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19 de Julio de 1979: triunfo de la Revolución Sandinista en Nicaragua e inicio de los gobiernos del Frente Sandinista de Liberación Nacional – FSLN

El 19 de julio de 1979 quedó grabado en la historia de Nicaragua como el día en que el pueblo, liderado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), derrocó a la dictadura de Anastasio Somoza Debayle, poniendo fin a más de cuatro décadas de dominio de la familia Somoza. Este acontecimiento marca el inicio de un nuevo periodo de transformaciones sociales en Nicaragua, y también de conflictos que definirían el futuro del país: la agresión abierta de Estados Unidos por medio del financiamiento y respaldo militar a la «Contra» mercenaria nicaragüense.


Antecedentes: La lucha contra la dictadura somocista

Desde 1937, Nicaragua había estado bajo el control de la familia Somoza, un opresivo y excluyente régimen autoritario respaldado por Estados Unidos. La dinastía acumuló poder y riquezas mientras reprimía a la oposición y al pueblo. En ese contexto, en 1961 se funda el FSLN, Frente Sandinista de Liberación Nacional, un movimiento político y guerrillero popular inspirado en las luchas antiimperialistas de Augusto César Sandino. asesinado bajo la dictadura y traición mediante de Somoza en 1934.

El descontento creció en los años 70 debido a la corrupción, la pobreza y la represión. Este escenario reforzó la unidad de la oposición al régimen, incluyendo desde sectores de izquierda marxista hasta sectores liberales. Uno de los hitos de la última etapa de la dictadura somocista fue el asesinato del periodista Pedro Joaquín Chamorro en 1978 (integrante de la familia propietaria de varios medios de lo que más tarde será la oposición al gobierno del FSLN), que desató protestas masivas y aceleró la lucha armada.

La insurrección final y la caída de Somoza

En junio de 1979, el FSLN lanzó una ofensiva militar junto a una amplia coalición de estudiantes, campesinos, obreros y hasta sectores empresariales. Las ciudades se levantaron en armas, y el régimen respondió con bombardeos y ejecuciones.

El 17 de julio, Somoza huyó del país, dejando atrás un saldo de miles de muertos y al país en ruinas. Dos días después, las tropas sandinistas entraron en Managua, donde una multitud celebró la victoria.

El nuevo gobierno y las reformas

Se instaló una Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, integrada por sandinistas militantes del FSLN y variadas figuras independientes, incluyendo a dirigencias más tarde opositoras como Violeta Barrios de Chamorro (viuda del periodista asesinado). Pasamos a repasar las primeras medidas del gobierno revolucionario.

La Reforma Agraria

Bajo el régimen de Somoza, menos del 5% de los terratenientes controlaba más del 50% de las tierras cultivables, mientras que miles de campesinos vivían en pobreza extrema, trabajando como jornaleros en condiciones precarias.

Con el Decreto Ley N° 3 del 20 de julio de 1979 (un día tras la caída de la dictadura somocista) se confiscaron todas las propiedades de la familia Somoza y sus allegados, abarcando una enorme extensión de unas 2.5 millones de manzanas, cerca del 20% de la tierra cultivable del país. Luego, la Ley de Reforma Agraria de 1981 amplió la redistribución a tierras ociosas o mal administradas, y se crearon cooperativas agrícolas a la vez que entrega de parcelas individuales a campesinas y campesinos.

La nacionalización de empresas somocistas

El gobierno sandinista confiscó 380 empresas vinculadas a la familia Somoza, que controlaban sectores clave de la economía, en áreas clave como la agroindustria (ingenios azucareros, plantas algodoneras), industrias como fábricas de cemento y textiles.

En el sector de comercio y servicios también se nacionalizaron hoteles, medios de comunicación (como «La Prensa»), bancos (Bando de America, Banco del Comercio). Algunas de estas empresas pasaron a ser empresas estatales (ej. ENALUF, Empresa Nacional de Luz y Fuerza, y ENCAFE, Empresa Nicaragüense del Café). Otras fueron entregadas a trabajadores organizados en cooperativas.

Con ello, se creó la «Área Propiedad del Pueblo» (APP), un sistema de empresas públicas bajo control sandinista. El APP abarcó más de 400 empresas y llegó a representar entre el 20% y 30% de la economía nacional en algunos momentos de la década de 1980. Incluía bancos, industrias, transporte, servicios y agricultura.

Políticas de salud y educación gratuita

La Cruzada Nacional de Alfabetización en apenas cinco meses logró disminuir la tasa de analfabetismo del 50.3% al 12.9%, un hito reconocido internacionalmente. Más de 60 mil jóvenes (la mayoría estudiantes de secundaria y universitarios) fueron enviados a comunidades rurales y populares como brigadistas, utilizando el Método «Yo, sí puedo» adaptado desde la experiencia cubana, combinando enseñanza básica con conciencia social y política.

Se instauró un sistema universal y gratuito de salud, con un modelo de salud preventivo y comunitario inspirado en el modelo de salud cubano y en la medicina social latinoamericana. Se promovió la participación de la población en brigadas de salud, comités barriales y campañas de vacunación.

Se construyeron o rehabilitaron centros de salud, hospitales y clínicas en todo el país, incluyendo inéditos puestos de salur rurales. En 1979, existían apenas 200 unidades de salud públicas, hacia mediados de los años 80, se superaban las 1.200.

Se emprendieron numerosas campañas de salud pública, entre ellas, una referencial Campaña Nacional de Vacunación con la que se logró erradicar o controlar enfermedades como el tétanos neonatal, poliomielitis, sarampión y difteria. Además, se realizaron campañas de desparasitación, control del paludismo, de alfabetización sanitaria e higiene personal. La desnutrición infantil bajó ostensiblemente a la vez que la esperanza de vida subió a pesar del abierto conflicto armado. La Organización Mundial de la Salud y la UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) dieron ampllio reconocimiento a los enormes logros del gobierno de la Revolución Sandinista.

Consecuencias y sucesos posteriores

La revolución sandinista, como toda revolución, no estuvo exenta de conflictos, obstáculos, boicots.

De inmediato se organizó «la Contra» que desató una guerra que duró toda la década de los 1980s. Estados Unidos financió a grupos armados contrarrevolucionarios para derrocar a los sandinistas, generando una guerra civil que dejó miles de víctimas.

En ese contexto, ejecutó el intrincado plan que será objeto del llamado «Caso Irán – Contra», una operación de múltiples aristas orquestada por altos agentes del aparato político y militar estadounidense, con venta ilegal de armas hacia la recién fundada República Islámica de Irán (entonces en guerra con Iraq, gobernado por el aliado de entonces de EEUU, Sadam Hussein), operaciones de narcotráfico en conjunto con el Cartel de Medellín, y financiamiento, preparación militar y armamento para la Contra nicaragüense.

La Corte Internacional de Justicia condenó a Estados Unidos por esta injerencia e intervención político-militar contra Nicaragua, pero nunca ha pagado la indemnización correspondiente. Entretanto, en los juicios en Estados Unidos seguidos por la triangulación del Caso Irán – Contra, los condenados finalmente fueron indultados por el presidente George Bush a inicios de los 1990s.

En medio del desgaste de una década de gobierno y el feroz asedio de la Contra y del imperio estadounidense, en las Elecciones de 1990 el FSLN perdió ante Violeta Chamorro, iniciándose un ciclo de gobiernos de derecha y neoliberales. Tras más de década y media de estos gobiernos, el FSLN retornará al gobierno en 2007 con Daniel Ortega nuevamente de Presidente de la República y un nuevo ciclo de gobiernos sandinistas que perdura hasta hoy.


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