Actualidad MundoCapitalismoEnte SionistaEstados UnidosGenocidioMundoNaciones UnidasPalestina

Relatora de la ONU Francesca Albanese emite informe denunciando la lucrativa «Economía del Genocidio» de grandes empresas capitalistas contra Palestina

Francesca Albanese, relatora especial de las Naciones Unidas sobre los Territorios Palestinos Ocupados, emitió un nuevo informe acerca de la extremadamente grave situación en Palestina, con el título de «De la economía de la ocupación a la economía del Genocidio». En este texto, además reiterado en la presentación pública que hizo el pasado 3 de julio, Albanese ha pedido a los países que corten todos los lazos comerciales y financieros con Israel, incluido un embargo total de armas, y retiren el apoyo internacional a lo que califica sin ambigüedades como una «economía de genocidio». La representación del ente sionista ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU catalogó al informe de «jurídicamente infundado, difamatorio y un flagrante abuso de su cargo», a la vez que el Gobierno de Donald Trump a pocos días de su publicación, ha impuesto «sanciones» contra Albanese. La Relatora para la situación en Palestina, entretanto, recibe un cada vez mayor respaldo popular internacional por su labor.


Albanese presentó su informe «De la Economía de la Ocupación a la Economía del Genocidio» (disponible acá en inglés) en un discurso pronunciado el jueves 3 de julio ante el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, señalando a decenas de empresas que apoyan al régimen de Apartheid y Genocidio contra el Pueblo de Palestina.

«La situación en los territorios palestinos ocupados es apocalíptica», «Israel es responsable de uno de los genocidios más crueles de la historia moderna». «Lo que expongo no es una lista, es un sistema, y eso hay que abordarlo», dijo Albanese, experta independiente encargada por la ONU de documentar los crímenes. «Las armas y los sistemas de datos brutalizan y vigilan a los palestinos», afirmó en su discurso.

«Las colonias se extienden: financiadas por bancos y aseguradoras, alimentadas por combustibles fósiles y normalizadas por plataformas turísticas, cadenas de supermercados e instituciones académicas». afirma Albanese.

La estimación más baja indica que sobre 57.000 palestinos han muerto por los ataques de «Israel» desde que comenzó esta nueva fase de la ocupación sionista sobre territorio palestino iniciada tras los sucesos del 7 de octubre de 2023, pero las cifras reales son muy superiores, y superan las 400 mil personas.

En esta etapa que ya va por su 22º mes, con cientos de miles han sido desplazados en múltiples ocasiones, ciudades y pueblos han sido arrasados, hospitales y escuelas han sido blanco de ataques, y el 85 por ciento del enclave de Gaza asediado y bombardeado está ahora bajo control militar israelí.

«De la Economía de la Ocupación a la Economía del Genocidio»

El genocidio es un negocio lucrativo para un puñado de mega empresas capitalistas

El informe, titulado «From economy of occupation to economy of genocide» (De la economía de la ocupación a la economía del genocidio), detallaba lo que describía como «la maquinaria empresarial que sustenta el proyecto colono-colonial israelí de desplazamiento y sustitución de los palestinos en los territorios ocupados».

El informe señalaba a empresas, entre ellas fabricantes de armas, gigantes tecnológicos, empresas de maquinaria pesada e instituciones financieras, por su complicidad en la opresión sionista contra los palestinos, desde sostener la expansión israelí en territorio ocupado hasta permitir la vigilancia y el asesinato de la población palestina.

El informe afirma que, mientras los dirigentes políticos eluden su responsabilidad de presionar a Israel para que ponga fin al derramamiento de sangre en Gaza, «muchas empresas se han beneficiado de la economía de ocupación ilegal, apartheid y, ahora, genocidio de Israel».

El informe exhorta a la comunidad internacional a que «responsabilice al sector privado» por su complicidad con los crímenes de «Israel», asegurándose de que afronten consecuencias legales por su implicación en violaciones del derecho internacional, el derecho internacional humanitario, y los derechos humanos más básicos.

«Existe una responsabilidad prima facie de todos los Estados y entidades empresariales de abstenerse completamente o poner fin a sus relaciones con esta economía de ocupación», afirmó Albanese, añadiendo que si el sector empresarial observase la debida diligencia en su responsabilidad en respeto a los derechos humanos, «se habría desvinculado completa y totalmente de su enredo con la economía israelí».

En declaraciones a la prensa en Ginebra tras su discurso, Albanese afirmó que había empresas y particulares «que se han beneficiado de la violencia, los asesinatos, las mutilaciones y la destrucción en Gaza y otras partes del territorio palestino ocupado».

Dijo que la Bolsa de Tel Aviv había subido al menos un 200% en casi 21 meses de guerra, acumulando más de 220.000 millones de dólares en ganancias de mercado, en marcado contraste con las miserias infligidas a los palestinos.

«Un pueblo enriquecido, un pueblo borrado», afirmó.

La «columna vertebral» militar del Estado israelí

El informe de la ONU describía el complejo militar-industrial como «la espina dorsal económica» del Estado israelí, afirmando que la prolongada ocupación de Israel y sus repetidas campañas militares habían servido de campo de pruebas para la tecnología militar de vanguardia, desde plataformas de defensa aérea y aviones no tripulados, hasta herramientas de selección de objetivos basadas en inteligencia artificial y el programa de aviones de combate F-35.

Albanese constata que las empresas armamentísticas han obtenido beneficios casi sin precedentes proporcionando a Israel armamento de vanguardia para lanzar 85.000 toneladas de explosivos -seis veces la potencia de Hiroshima- para devastar Gaza.

El programa F-35 está dirigido por Lockheed Martin, con sede en Estados Unidos, pero los componentes se construyen en todo el mundo, incluido el fabricante italiano Leonardo SpA. El informe también menciona a las empresas israelíes Elbit Systems e IAI por su papel en el desarrollo de aviones no tripulados.

También nombraba a la japonesa FANUC Corporation por suministrar maquinaria robótica para las líneas de producción de armas, así como a navieras como la danesa A P Moller-Maersk por «mantener un flujo constante de material militar suministrado por Estados Unidos» a Israel durante su guerra contra Gaza.

No sólo empresas relacionadas con la defensa

El informe también destaca el papel del sector tecnológico, afirmando que gigantes como Microsoft, Alphabet y Amazon han desempeñado un papel fundamental en la puesta en marcha de los sistemas de vigilancia masiva de Israel.

IBM también ha sido responsable de la formación del personal militar y de inteligencia, así como de la gestión de una base de datos central que almacena los datos biométricos de los palestinos, mientras que la empresa estadounidense Palantir Technologies ha ampliado su apoyo al ejército israelí desde el inicio de la guerra contra Gaza, según el informe.

También señalaba a empresas de maquinaria pesada como la estadounidense Caterpillar Inc, la surcoreana Hyundai y la sueca Volvo Group por proporcionar equipos vinculados a la destrucción de propiedades palestinas.

El informe también señalaba a las plataformas de alquiler Booking y Airbnb, afirmando que ayudaban a los asentamientos ilegales poniendo a la venta propiedades y habitaciones de hotel en territorio ocupado por Israel.

Financiando el Genocidio

El informe apunta a grandes inversoras como los multuimillonarios fondos de inversiones BlackRock, Vanguard, y PIMCO, filial de gestión de activos de Allianz. También al Fondo de Pensiones del Gobierno Noruego, y la Caja de Depósitos y Colocación de Quebec.

Los consumidores pueden «tomar decisiones informadas»

Gabriel Elizondo, de Al Jazeera, afirmó que el informe impresiona por la amplitud y profundidad de su investigación, con 440 citas que respaldan sus afirmaciones. Afirmó que el informe podría ser utilizado por los fiscales que buscan responsabilizar a las empresas por su complicidad con las violaciones israelíes.

Pero también, dijo, podría utilizarse como un recurso importante para los consumidores de todo el mundo, que buscan ejercer presión comercial sobre las empresas implicadas. «Enumera las empresas porque, como dijo Albanese, quiere que los ciudadanos de a pie puedan leer este informe para poder tomar decisiones informadas sobre lo que compran, con qué empresas tratan», afirmó.

Albanese escribió a cada una de las 48 empresas mencionadas en el informe para darles la oportunidad de responder a las acusaciones. Pero sólo 18 habían respondido, y «sólo un pequeño número» de ellas lo hizo de buena fe, añadió.

El discurso de Albanese fue recibido con aplausos por los delegados en Ginebra, y el embajador de Irlanda ante la ONU, Noel White, afirmó que su gobierno estaba avanzando en la legislación que prohíbe la importación de bienes procedentes de los asentamientos en los territorios palestinos ocupados.

La respuesta del ente sionista «Israel»: Informe «infundado»

La misión diplomática de Israel en Ginebra no respondió inmediatamente a una petición de comentarios sobre el discurso de Albanese, informó la agencia de noticias Reuters.

A principios de esta semana, calificó el informe de Albanese de «jurídicamente infundado, difamatorio y un flagrante abuso de su cargo».

El ente sionista ha rechazado las acusaciones de genocidio en Gaza, por las que está siendo investigado en la Corte Penal Internacional (CIJ), y que numerosos expertos en genocidio han confirmado que Israel está llevando a cabo, alegando su «derecho a la legítima defensa» tras el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023.

El caso, presentado por primera vez por Sudáfrica ante la CIJ en diciembre de 2023 y al que luego se sumaron otros países, acusa a Israel de violar sus obligaciones en virtud de la Convención sobre el Genocidio en su guerra contra la Franja de Gaza.

Nour Odeh, de Al Jazeera, dijo que Israel, junto con Estados Unidos, anunció que boicotearía el Consejo de Derechos Humanos a principios de este año, cuando el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Gideon Saar, acusó al organismo de antisemitismo.

Dijo que Israel había desarrollado «casi una plantilla» con la que respondía a los informes del organismo de derechos humanos, intentando desviar las críticas y respondiendo con ataques personales hacia Albanese, en particular. «Hay mucha enemistad y un intento de deslegitimar las resoluciones y los informes que salen de allí», afirmó.

Gobierno de Donald Trump impone «sanciones» a Francesca Albanese

Sólo unos días después de la publicación del informe, el Gobierno de Donald Trump anunció la imposición de «sanciones» contra Francesca Albanese por su colaboración en el caso que se sigue ante la Corte Penal Internacional (a la que ya anteriormente ha impuesto sanciones). Con esto, nuevamente se estaría infringiendo normas internacionales, violando la inmunidad que tiene Albanese en cuanto Relatora especial de la ONU para la situación en Palestina.

La decisión fue comunicada por el Secretario de Estado Marco Rubio: «impongo sanciones a la Relatora Especial del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Francesca Albanese, por sus esfuerzos ilegítimos y vergonzosos para impulsar acciones @IntlCrimCourt [Corte Penal Internacional] contra funcionarios, empresas y ejecutivos de Estados Unidos e Israel. La campaña de guerra política y económica de Albanese contra Estados Unidos e Israel ya no será tolerada. Siempre apoyaremos a nuestros socios en su derecho a la legítima defensa. Estados Unidos seguirá tomando las medidas que consideremos necesarias para responder a la guerra legal y proteger nuestra soberanía y la de nuestros aliados.»

Ante las múltiples muestras y acciones de apoyo, Francesca Albanese agreadeció el apoyo y reiteró el llamado a la movilización en todos los planos y espacios para detener el Genocidio en curso:

Fuentes: sitio web de las Naciones Unidas, Al Jazeera. The Cradle, Middle East Eye.

Mostrar más

Ver también

Botón volver arriba