berriman Seal o «Barry» Seal. piloto estadounidense, primer mercenario de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), traficante de droga e informante de la Administración para el Control de Drogas (DEA).
¿El primer presidente de Estados Unidos financiado por el narco?, Bruno Sgarzini, Misión Verdad.
Airline swaps gun-running for good works: Southern Air Transport was run by the CIA and started the Iran-Contra scandal. But now, its staff assure Robert Block, its main job is saving Somalis, The Independent, diciembre de 1992.