El recordado y memorable debate entre Carlos Pérez Soto y Alfredo Joignant en octubre de 2009
En su momento, fue un foro debate muy comentado en los ambientes universitarios y en los tiempos posteriores su fama fue creciendo poco a poco. El video de este debate realizado en octubre de 2009 en la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile fue circulando en blogs y foros de la época. Cuando irrumpió la enorme movilización social y estudiantil en el 2011, muchas y muchos lo recordaron, y por las razones que se desprenden fácilmente con verlo y escucharlo, se leyó como una confirmación prácticamente textual de las afirmaciones que hiciera ahí Carlos Pérez Soto, y un tapabocas innegable a las de Alfredo Joignant.
Pero cuando cobra aún más vigencia lo aquí debatido, es con el estallido, revuelta y rebelión popular desatada a partir del viernes 18 de octubre de 2019, cuando las palabras de Carlos Pérez contrastan con esa idea, extendida entre las elites políticas e intelectuales dominantes, de que «nadie vio venir» la magnitud de lo que ha estado sucediendo desde entonces. Al contrario, es sabido que desde el mundo de los movimientos sociales, de las fuerzas de izquierdas, y de la intelectualidad comprometida con el cambio social en nuestro país, había una no menor conciencia de que muy probablemente se estaba fraguando un «nuevo 2006» o un «nuevo 2011», pero ahora más grande, como si se tratara de una fuerza acumulada cada vez mayor.
Lo anterior es lo que relata con una notable precisión el intelectual marxista Carlos Pérez en este foro de octubre de 2009. Sin duda no fue la única vez, pero lo memorable de este debate es la desesperación de su contendor en esa ocasión, Alfredo Joignant, un sociólogo representativo de la elite intelectual vinculada a la Concertación, que en este foro simplemente pierde los estribos y estalla en una airada reacción y animadversión contra Pérez Soto, respondiendo a sus planteamientos y críticas hacia la función burocrática de los cientistas sociales, con calificaciones como «esto a mí me prueba de por qué Carlos Pérez es intelectualmente irrelevante, por qué entre la comunidad de pares nadie lo lee». Luego, repitió frases de similar soberbia inteleectual, también ante las preguntas e intervenciones del público, descalificándolas como poco racionales y desconectadas de la realidad.
Entre otras ideas, Joignant afirmó con pretendida alta seguridad que en Chile sólo se veía una «tendencias profundamente conservadoras», y que un «momento constitucional» se daba sólo en circunstancias excepcionales y poco probables dado lo que él, dijo, indicaban los «datos duros». Se manifestó a favor de instituciones «contra-democráticas», y de que no veía por dónde podía surgir un reventón social como el que ocurrió en 2011, y para qué decir, en el 2019. Es más, tras algunas intervenciones y preguntas del público, señaló que se estaba hablando no sobre «lecturas racionales», si no que desde «un proyecto político que es socialmente inexistente». Y que las ideas de Carlos Pérez eran expresivas de esas posiciones irrelevantes e inexistentes no sólo en Chile si no que también a escala regional.
En respuesta, Pérez Soto afirmó, entre otras cosas, que efectivamente lo más probable era que ganara Piñera en las elecciones de 2009-2010. Pero que también, muy probablemente, se iban a descargar contra su Gobierno los descontentos acumulados en lo que hasta ese momento eran 35 años de neoliberalismo y casi 20 años de gobiernos de la Concertación. Y, con particular certeza mirado desde hoy, de que se iba a desatar «un delarruazo» (haciendo alusión al «Argentinazo» de diciembre del 2001) que ningún cientista ni analista político conservador iba a prever. Ante eso, con una mirada prospectiva, señaló que la tarea del campo popular era construir una izquierda radical y un programa que le diera racionalidad y proyección política al estallido y la revuelta que se iba a producir en algún momento próximo.
Una década después, los hechos hablan por sí solos. Y no sólo por el panorama general del país, si no que también por sus trayectorias personales. Carlos Pérez Soto ha seguido obteniendo un significativo reconocimiento como uno de los intelectuales más influyentes en el campo de las militancias y organizaciones sociales y populares, y de la ciudadanía crítica en general. Ha participado entre otras instancias y espacios en iniciativas como el Foro por la Asamblea Constituyente y en la Universidad Abierta de Recoleta, y particularmente desde octubre es requerido por muchas asambleas territoriales y cabildos populares para sus actividades. Su prestigio se ha divulgado por América Latina por sus aportes en Marxismo, Hegel, y filosofía de la ciencia, y desde la llegada de la pandemia ha impartido muy concurridos cursos sobre esos temas con estudiantes de todos los países.
Alfredo Joignant, por su parte, es el investigador principal del «Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES)», que desde el 2013 se adjudicó un abundante financiamiento público para el estudio de las causas de tensión social que ya eran claras tras las movilizaciones del 2011. Joignant hoy circula de manera recurrente en programas de radio y televisión, donde se lo coloca como supuesto representante de visiones progresistas. Sabido es el formateo de esos espacios. Ha persistido en las visiones conservadoras y de soberbia intelectual que se muestran notoriamente en el debate que aquí compartimos. En una de sus últimas apariciones, apareció criticando fuertemente al Alcalde de Recoleta Daniel Jadue y el Partido Comunista por comenzar a poner el tema de las presidenciales del próximo año, señalando que en una eventual segunda vuelta entre Jadue y Lavín, votaría nulo, y que en ese escenario habría una alta abstención y votación nula.
Aquí el video, del que se han extraído sólo las intevenciones de Carlos Pérez Soto y Alfredo Joignant, es decir, sin las interervenciones de Guillermo Holzmann y del público (más abajo, el registro completo):