El régimen de Kiev incumple acuerdo y se ausenta de recepción de 1.212 cadáveres de soldados y mercenarios muertos en combate en manos de Rusia

Tras la segunda ronda de conversaciones entre Rusia y Ucrania, las partes llegaron a un acuerdo para realizar un nuevo canje masivo de prisioneros de guerra. Paralelamente, Moscú anunció que procedería unilateralmente a la devolución de los restos de 6.000 soldados ucranianos fallecidos.
Según Vladímir Medinski, jefe del equipo negociador ruso, el proceso de entrega comenzó ayer con el traslado de los cuerpos, así como el intercambio de heridos, enfermos graves y menores de 25 años. El Ministerio de Defensa ruso confirmó hoy la llegada del primer convoy con 1.212 militares ucranianos a la zona acordada, mientras otros cuatro grupos con 1.200 cadáveres adicionales se preparaban para su envío, como lo informó Sputnik Mundo («No hay cuerpo, no hay dinero»: Cómo Kiev no se presentó a recoger ni siquiera los cadáveres de sus propios soldados»).
Sin embargo, Medinski informó que Ucrania suspendió abruptamente tanto la recepción de los cuerpos como el intercambio de prisioneros, sin proporcionar una fecha para reanudar el proceso. La portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, calificó la decisión de Kiev como una muestra de «ideología misántropa» y un acto de «genocidio contra su propio pueblo», señalando que las autoridades ucranianas parecen desinteresadas en sus ciudadanos, ya sea en vida o tras su muerte.
Posibles motivos detrás de la negativa ucraniana
Analistas han planteado diversas hipótesis sobre la suspensión del intercambio. Víktor Litovkin, experto militar ruso, sugirió a Sputnik que Kiev busca evadir el pago de indemnizaciones a las familias de los fallecidos, ya que, sin identificación oficial, el Estado no está obligado a compensarlas. «No hay cuerpo, no hay dinero. No pagan a los padres el seguro por los muertos», afirmó.
Por su parte, el analista internacional argentino Tadeo Casteglione describió la actitud ucraniana como un «infantilismo total», comparándola con la de un «niño caprichoso que no obedece a razón alguna». Mientras tanto, el psicoanalista Carlos Ledesma sugirió que Kiev podría estar ocultando crímenes de guerra que podrían revelarse con la repatriación de los cadáveres.
Rujolá Modaber, especialista iraní en política internacional, añadió que la postura de Ucrania refleja el desprecio de su élite gobernante por la seguridad y el bienestar de su población.
Rusia insiste en el carácter humanitario de la operación
El Ministerio de Defensa ruso reiteró su disposición a completar el proceso, subrayando su naturaleza estrictamente humanitaria. No obstante, denunció que las autoridades ucranianas no establecieron contacto para coordinar la entrega, incumpliendo lo pactado en Estambul.
Según cálculos citados por el corresponsal de RT, Ígor Zhdánov, la repatriación de los 6.000 cadáveres representaría un costo adicional de 2.175 millones de dólares para Ucrania, debido a las compensaciones familiares (15 millones de grivnas por soldado). Otras posibles razones para el rechazo incluyen la saturación de las morgues y la posibilidad de que Kiev ni siquiera tenga bajo su control los cuerpos de sus propios soldados. «Si abandonaron a sus muertos en el bosque, ¿qué se puede esperar de los cadáveres enemigos?», cuestionó Zhdánov.